Los ribadenses del entorno de la plaza de abastos se mostraron este lunes consternados al saber que había fallecido, en su casa, una conocida vecina, que vivía a caballo entre la villa y Madrid. Fue la asistenta la que encontró el cuerpo sin vida de G. Pérez Vijande, de 88 años, cuando llegó por la mañana al domicilio en el que residía sola –ha pasado casi un año desde que murió su esposo, Ricardo Vila–. Aunque todo apunta a que el luctuoso suceso se produjo de forma natural, se activó un protocolo por el que varios agentes de la Guardia Civil aguardaron a las autoridades judiciales, para que ordenasen el levantamiento del cadáver.
Pasadas las once de la mañana, el cuerpo de la anciana fue trasladado a Lugo, si bien ya entonces sus hijos, residentes en Madrid, procedieron a publicar parte de la esquela en la Funeraria Ribadense. En ella, se indica que la viuda falleció este lunes, día 13 y que este martes recibió sepultura en el cementerio municipal de Ribadeo tras salir, con el féretro, del tanatorio a las tres y media de la tarde. A las cuatro y media, está prevista la celebración del funeral.
El despliegue de agentes y servicios funerarios, que se vio por la mañana en el entorno de la plaza de abastos, despertó la curiosidad de los vecinos, más aún por residir, la fallecida, en una vía céntrica y peatonal, como es la calle Ramón González. y en uno de los edificios centenarios y más llamativos de la villa, propiedad de la finada y de su familia.
Estaba previsto que el cuerpo llegara en la mañana del martes a Ribadeo. Según el estudio que se realizó para dar cuenta de la necesidad que Ribadeo tiene de una residencia, hoy por hoy, son 3.828 los mayores que residen en la villa y al menos 545 viven solos.
