Carballeira cuelga la cámara

La conocida tienda de fotografía monterrosina echa el cierre. Sus propietarios, Antonio Meilán y Elva García dejan atrás más de cuatro décadas detrás del objetivo por jubilación

Elva García y Antonio Meián en su tienda de imagen de Monterroso. EP
photo_camera Elva García y Antonio Meián en su tienda de imagen de Monterroso. EP

Decía el reconocido e histórico fotógrafo estadounidense Ansel Adams que "siempre hay dos personas en cada cuadro: el camarógrafo y el espectador". Y nadie mejor que Antonio Meilán, conocido por todos en Monterroso como Carballeira —como también se llama su tienda de fotos, en honor a su casa familiar— entiende el significado de esta máxima. Meilán y su mujer Elva García han formado parte del álbum familiar de gran parte de los ulloanos y tras más de cuatro décadas detrás del objetivo han decidido echar el cierre por jubilación.

Este apasionado por la fotografía se inició en este mundo con tan solo 22 años. "Ao rematar o servizo militar emprendín esta aventura. Sempre me interesou descubrir como era posible que unha imaxe se plasmara nun papel e decidín formarme eu mesmo lendo libros e facendo cursos", explica.

De este modo, comenzó como autodidacta en esta profesión y tras un año instruyéndose montó su primera tienda en Taboada. "Collín o meu primeiro negocio alquilado para probar. Os comezos foron difíciles pero era como un soño", dice con anhelo y rememora las largas tardes que pasaba encerrado en el laboratorio dando vida a los recuerdos que había plasmado en su objetivo. "O traballo de antes era moi duro. Pasaba todo o día dun lado para outro facendo reportaxes de vodas e comuñóns e logo chegaba á tenda e tiña que revelar todo, que un proceso moi laborioso", señala

Meilán se inició en el mundo de la fotografía con 22 años como autodidacta y su mujer se unió a su pasión años más tarde

.Poco a poco Meilán fue ganando renombre y creciendo en la profesión, por eso en los 90 decidió montar su propia tienda en el Campo da Feira de Monterroso, localidad vecina que estaba en pleno auge. Allí ejerció durante un lustro hasta que se cambió al local de la calle Benigno Vázquez, en el que se localiza ahora su tienda.

En esa época conoció a su mujer, que se contagió de la pasión por la fotografía y se convirtió en un pilar fundamental en el negocio. "Elva comezou axudándome cos decorados e montando álbums e ao final decidiu tamén meterse neste mundo", señala.

TESTIGO DEL CAMBIO. Los ojos de este experto fueron testigo de cientos de momentos especiales que la gente decidió plasmar en el papel. Además, vivió en primera persona la evolución digital que cambió por completo el negocio.

"No tempo da fotografía analóxica tiñas que pensar moito á hora de disparar. Cando sacabas unha foto era como se che quitasen un dente porque os carretes tiñan un límite e se o gastabas había que comprar outro, cousa que era moi custosa. Agora, na época dixital dispárase por disparar e pasas máis tempo escollendo as fotos que parándote a facelas", explica y remarca que los gustos de la gente también cambiaron. "Antes vivíase máis o momento, agora a xente quere voltar ao pasado e recopilan fotos antigas para recuperalas", comenta.

Ahora, tras más de media vida detrás de las cámaras, Antonio y Elva cerrarán las puertas de su tienda el último día del año, aunque confiesan que la decisión no ha sido fácil. "Cando llo dixemos aos nosos clientes moitos choraban. Levamos toda a vida nesto e son como da nosa familia pois vivimos os seus eventos máis especiais", dice Meilán, quien reconoce que echará de menos el negocio. No obstante, asegura que ya tiene en mente varios proyectos como "un reportaxe de todas as igrexas ulloanas". De este modo, pese a la jubilación, Carballeira aún no apagará su cámara.

Comentarios