«Soy feminista antes de nada y me da igual que sea entendido como correcto o incorrecto»

"Tenemos la falsa conciencia de la igualdad conseguida pero aún caminamos hacia ella"

En el marco de la conmemoración del Día da Muller Rural, Ana María García, asesora legal especializada en igualdad de género, ofreció una charla en Muras para acercarse a la realidad que viven las mujeres. En el camino hacia una utopía que considera alcanzable, aboga por la educación y la sensibilización en la base, en casa y en la escuela
Ana, con su hija
photo_camera Ana, con su hija

Cuando se quedó sin trabajo en 2014, Ana María González decidió aunar lo que sabía hacer y lo que más le gustaba y fundó Femlegal, una asesoría y consultoría especializada en igualdad de género a través de la que pretende ayudar a las mujeres a empoderarse de sus derechos. La semana pasada estuvo en Muras en los actos para conmemorar el Día da Muller Rural.

¿Es una utopía la igualdad?

(Ríe). Llegará. Como utopía caminamos hacia ella. Lo fundamental es el trabajo desde cero, en la raíz, en tu propio hogar. Una vez que eso se modifique, lo otro vendrá después.

En Femlegal tienen una escuela de formación virtual y participan en charlas con diferentes colectivos. ¿La divulgación es clave?

Y la visibilización de diversas situaciones. Tenemos la falsa conciencia de la igualdad conseguida: «Yo como mujer tengo los mismos derechos, aquí no pasa...», pero cuando lo analizas al detalle la desigualdad sí existe.

Derechos "Hay falta de información y de costumbre de reclamar lo que es nuestro por coste económico o personal"

¿La gente, las mujeres, conocen sus derechos o hay desinformación?

Hay falta de información y una falta de costumbre de reclamar lo que sabemos que es nuestro, por coste económico o personal, y la falsa creencia de que lo protocolario es a lo que tenemos derecho. Por ejemplo, en la rama de la maternidad, concretamente en el parto, existe el pensamiento de que lo que tengan que hacer los médicos y lo que tenga que ser será, pero la mujer tiene derecho a elegir cómo, dónde o con quién.

¿Es difícil salir de ese protocolo?

Cuesta. Existe una presión social y piensas que puede haber un tipo de represalia, pero aunque es difícil cada vez te encuentras con más mujeres empoderadas y más profesionales que lo respetan.

¿Se pierden derechos por ese desconocimiento?

Sí. Una de mis últimas asesorías fue con una mamá que no podía estar con su hijo mientras le extraían sangre. Crees que como no te invitan no tienes derecho a entrar, y sí lo tienes. La mayoría de las consultas que tengo son sobre derechos laborales yreducciones laborales para ajustar los horarios y en cuanto a maternidad, el más recurrente es el incumplimiento de los planes de parto; quién te atiende, la posición, el movimiento libre y no estar monitorizado si no hay una situación de urgencia... Hay la falsa creencia de que quien opta por un parto natural no puede hacerlo en un entorno hospitalario. Es nuestra responsabilidad apoderarnos de nuestros derechos.

¿Es suficiente la legislación actual en maternidad?

Es bastante insuficiente. Hay países que están peor, no tienen las 16 semanas de descanso ni la baja de paternidad, pero no por eso debemos conformarnos. La referencia primera es la OMS, que recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses.

Casi imposible de compatibilizar con el trabajo.

Es muy complicado a nivel laboral, pero con voluntad e información se puede hacer.

Y a nivel laboral, ¿la igualdad está más cerca?

Por estadísticas de desigualdad salarial no sabes qué pensar, porque sigue habiendo una brecha salarial abrumadora. En igualdad legal se han hecho avances, pero no se corresponde todavía con la realidad. La mujer tiene muchas más cargas domésticas y la división sexual del trabajo (cuidado de niños y mayores) aún está muy marcada. No partimos del mismo punto y ese punto de partida desigual tiene unas consecuencias brutales: contratos más precarios, jornadas reducidas para compatibilizar...

 Paridad "En un espacio idílico la paridad no me gusta, pero es la forma de llegar a la igualdad"

Discriminación positiva, ¿sí?

En algunos casos sí, es la manera de favorecer la igualdad.

Los planes de igualdad de las empresas, ¿escaparate o realidad?

Depende de cada caso. Sí que es verdad que algunos son meros calcos de la ley, y para eso no lo hagas. El caso es mejorar la ley, pero doy un voto de confianza. Y recomiendo que todas lo hagan, aunque sea desde un punto de visto egoísta, los trabajadores motivados trabajamos más.

¿La paridad es positiva?

Depende. Si lo analizo en un espacio idílico no me gusta, pero es la forma de corregir y llegar. Es parte del camino. En política, por ejemplo, donde la mujer no hace tanto que puede acceder, es uno de los mecanismos.

¿Qué piensa de la protección legal respecto a la violencia de género?

Queda mucho por hacer. Tenemos una ley de protección integral para las víctimas, pero hay que corregir muchas cosas. La propia mujer es analizada e interrogada como parte del problema y los tiempos deben acortarse. Y existe una conciencia de que denunciar no sirve. Cuesta mucho salir de ese círculo.

¿Qué hay que hacer?

Sensibilización y educación desde la base, en las escuelas, es fundamental, pero tienen que estar implicados muchos estamentos que no lo están ahora. Mientras lo consideremos algo accesorio no vale, tiene que estar transversalizado en el currículo.

Acaba de participar en Muras en un acto para conmemorar el Día da Muller Rural. ¿Hay un cambio de mentalidad entre el rural y una gran ciudad o los problemas de desigualdad son los mismos?

Son realidades diferentes, el tipo de trabajo es distinto, pero la base del problema es la misma. No el urbano por más informado es menos desigual. Y el rural, a través del emprendimiento de muchas mujeres, está viviendo una ruptura en las grandes cifras de pérdida de población, cuya situación está mejorando algo.

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