El lento avance de las obras de la A-54 apenas ocupa a medio centenar de trabajadores

En el tramo Melide-Palas preocupan las objeciones interpuestas por Transición Ecológica al nuevo trazado propuesto para la Serra do Careón
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photo_camera Las obras en el tramo Arzúa-Palas. SEBAS SENANDE

"Se queres saber cantas persoas traballan na autovía, telo fácil. Conta unha persoa por cada camión ou máquina que vexas". Siguiendo esa sencilla regla matemática, que nos propuso Emilio, el operario de uno de los camiones, que realizan los movimientos de tierra en el tramo entre Arzúa y Melide, este jueves apenas trabajaban en toda la obra de la autovía a Santiago medio centenar de personas.

Y es que sacar este dato del Ministerio de Fomento resulta una tarea casi imposible, ya que su contestación oficial, a instancias de este medio, resulta tan lacónica como ambigua: "en ambos tramos vienen trabajando varias decenas de operarios y se maneja la maquinaria e instrumental previsto en el contrato".

En todo caso, las obras de la A-54 se concentran estos días en tres puntos muy concretos. En el tramo entre Arzúa y Melide, una decena de vehículos de todo tipo trabajan en la AC-905, a la altura de A Cruz da Pastoriza. Desde ese punto, las máquinas ya retroceden hacia Santiago para construir el enlace con la rotonda de Burres, donde empieza el último tramo abierto de la A-54 y que ya lleva directamente a la capital gallega.

Siguiendo el trazado de la futura autovía en dirección Lugo, el paisaje se ve salpicado por alguna que otra baliza que marca la delimitación de la futura calzada, algún desmonte y pequeños movimientos de tierra. Sin embargo, para volver a ver actividad humana en la obra, es necesario llegar al lugar de As Cabazas, en el concello de Santiso. Allí, otras diez máquinas, entre retroexcavadoras, un par de Dúmper, varios camiones de menor tonelaje y un tractor, remueven la tierra y preparan el terreno sobre el que, algún día, se asentará el viaducto que salve el río Boente.

Fomento dice que los trabajos avanzan al ritmo previsto y que ni la gran concentración de restos arqueológicos alterará los plazos fijados

Ya en el tramo entre Melide y Palas, la actividad apenas se deja sentir en el entorno de la única gran infraestructura construida hasta el momento, el viaducto del río Furelos. Mientras, en Palas de Rei, justo en donde se retoma la autovía para llegar a Lugo, otra decena de máquinas ya han empezado a abrirse camino en dirección contraria.

Emilio, que aguarda en su coche particular esperando a que empiece su turno de trabajo, tira de los galones que le dan la veteranía de haber trabajado en todos los tramos de la autovía, "desde que empezaron as obras" para aventurar que a este ritmo la infraestructura "non estará rematada nin de broma no 2022".

Su percepción particular es que el ritmo de los trabajos es lento, no solo por la dificultad técnica que entrañan o por lo complicado que resulta mover la tierra embarrada por estos últimos días de intensas lluvias, sino porque "non hai cartos. Trabállase cos orzamentos prorrogados da etapa de Rajoy e sen investimento as empresas non poden traballar".

La afirmación la hace con conocimiento de causa, ya que cuando trabajó en las obras del tramo de O Picato, "todo estivo parado durante un tempo, pero en canto lles interesou e se puxeron cartos, as obras se executaron en apenas ano e medio".

La visión de este operario no es muy distinta de la de otras personas que, de una u otra forma, están vinculadas a este proyecto. Hay quien defiende que las ofertas excesivamente bajas de algunas empresas para hacerse con el contrato de la obra están notándose ahora en el bajo ritmo de las actuaciones.

IMPACTO AMBIENTAL. En el trayecto entre Melide y Palas de Rei preocupa especialmente las objeciones que el Ministerio de Transición Ecológica ha puesto a la modificación del trazado que la Xunta aprobó para la Zona de Especial Conservación (ZEC) Serra do Careón.

Esta modificación afecta a un tramo de 3,5 kilómetros y contempla, entre otras medidas, la supresión del viaducto de O Careón y la variación del trazado en alzado, con el fin de adaptarlo lo máximo posible a la orografía del terreno.

Fomento explica que está haciendo el seguimiento de las medidas de protección medioambiental contempladas en el proyecto y que, tras los trabajos de prospección realizados en las obras, "se ha descartado la existencia de representaciones de flora endémica en peligro de extinción, por lo que se encuentra en tramitación un procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental simplificado".

El procedimiento no debería, según este Ministerio, entrañar ningún tipo de retraso, ya que en los dos tramos "se están ejecutando las anualidades contractuales vigentes". Otra cosa, sin duda, será cuando se pronuncie Transición Ecológica y si obligará o no a hacer un cambio más profundo que el que aceptó la Xunta.

YACIMIENTO. El gran número de vestigios arqueológicos de distintas épocas, un total de 14, que se han cautelado en el tramo entre Arzúa y Melide también podrían acabar por retrasar la obra.

De momento, se han cautelado varios castros en los lugares de A Roda, Barros, Vilantime y Campos, pero también se han encontrado varias mámoas, fosas y yacimientos romanos. Esta concentración arqueológica en este tramo contrasta con el de Melide- Palas, donde solo se han efectuado dos cautelas arqueológicas.

Aumenta el tráfico de la N-547 desde su apertura
La apertura el pasado mes de mayo del tramo Arzúa-Lavacolla hizo que el viaje entre Lugo y Santiago se acortará de golpe en 15 minutos. Este hecho provocó que el tráfico por la N-547 se haya incrementado notablemente en estos meses, debido a que cada vez son más los conductores que prefieren este itinerario en detrimento del que combina la A-6 hasta el límite de Guitiriz con Aranga y la N-634 por Curtis.

MOTOR ECONÓMICO. Además de este incremento del tráfico rodado, en negocios de Arzúa, como la gasolinera o locales de hostelería, constatan la inyección que supone para la economía local la ejecución de las obras de la A-54.

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