Rocío Seijas se planta ante el apelativo de "señorita" del no adscrito: "É machista"

La alcaldesa de Monterroso dijo en el último pleno que no tolerará que Fraga Torres se dirija a ella de ese modo, y él apela al diccionario
Rocío Seijas, con el bastón de mando. SEBAS SENANDE
photo_camera Rocío Seijas, con el bastón de mando. SEBAS SENANDE

La regidora de Monterroso, Rocío Seijas, se plantó el jueves en el pleno municipal ante lo que tachó de "comentarios micromachistas" del concejal no adscrito, José Luis Fraga Torres, a raíz de que este le dirigiese un ruego en la misma sesión plenaria con el encabezamiento de "señorita alcaldesa".

"Vou facer un inciso", indicó Seijas. "Levo tempo nestes plenos escoitando o de señorita, o de que eu xogaba con bonecas, o da miña "bisoñez" política, ou comentarios sobre a miña curta idade. Por respecto a todas as mulleres que nos están vendo non lle vou consentir un micromachismo máis. Eu a vostede non o trato de señorito", afirmó la alcaldesa.

José Luis Fraga no tuvo opción a réplica por el reglamento según el que se organizan las sesiones plenarias. Al ser preguntado por este medio ayer, el edil afirmó que "sempre fun respectouso con todo o mundo, e dóeme que se me acuse de machista. Teño unha filla e son defensor dos dereitos das mulleres".

Específicamente, sobre el tratamiento, indicó que "se trata dun tratamento de cortesía dunha persoa solteira, iso é o que di o dicionario, e ela está solteira". Además, manifestó que "espero que haxa unha rectificación pola súa parte".

"É un menosprezo constante por ser muller e por ser nova"

UNA POLÉMICA LARGA. La crítica al apelativo "señorita" como machista tiene años de historia. En Francia, hace una década, el movimiento Madame ou Madame instó al aparato administrativo a eliminar esa fórmula de documentos oficiales. En España, el Tribunal de Cuentas desaconsejó su utilización en el año 2014. En aquel momento, su consejera, Enriqueta Chicano, afirmaba que esa diferencia en el tratamiento -el equivalente "señorito" no existe para la misma acepción- se debía a una tradición que distinguía, sin que fuese pertinente, entre una mujer casada de una soltera, y que en la actualidad esa identificación por el estado civil o por su relación con los hombres no debía continuar.

Rocío Seijas hace mención a estos antecedentes para descartar ese apelativo más allá de lo que diga la RAE, e indica que ya le había comentado al concejal no adscrito su malestar ante esa forma de dirigirse hacia ella, "polo que non ten sentido seguir chamándome así. É un menosprezo constante por ser muller e por ser nova", sentencia.

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