Un estudio fija en 125 el máximo natural de años que puede vivir un humano

La francesa Jeanne Calment, que murió en 1997 con 122 años, ostenta el récord mundial de longevidad y los científicos creen que es poco probable que sea superado
Dos ancianas caminan cogidas del brazo
photo_camera Dos ancianas caminan cogidas del brazo

Un análisis demográfico global publicado este miércoles en la revista Nature sugiere que existe un límite máximo natural para la vida humana que difícilmente podrá ser superado: los 125 años. La esperanza de vida de la especie se ha incrementado de manera regular en la mayoría de países en el último siglo y medio, si bien ese progreso se estancó en torno a la década de los ochenta, lo que ha llevado a los investigadores a explorar la posibilidad de establecer una frontera de edad infranqueable.

Un equipo liderado por Jan Vig, de la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York, ha utilizado para su estudio la Base de Datos de Mortalidad Humana puesta en marcha en 2002 por la Universidad de California y el Instituto Max Planck . A partir de esos datos determinaron que el grupo de seres humanos que llega a una edad más avanzada es cada vez mayor en las últimas décadas, si bien esa edad es cada vez menor desde hace treinta años.

La francesa Jeanne Calment, que murió en 1997 con 122 años, es la persona que más ha vivido hasta ahora, y los científicos creen que es poco probable que ese récord sea superado. "Algunas evidencias apuntan a que la esperanza de vida máxima no es fija. Hay estudios a partir de modelos de organismos que muestran que es flexible", constata el estudio de Nature.

"En contra de lo previamente sugerido, que la longevidad humana puede extenderse más allá (de los límites observados hasta ahora), nuestros datos sugieren de manera sólida que la esperanza de vida está limitada" de forma natural", afirman los investigadores. 

El estudio señala que la idea de que el envejecimiento es un proceso con utilidad evolutiva, programada a partir de la selección natural, está "desacreditada". Lo que parece más probable, para Vig y su grupo, es que la existencia de un límite natural a la existencia humana es "una consecuencia de los programas genéticos establecidos en las primeras etapas de la vida, como el primer desarrollo, el crecimiento y la reproducción".

Los científicos subrayan que no consideran imposible que el ser humano logre extender su vida más allá de esos límites naturales, si bien sugieren que ese escenario "requeriría intervenciones más allá de la mejora de la salud". Algunos de esos métodos "están actualmente siendo investigados", afirma el informe, que apunta que "no existe razón científica para anticipar que esos estudios no pueden tener éxito". 

"Las posibilidades (de lograrlo) están esencialmente limitadas por la miríada de variables genéticas que determinan de forma colectiva la esperanza de vida de una especie determinada", indica el trabajo.

Comentarios