El caso 'Eluana' quiere repetirse en Valencia

La familia de un joven valenciano está de acuerdo en dejar de suministrar alimento para que este muera y descanse en paz. Excepto su padre, los demás familiares han aprovechado el reciente caso de Eluana Englaro para sacar a la luz pública su situación, muy similar a la de la familia italiana.

Según informa el diario valenciano Las Provincias el joven, Alan García, sufrió un accidente en el Paseo de la Petxina de Valencia hace 15 años. Un golpe en la cabeza y una parada respiratoria le llevaron a la inmovilidad y a la no consciencia.

Entonces tenía 26 años. Primero estuvo en el hospital La Fe, luego le trasladaron a Portaceli y, al año, sus padres optaron por llevarlo a una residencia especializada en la ciudad francesa de Montereau, a 70 kilómetros de París, para tenerlo cerca y poder visitarlo cada día.

Sin testamento vital
A diferencia del 'caso Eluana', Alan nunca dejó testamento vital en el que pidiera que no se le prolongara la vida en una situación semejante y, tal vez por eso, las cosas se complican.

Sin embargo, su hermana Edith lo tiene claro. Tacha de ''hipócritas'' a los obispos, recordando que hasta el papa Juan Pablo II rechazó que se le prolongara la vida de forma artificial.

Invita a todos los que rechazan la idea de dejar de alimentar a su hermano para que muera a que lo visiten, que vean el estado deplorable que presenta. ''Ya no puede abrir las manos, está atrofiado, deformado'', asegura.

La legalidad
En España, la Ley de Autonomía del Paciente de 2002 recoge que un paciente, o su representante legal, pueden renunciar a cualquier tratamiento médico. También está recogido universalmente el derecho a no sufrir cuando se entra en agonía, aunque los calmantes acorten la vida. Lo que es una excepción es ir un paso más allá: ayudar a morir. La eutanasia como tal sólo está permitida en Holanda y Bélgica. El suicidio asistido (el enfermo se toma el cóctel letal, preparado por otros) se puede practicar en Suiza, y es legal en parte de Australia, Oregón y Washington (EE UU).

La polémica, desatada por el caso Eluana,`probablemente se repetiría ahora en España donde la Iglesia sigue ejerciendo una notable influencia. Según Pablo Simón, de la Escuela Andaluza de Salud, Bioética y Eutanasia, en una entrevista al diario El País, ''El debate se hubiera dado (en España), aunque sin el nivel de estrés ni de conflictividad social que ha tenido en Italia. La eutanasia es una práctica prohibida, el rechazo de tratamiento del caso Englaro, sin embargo, está perfectamente contemplado. Y las bases jurídicas son más claras que en Italia''.

La realidad
Pero los expertos subrayan que, a pesar de esta ley, sigue habiendo casos como el de Englaro. No existe una ley específica de muerte digna, por lo que los pacientes dependen de sus comunidades autónomas, del personal sanitario, etc.

La Ley de Autonomía del Paciente tiene agujeros y hay penalistas que, desde hace tiempo, reclaman una reforma del Código Penal que clarifique los términos de la retirada del tratamiento y otros puntos.

En septiembre del pasado año, el ministro de Sanidad anunciaba la intención del Gobierno de reformar las leyes sobre muerte digna. Su pretensión de que ''el derecho del paciente sea un derecho real''. Esto garantizaría, dijo, que los enfermos terminales no sufran dolorosas e inútiles agonías. Soria adelantó que la puerta estaba abierta a la regulación del suicidio asistido. Una reforma que implicaría modificar el Código Penal y que podría entrar en vigor en esta legislatura.

Pero las declaraciones de los políticos se quedan en el olvido y el debate sobre la muerte digna sigue sin abrirse.

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