El fiscal considera culpables de asesinato a los hermanos acusados de matar a Verfondern

Juan Carlos, autor confeso del crimen, y Julio Rodríguez, en libertad pero considerado encubridor, acudieron este miércoles al juzgado para conocer los delitos a los que se enfrentarán en el juicio
Martin Verfondern
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El fiscal considera a los dos hermanos acusados de matar en 2010 al holandés Martin Verfondern "culpables de un delito de asesinato".  Ambos acudieron este miércoles al juzgado de O Barco para ser informados de los cargos a los que se enfrentan, paso previo a la apertura de juicio oral establecido en la Ley del Jurado, ya que será un tribunal popular el que decida si Juan Carlos y Julio Rodríguez, de 47 y 51 años, respectivamente, fueron los responsables de acabar con la vida de Verfondern, que residía junto a su pareja en Santoalla, en el concello ourensano de Petín. Ahora se abre un periodo para la petición de pruebas con las que acreditar en la vista oral las posiciones de cada una de las partes.

El ministerio público da por hecho que los dos hermanos participaron en la planificación del crimen, a pesar de que el juzgado decretó en su día el ingreso en prisión sólo para Juan Carlos como autor confeso del disparo, mientras que dejó a Julio en libertad por considerarlo un mero encubridor. Los dos familiares fueron detenidos en 2014, cuatro años después de la desaparición del holandés y confesaron ante la Guardia Civil, aunque el mayor siempre alegó que su participación se limitó a la ocultación del cuerpo.

La investigación, que se centró en todo momento en el entorno de la víctima, se había iniciado ya en enero de 2010, a raíz de que la viuda, Margo Pool, denunciase la desaparición de su marido. Sin embargo, la falta de pistas mantuvo el caso sin avances durante cuatro años, hasta que un helicóptero de la Guardia Civil localizó en julio de 2014 –gracias a un destello– el coche de Verfondern calcinado en un monte de A Veiga, y, en las proximidades, los restos humanos, justo cuando sobrevolaba la zona forestal de As Touzas da Azoreira.

SOSPECHOSOS DESDE EL PRINCIPIO. Posteriormente, trascendió que los agentes habían apresado a los dos hermanos y únicos vecinos del alemán nacionalizado holandés como presuntos autoras de su muerte. Se trata de la única familia que residía en el pueblo de Santoalla junto al matrimonio extranjero, enemistados entre sí por el dinero de los montes comunales. Precisamente, la existencia de disputas previas hizo que Margo Pool siempre apuntase hacia ellos como sospechosos de la desaparición de su esposo, aunque la familia siempre negó estar implicada e incluso la madre de los detenidos llegó a decir que "en el fondo" le tenían "cariño".

Verfondern había llegado a la localidad orensana de Petín junto a su mujer en busca del "agua más limpia del mundo". Su desaparición suscitó numerosas especulaciones debido a los enfrentamientos existentes en ese pequeño núcleo.

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