Un agente de Palas fuera de servicio frena un ataque machista en A Coruña

Interceptó un coche del que vio 'volar' un cuchillo y del que una mujer quiso arrojarse en marcha por miedo a su agresor, exmilitar de Lugo

Un coche de la Policía Nacional. EUROPA PRESS
photo_camera Un coche de la Policía Nacional. EUROPA PRESS

Rechaza la etiqueta de héroe, aunque arriesgar su vida por la de los demás la lleve implícita y, en su caso, con ejemplos muy claros. Un policía nacional de Palas de Rei, el mismo que hace medio año interceptó a un violento delincuente sexual en A Coruña —una valiente acción por la que sus compañeros piden que sea reconocido con una medalla—, ha sumado otro hito a su historial. Esta vez —él lo cuenta con naturalidad a este diario— evitó una agresión machista que pudo acabar en tragedia, también en la ciudad herculina, donde está destinado. Él estaba fuera de servicio pero servir al prójimo no entiende de horarios: neutralizó a un maltratador, militar retirado de Lugo, que había amenazado con un cuchillo a su pareja y le había quitado el móvil para que no pudiese llamar a la Policía. Tras esta nueva y encomiable actuación, se han multiplicado las voces dentro del cuerpo que piden que sea conmemorado, como se puede leer en las redes bajo el hashtag #MedallasParaQuienSeLasMerece.

Este agente palense circulaba el pasado miércoles en su turismo por la tercera ronda herculina al filo del mediodía cuando fue testigo una escena inquietante: un coche que lo precedía, un destartalado Peugeot 306 con placas de Lugo, comenzó a dar bandazos y por la ventanilla alguien arrojó un cuchillo, primero, y un teléfono móvil, después. Lo que se atisbaba dentro era una violenta discusión entre dos personas que, con el coche zigzagueando de un carril a otro, no aventuraba nada bueno.

El agente lucense no se lo pensó y, en una maniobra de película, aceleró, se puso a la par que el otro vehículo y, adelantándolo ligeramente, se le cruzó delante y le cortó la trayectoria. El agente se apeó de su coche y, tras identificarse como policía, se dirigió hacia el presunto maltratador, que fue deponiendo su actitud agresiva tras algunas palabras desafiantes de inicio.

Por su parte, la mujer, concisa en sus explicaciones, corroboró el episodio de violencia de género que parecía vislumbrarse desde fuera. El agente trató de calmarla, pues estaba muy nerviosa porque había llegado a temer por su vida. De hecho, reconoció que había abierto dos veces la puerta del copiloto —algo que presenció el policía— para arrojarse a la calzada aun con el coche en marcha por ser el temor hacia su pareja mayor al de las posibles lesiones sobre el asfalto.

Para entonces, ya habían llegado más efectivos policiales, a los que el agente palense había llamado por línea interna, y procedieron a la detención del presunto agresor, un varón de mediana edad nacido en Lugo pero residente en A Coruña y que formó parte del Ejército, aunque ahora está en la reserva. A la vista de los hechos, es probable que sea acusado de los delitos de violencia de género, coacciones y amenazas.

No parece probable, en cambio, que le atribuyan un ilícito de detención ilegal, pese a que la mujer dijo en un principio que ella no quería subirse al coche. Preguntada por este extremo, matizó posteriormente que no lo hizo contra su voluntad, aunque no le apetecía. La situación cambió cuando comenzó la discusión y el hombre inició el violento episodio que frenó, una vez más, el héroe con placa de Palas.

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