El hundimiento del atunero vasco Campolibre Alai en aguas del Océano Índico el pasado domingo no ha dejado indiferente al municipio de Poio y, más concretamente, a la parroquia de Combarro, toda vez que uno de los miembros de la tripulación es natural de esta localidad.
José López Méndez era una de las 30 personas que se encontraba trabajando en el buque en el momento del suceso. El vecino de Poio, de 54 años de edad, fue el que se llevó peor parte, ya que resultó herido de gravedad como consecuencia de la explosión registrada en la caldera de la embarcación, que acabó provocando el hundimiento del atunero. Toda la tripulación fue rescatada por el Playa Anzoras.
Tal y como señaló ayer la familia de José López, este lleva varios años trabajando para la empresa Echebastar Fleet de Bermeo, a la que pertenecía la embarcación. La deflagración que provocó que el Campolibre Alai fuese a pique tuvo lugar durante la madrugada del sábado al domingo. Un allegado del marinero de Combarro explicó que "a nosotros nos avisaron ayer por la mañana (en referencia al domingo)". López Méndez trabajaba como engrasador del barco y en el momento de la explosión se encontraba a pocos metros del origen de las llamas, lo que le provocó heridas de gravedad en los brazos, las piernas y la cara. No obstante, los responsables de la empresa aseguraron a la familia que su vida no corría peligro. De hecho, el marinero de Poio tuvo ocasión de conversar durante unos minutos con su esposa para confirmarle que el rescate había sido un éxito.
El herido, que trabajaba como engrasador, sufrió quemaduras en los brazos, las piernas y la cara, pero su vida no corre peligro
La explosión se produjo a unas 300 millas al norte de las islas Seychelles, donde José López permace ingresado, a la espera de poder regresar a casa. "Lo cambiaron de centro sanitario y ahora está en Puerto Victoria, pero todavía no sabemos cuándo podrá volver", explicó ayer un miembro de su familia, que se mostró aliviado por el hecho de que, quemaduras al margen, todo haya quedado "en un susto muy gordo".
EN EL ALAKRANA. Tras ser rescatados por el atunero Playa de Anzoras, tanto José López Méndez como el resto de la tripulación fueron recogidos por el Alakrana, una embarcación que también pertenece a la firma Echebastar Fleet y que hace un lustro saltó a la fama por haber sido asaltada por piratas somalíes. La tripulación, entre la que se encontraban varios marineros de la provincia de Pontevedra, permaneció cautiva durante 47 días.
El propio Campolibre Alai también se convirtió en dos ocasiones en objetivo de los secuestradores ese mismo año. La primera intentona de los captores se fue al traste gracias a una maniobra evasiva realizada por el capitán del atunero. Meses después, la seguridad privada que protegía al buque consiguió repeler a tiros el intento de abordaje.
