El juicio por el doble crimen de Càlig ha concluido este martes en la Audiencia Provincial de Castellón en una jornada tensa en la que familiares y amigos de las víctimas han increpado a los acusados los cuales se han declarado inocentes en su último turno de palabra.
El magistrado presidente ha levantado la sesión para que este miércoles los miembros del jurado comiencen la deliberación hasta alcanzar un veredicto. A la salida, más de una veintena de personas ha esperado a los acusados portando carteles que mostraban las fotos de las dos víctimas, al tiempo que coreaban gritos de "asesinos".
Las dos personas procesadas, el empresario gallego acusado de ordenar la muerte de su examante y el acusado de ser el mediador entre el empresario y el sicario han tenido este martes la oportunidad de pronunciar sus últimas palabras en el juicio. El empresario ha pedido perdón a su familia, a sus hijas y "especialmente" a su mujer, la cual le ha acompañado en todas las sesiones del juicio, por "el daño y el sufrimiento causado por todo lo que han escuchado en este proceso. Ellos saben que no he participado y soy ajeno a todo esto".
Por su parte, el segundo de los procesados ha responsabilizado a la prensa por "haber aguantado 9 años utilizando la palabra presunto en sus informaciones y haberme condenado", al tiempo que ha asegurado "no haber tenido nunca nada que ver con estos hechos".
El fiscal modificó la pena que pidió inicialmente, en la que solicitaba 52 años de prisión para cada uno, y pidió el viernes 40 años para el empresario gallego y dos posibles penas para el mediador: 34 años si el jurado estima que sólo actuó de intermediario o 52 si se considera probado que participó directamente en los asesinatos.
En la sesión de este martes, el abogado del joven fallecido se ha referido a la relación entre el empresario y la víctima como un caso claro de violencia de género y de "explotación sexual en toda regla". La intención del empresario, ha agregado, "era matarla sin importarle lo que se llevaba por delante", ya que el joven que la acompañaba "solo intentaba ayudar a una amiga (cuando sufrió un accidente de tráfico) y encontró la muerte".
La defensa del empresario ha dicho que su cliente y la víctima "sabían lo que había entre ellos" y él "tenía su familia y su trabajo y ese era un proyecto a corto plazo que no podía durar toda la vida". Asimismo, se ha mostrado de acuerdo con la declaración de uno de los testigos, quien manifestó que el empresario "era un putero y un mujeriego pero no un asesino".
El defensor del supuesto mediador ha mantenido que no ha quedado probado que hubiera llamadas entre el sicario y su cliente, ni que éste haya estado presente en el lugar de los hechos. Sobre la reunión que mantuvieron los dos procesados ha insistido en que fue por un negocio inmobiliario y se ha preguntado si ese encuentro es suficiente prueba para dictar un veredicto de culpabilidad.