Lis, el mejor amigo de Zapateiro

Un perro pastor alemán fue clave para localizar con vida a su dueño, un monterrosino de 97 años que llevaba ocho horas desaparecido después de caerse en una finca entre la maleza

Lis recibe los mimos de Visitación, la mujer del nonagenario desaparecido. XESÚS PONTE
photo_camera Lis recibe los mimos de Visitación, la mujer del nonagenario desaparecido. XESÚS PONTE

Lis, o Luis para muchos, es un pastor alemán de ojos amigables, pelo largo y carácter dulce, que solo se hace respetar cuando se trata de defender los intereses de sus dueños. Cuando llegó a casa Zapateiro, en la localidad monterrosina de O Marco, era apenas un cachorro, pero en la noche del pasado martes hizo gala de un comportamiento ejemplar para acabar por convertirse en un auténtico héroe, del que todos este miércoles hablaban en la zona.

Su dueño, Antonio Rodríguez Besteiro, Zapateiro, permaneció ocho horas desaparecido desde que, en torno a las cuatro de la tarde del martes, saliera a dar uno de sus habituales paseos junto a su fiel e inseparable perro. A pesar de su avanzada edad, tiene 97 años, el hombre todavía se muestra ágil y activo, pero la mala fortuna hizo que ese día, después de adentrarse en una zona de abundante maleza de un eucaliptal de su propiedad, perdiera el equilibrio para caer de bruces y sin posibilidad de poder incorporarse.

Durante el tiempo en el que el hombre permaneció tirado en el suelo, el perro se mantuvo siempre acostado a su lado

Se desconoce el tiempo que permaneció allí, pero hasta que el hombre fue rescatado en torno a la medianoche, el perro permaneció siempre acostado a su lado, acompañándolo y dándole calor. "Só o abandonou cando escoitou a miña filla chamando por el", explica Visitación Rodríguez, la esposa de Zapateiro. En aquel momento, la actitud del perro volvió a ser ejemplar. Después de acudir a la llamada de esa voz amiga, guió al dispositivo de búsqueda que se había organizado hasta el lugar en donde yacía el nonagenario, que finalmente pudo ser rescatado sin más daños que unos rasguños "a causa dos toxos" y un principio de hipotermia, por lo que fue traslado para ser atendido en el Hula, aunque al mediodía de ayer ya recibía el alta médica.

"Cando o atopamos estaba débil, pero consciente", aseguró uno de los miembros del GES de Monterroso que, junto a agentes de la Guardia Civil y varios vecinos de la zona, participó en el operativo de búsqueda que se activó cuando la mujer del desaparecido dio la voz de alarma, en torno a las ocho y media de la tarde.

La llamada al 112 la realizó una vecina que regenta un bar próximo a la casa del desaparecido. "Vin a Visitación subir polo camiño e extrañoume. Cando lle preguntei que lle pasaba, dixo que estaba preocupada porque xa era de noite e o seu home aínda non regresara do seu paseo, polo que decidín chamar", explicó.

Cuando escuchó la voz de la hija de Zapateiro, Lis acudió a su encuentro para guiarla hasta el lugar en donde yacía su dueño

Esta vecina se mostraba muy agradecida por la rapidez con la que reaccionaron los equipos de emergencia. "Chegaron moi rápido e non tardaron nada en empezar a buscar, xunto a algúns veciños máis que nos unimos".

Una de estas personas aseguraba haber visto a Zapateiro por la tarde en un lugar cercano a donde finalmente fue hallado, por lo que la búsqueda se centró por la zona en donde finalmente apareció. "Estabamos moi cerca, pero non o chegamos a ver e aínda que Visitación berraba polo can, non a debía oír, porque non apareceu".

La hija del matrimonio, que reside en A Coruña, se unió al dispositivo ya sobre las once y media de la noche. El perro reconoció su voz y acudió a su encuentro para acabar guiando a todo el equipo de rescate hasta el lugar donde estaba el nonagenario.

"Se non é polo can, non a conta", aseguraron varios vecinos, que explicaron que, además de ser una noche fría, el hombre había caído en una zona muy húmeda, por lo que tenía mucho riesgo de sufrir una grave hipotermia.

Fiel escudero: Hace un año también lo protegió

No es la primera vez que Zapateiro y su perro viven una aventura parecida a la del martes. Hace algo más de un año, el hombre salió a pasear por una zona que no conocía y al caer la noche se desorientó, por lo que la pasó a la intemperie. Era verano y los servicios de emergencias no llegaron a ser alertados. Cuando el hombre llegó a la casa a la mañana siguiente y explicó su aventura dijo que el perro se había acostado a su lado y le había dado calor toda la noche.

Un regalo
Cuando era cachorro, Lis vivía en la nave en la que trabaja el hijo del matrimonio, pero al no poder atenderlo se lo dio a sus padres.