Un aparejador en paro se gana la vida vendiendo su novela puerta a puerta

El vivariense Rafael Rivera ha encontrado su sustento temporal ejerciendo como comercial de su propia ópera prima, que está a punto de agotar los primeros 1.000 ejemplares editados
Rafael Rivera, en la Avenida das Américas de Lugo
photo_camera Rafael Rivera, en la Avenida das Américas de Lugo

Rafael Rivera Rey fue una de las miles de víctimas laborales que se cobró la crisis del ladrillo. Este arquitecto técnico vivariense, de 36 años, se gana la vida vendiendo puerta a puerta la novela de suspense que ha escrito.

Hace un año autopublicó su ópera prima: ‘Riversideking’ -el acrónimo en inglés de sus dos apellidos-, porque «no quería perder el tiempo esperando a que las editoriales enjuiciasen» su trabajo literario. Desde entonces lo que era «una vía de escape» para su «imaginación» se ha convertido en su sustento y en el de su familia. Tiene pareja y una hija de solo siete meses.

«Me da para vivir. Ahora mismo dependo de ella, aunque sigo mandando currículos todos los días en busca de un trabajo para volver a mi sector», afirma este escitor novel, que este martes vendió su obra puerta a puerta en la zona de Avenida das Américas de la capital lucense.

Es un caso más, eso sí peculiar, de autoempleo, que se ha convertido en una de las alternativas laborales más recomendables en España para alejarse de la lista del paro.

Rafael Rivera se desplaza desde Viveiro a vender a las principales ciudades gallegas porque es donde cree que tiene «más oportunidades» de que fructifique, pese a que tiene que superar la «desconfianza» inicial de sus potenciales compradores.

Su tarjeta de presentación cuando llama al timbre de un domicilio es la historia de su vida laboral. Pasó de conocer el boom de la construcción -le surgió la oferta de trabajo cuando estaba acabando la carrera universitaria- al pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Cuando se quedó sin trabajo en su Mariña natal, se marchó a Santiago de Compostela, en donde estuvo cuatro años, a media jornada, dando clases de matemáticas y física y química en una academia.

Dio entonces un giro a su vida. Se marchó a trabajar como ayudante de cocina a un hotel de Rialp en el Pirineo leridano, que vivía de los usuarios de la estación de esquí y del incesante flujo de compradores de la cercana administración de lotería La Bruixa d’Or de Sort. Pero a los cuatro meses cerró ese alojamiento.

Volvió a su tierra y le surgió un empleo en una editorial en Vigo. Fue la «escuela» en la que aprendió a ser comercial, que también le viene ahora para dar salida a su novela. «Pensaba que no me iba a atrever, pero con la práctica perdí el miedo a llamar a la puerta», recuerda.

angustia. De su criatura literaria cuenta que ‘Riversideking’ es también el nombre del pueblo estadounidense «olvidado de la mano de Dios» en el que transcurre la acción. A través de las viviencias de su protagonista, Alan Carrish, un camionero neoyorkino de origen irlandés, dice que pretende «generar un clima de angustia en el lector».

Ahora está a punto de agotar los primeros 1.000 ejemplares de su obra. En diciembre verán la luz otros tantos y tratará de que también se venda en librerías y en un conocido portal de comercio electrónico, tanto en formato eBook como en papel.

Comentarios