Cada vez más familias y más jóvenes escogen el camping como una opción alternativa para pasar sus vacaciones.
Lo hacen por motivos económicos –dormir en una tienda o en una caravana es, evidentemente, mucho más barato que hacerlo en un hotel–, pero también porque están casados del bullicio agotador de las ciudades y desean pasar unos días alejados de todo, inmersos por completo en un entorno natural que les permita encontrase con ellos mismos y conectar al cien por cien con aquellos que les acompañan. Si además programan sus vacaciones en el último mes del verano, el precio está más que garantizado.

Galicia es un verdadero paraíso para aquellos que apuestan por el camping, no solo por ser una de las comunidades más verdes de España, sino también por sus 1.500 kilómetros de costa y por sus más de 700 playas en las que disfrutar del Atlántico y del Cantábrico.

"Son muchos los turistas europeos que eligen venir a nuestro complejo", reconoce Martín Riveiro, gerente del camping Muñeira, ubicado en una playa paradisíaca de O Grove.
"Nosotros fuimos pioneros en la instalación de glamping (unas tiendas acondicionadas de una forma muy similar a la habitación de un hotel) y, como estamos en primerísima línea de playa, muchos turistas de Francia y Bruselas nos eligen para pasar sus vacaciones en mitad de la naturaleza, pero sin dejar de lado las comodidades que ofrece un hotel", explica.

En el camping de A Fonsagrada (Lugo) coinciden con él: "Este año han venido muchas familias europeas que desean pasar unos días tranquilos en espacios naturales verdes como los que tenemos en la provincia", matizan orgullosos.
La realización de actividades especiales es otro de los motivos que atrae a los veraneantes hasta lo campings de Galicia. Muchos de ellos ofrecen, en las inmediaciones de sus instalaciones, la práctica de deportes acuáticos –como iniciación al buceo o snorkel– y la realización de rutas organizadas para disfrutar del entorno natural, observar las estrellas en las largas noches estivales o pasar ratos divertidos montando en bici.

"Los turistas también buscan disfrutar de pequeñas cosas, como hacer una barbacoa en el pasto con sus acompañantes o tomar una copa en la terraza del restaurante con unas vistas privilegiadas al mar", asegura el gerente del camping Muñeira.
A la hora de escoger un sitio u otro, las familias con niños suelen tener en cuenta, además de la tranquilidad y la seguridad que ofrezca el lugar, si este cuenta con piscina o supermercado dentro del propio recinto. "Eso es algo que facilita mucho las estancia de una familia con niños en un lugar alejado de la ciudad", recuerdan desde el camping Bayona (Pontevedra), donde es posible realizar multitud de actividades sin salir del recinto –desde ir de compras hasta bañarse en la piscina, pasando por disfrutar de una comida en sus restaurantes o por practicar paddle surf con una de sus tablas–.

"Las propias instalaciones con las que cuente el recinto también son determinantes, así como la limpieza de las mismas", aseguran desde el camping Benquerencia (Barreiros). "No se trata solo de lo que ofreces, sino de cómo lo ofreces: aquí la amabilidad del personal y el cuidado del entorno son claves para que el visitante te vuelva a elegir", afirman.

Además de turistas extranjeros y familias con niños, cada vez son más lo jóvenes que optan por pasar sus vacaciones de verano en tiendas de campaña, bungalows o autocaravanas. "Para ellos es fundamental sentirse libres, saber que están alejados de todo y que pueden hacer una fiesta en la playa o en el bosque sin molestar a nadie", concluye Riveiro.

Gonzalo Reverte. A Coruña, 21 años: "Vivo en una caravana en A Coruña tres meses al año desde que era un niño"
"Mis padres, mi hermana y yo veraneamos desde hace más de diez años en el mismo cámping de O Telleiro (A Coruña)", cuenta Gonzalo, que ahora es estudiante de Inef. "Estoy acostumbrado a vivir en la caravana tres meses al año desde que era un niño, así que para mí lo normal es esto, no estar encerrado en un hotel", confiesa.
Durante todos estos veranos, Gonzalo ha hecho "muchísimos amigos" en el camping, que, como él, siguen veraneando allí. "Con ellos hago muchos planes, como ir a nadar o de ruta".
Este año, como novedad, el coruñés está trabajando de socorrista en la playa que queda al lado del recinto. "Así aprovecho las vacaciones para ganar un poco de experiencia laboral en mi campo", asegura alegre.
Nuria Osorio. Lugo, 20 años: "Acampar al aire libre es ideal para vivir una experiencia nueva con todos tus amigos"
"Yo he estado varias veces de camping con mis amigas, tanto en las Illas Cíes como en O Grove", relata Nuria Osorio, una estudiante de Enfermería que suele aprovechar sus vacaciones para salir de la ciudad y disfrutar de la naturaleza.
"Acampar al aire libre es un buen plan si estás buscando vivir una experiencia nueva con tu grupo de amigos", asegura, aunque también advierte de que "las comodidades nunca son las mismas que en un hotel".
Sin embargo, insiste en que "merece la pena", puesto que es la única forma, por ejemplo, de pasar unos días en el entorno "maravilloso" de las Cíes.
"Lo que más me gusta de ir de camping es poder estar plenamente en la naturaleza, ya que durante el resto del año no tengo oportunidad de hacerlo", confiesa mientras rememora las caminatas que hizo a lo largo de aquellos días y "las tardes increíbles en la playa, disfrutando del sol y del mar".
Eva Villasante. Toledo, 26 años: "Ir de camping es mucho más divertido que alojarse en un hotel, y también más barato"
Cuando era niña, Eva Villasante solía ir de camping con sus padres, que "varios años alquilaron una autocaravana". Desde entonces, su amor por las vacaciones "en mitad de la naturaleza" no solo se ha mantenido, sino que "se ha ido incrementado".
Por eso, el año pasado, pasó dos semanas con su novio en un camping de Barreiros: "Recuerdo que hizo muy buen tiempo, así que pudimos disfrutar muchísimo de la playa y también del entorno natural".
Quedaron tan encantados con la experiencia que este verano han repetido junto a sus amigos. "Hace apenas unas semanas estuvimos en un camping de Pontevedra y fue mucho más divertido que cuando nos alojamos en un hotel, además de que nos salió más barato", concluye mientras, alegre, muestra algunas de las fotos que se hicieron.