'Zapas' destrozadas a 1.450 euros

Balenciaga agota todo el stock de su nuevo modelo de zapatillas "efecto desgastadas"
Zapatillas rotas de Balenciaga. EP
photo_camera Zapatillas rotas de Balenciaga. EP

Las nuevas zapatillas que Balenciaga ha puesto a la venta, las Paris High Top Full Destroyed, imitan un "efecto destrozado" y ya están agotadas. En las redes sociales no ha pasado desapercibido este curioso modelo que cuesta 1.450 euros y ha arrasado en ventas. También es irónico que para limpiarlas se recomiende hacerlo "con un paño suave" para conservarlas adecuadamente.

En la página web de Balenciaga explican que entre sus características está su fabricación con "algodón totalmente desgastado y caucho", "desgarros por toda la tela" y tener una "suela vulcanizada".

A pesar de tener una apariencia sucia, la demanda se ha disparado, y de hecho en la web ya no quedan existencias. El modelo, además, lleva grabado el codiciado nombre de la empresa.

"Debido a los frecuentes cambios en el inventario de la tienda, no puede garantizarse la disponibilidad de un artículo", se lee en la página web cuando se intentan añadir a la cesta de compra.

Zapatillas rotas de Balenciaga. EP
Zapatillas rotas de Balenciaga. EP

En un comunicado, Balenciaga explica que estas zapatillas son "un clásico renovado que reinterpreta el atletismo y el casual atemporal de mediados de siglo, en negro, blanco o rojo con suela y puntera de goma blanca", que mantiene parte de ese acabado "envejecido" y "bordes ásperos que le da un aspecto desgastado".

"La campaña muestra los zapatos extremadamente usados, marcados y sucios", explican desde la firma. Y es entonces cuando desvelan la intención final de este calzado: "Estos bodegones sugieren que las zapatillas París están hechas para llevar toda una vida".

La discusión sobre lo adecuado o inadecuado de estas zapatillas no se ha hecho esperar, al igual que un argumento al que la firma de Demna Gvasalia se ha tenido que enfrentar en varias ocasiones: la glamourización de la pobreza.

Estas zapatillas también han incitado una oleada de comentarios en las redes sociales no solo por su aspecto desaliñado, también por su desorbitado precio: 1.450 euros. Los usuarios critican la moda "vintage nueva" que intenta promover la industria del lujo y muchos no comprenden cómo algo estropeado y destrozado, como estas zapatillas, pueden ser consideradas moda o incluso arte.

El diseñador Demna Gvasalia, director creativo de Balenciaga desde 2015, nació en Georgia en 1981 cuando el país estaba bajo dominio soviético. Pero en 1993, cuando tenía 12 años, se convirtió en refugiado, porque su familia dejó el país por una guerra civil.

Más tarde regresó a Georgia para estudiar economía internacional en la Universidad Estatal de Tbilisi en la capital del país.

Después de graduarse asistió a la Real Academia de Bellas Artes de Amberes (Bélgica), donde obtuvo su maestría en diseño de moda en 2006.

Hoy vive con su esposo, el músico y compositor francés Loick Gomez, y con sus dos perros en Zúrich. Habla con fluidez seis idiomas, según publicaba este jueves en un artículo la BBC. La experiencia de refugiado moldeó su personalidad y se refleja en sus colecciones. En la más reciente Semana de la Moda de París, celebrada en marzo pasado, Gvasalia rindió homenaje a los refugiados.

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