Una cría de ballena de unas tres toneladas vara en la playa de Bares

El mamífero, de entre seis y siete metros de longitud, pudo ser devuelta al mar
Una cría de ballena rorcual común vara en la playa de Bares, en Mañón
photo_camera Una cría de ballena rorcual común vara en la playa de Bares, en Mañón

Un ejemplar vivo de cría de ballena rorcual común, de entre seis y siete metros de longitud y entre 2.000 y 3.000 kilos de peso, ha varado en la playa de Bares, en el municipio coruñés de Mañón, si bien ha podido ser adentrada al mar, aunque con pocas expectativas de supervivencia. 

Un equipo de la Coordinadora para el Estudio de Mamíferos Marinos (Cemma), que estaba en una asistencia en una playa cercana, se desplazó de inmediato para ayudar al animal a salir de la arena. 

Los responsables de Cemma contactaron con Protección Civil y la Consellería de Medio Ambiente para vigilar que la ballena no volviera a varar, dado que a esa edad todavía depende de la madre para su alimentación y presentaba un aspecto escuálido. 

Según ha explicado a Efe el responsable de la zona norte de Cemma, Juan Ignacio Díaz, que participó en la operación de rescate, la última vez que se ha visto este miércoles al ejemplar adentrándose en el mar estaba vivo, aunque con escasas posibilidades de supervivencia. 

"De momento la primera partida la tenemos ganada, porque hemos conseguido que el animal se vuelva al mar", dice Juan Ignacio Díaz de Cemma

Normalmente, los partos de ballenas acontecen en los meses de diciembre, enero o febrero y es en esta época cuando pueden aparecer varados ejemplares cría de esta especie. 

Juan Ignacio Díaz se inclina por pensar que tal vez la madre haya tenido algún problema y terminase muriendo, interrumpiendo de ese modo el periodo de lactancia. "De momento la primera partida la tenemos ganada, porque hemos conseguido que el animal se vuelva al mar y, de hecho, lo hemos perdido de vista ya", ha indicado Díaz, que, no obstante, señala que continuarán las labores de vigilancia por si vuelve a varar en otro lugar distinto de la costa. 

CALAMAR GIGANTE. En esta misma playa, el pasado 11 de octubre, un aficionado fotografió a un ejemplar vivo de calamar gigante, de unos 105 kilos, que flotaba en el agua, un hecho insólito en el mundo que sólo tiene un procedente en unas imágenes obtenidas hace dos años en Japón. 

La curiosidad de las imágenes, aparte de que es la segunda vez que se consiguen, es que documentan la particular reacción de este ejemplar de hembra de Architeuthis, que todavía conservaba intacto uno de sus ojos –el más grande del reino animal–, que al verse observado por el fotógrafo cambió de color a un rojo intenso

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