Inma de Gregorio

"Al suavizarse las restricciones, el turismo ha vuelto a la masificación"

Gestiona el blog A World to Travel, desde el que comparte destinos, experiencias y consejos apostando siempre por un modelo sostenible.

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photo_camera Inma de Gregorio, en una imagen tomada en la Bretaña francesa. EP

El covid ha puesto el mundo patas arriba, desestabilizando a sectores tan potentes como el turístico. Sería un buen momento para que este se reinvensase, como corrobora Inma de Gregorio, avanzando hacia la sostenibilidad. Algo de lo que sabe mucho esta gallega, con más de medio centenar de destinos en su mochila y que en el año 2018 logró para A World to Travel el premio al blog de Turismo Responsable.

¿Cuáles fueron sus primeros viajes y cómo los vivió?

Tras alguna incursión en el mundo de los viajes con mi familia cuando era una niña, tuve ocasión de empezar a irme sola desde la adolescencia por estudios, intercambios juveniles y voluntariado. Poco más tarde empezaría a hacerlo también por trabajo. Son muchos para recordarlos todos, especialmente los que se remontan a aquella época de la que ya han pasado más de 20 años, pero cada uno de ellos me dejó buen sabor de boca y las ganas de repetir la experiencia haciendo, poco a poco, que me convirtiera en la persona que soy hoy.

Se fue de Erasmus, de Interrail tres veces, tuvo una beca Leonardo, hizo un servicio de voluntariado europeo (EVS)... El mundo pone hoy al alcance de los jóvenes más oportunidades que nunca para moverse y descubrir otros lugares, ¿por qué deberían aprovecharlas?

Cuando pasó todo eso, mi vida era como la de otras muchas personas de mi edad que estaban abiertas a las oportunidades que se les iban presentando. No me considero especial, tan solo afortunada por haber disfrutado de salud para poder emprender todas y cada una de aquellas aventuras que hicieron de mi juventud temprana un periodo de aprendizaje único. Veinte años más tarde, las iniciativas que existen para que personas de entre 18 y 30 o 35 años tengan contacto con otras realidades a través de experiencias de diversa índole en el extranjero siguen ahí. Muchas de ellas, gracias a los diferentes programas que ya existían y continuaron evolucionando, con fondos de la Unión Europea. Poner en conocimiento de la juventud su existencia para que decidan si quieren aprovecharlos es clave. Muchas veces las plazas quedan sin adjudicar por falta de candidatos, así que su difusión sería el primer paso. Luego ya está en cada uno el exprimirlas o dejarlas pasar. No todos estamos cortados por el mismo patrón y es importante respetar los tiempos, intereses y decisiones de cada uno. 

Un día decidió convertir en profesión esa pasión. Fue una apuesta arriesgada...

Sí, un día decidí pausar mis estudios universitarios y dedicarme en cuerpo y alma a trabajar en lugar de compaginar ambos como llevaba haciendo toda la carrera. Lo que algunos entendieron como una especie de locura transitoria, para mí no fue más que la aceptación de algo que venía constatando desde hace mucho tiempo: el aprendizaje a través de las experiencias laborales a las que me fui enfrentando a lo largo de mi vida es una adicción de la que no quiero prescindir. El hecho de que mi profesión estuviese influenciada por mi historial viajero fue simplemente una evolución lógica.

Hubo distintas paradas en ese camino profesional centrado en los viajes, que por ahora ha culminado con su blog, A World to Travel.

Después de algunos años gestionando cuentas para una empresa de eventos, márketing y comunicación empecé a trabajar con grupos en Canadá, Estados Unidos y Reino Unido. Al mismo tiempo, durante la temporada invernal, era guía de viajes de ski y snowboard a los Alpes franceses. Finalmente, hace nueve años, empecé a gestar A World to Travel. Lo que en sus comienzos fue un sencillo blog de viajes es hoy un portal web bilingüe donde no solo continuamos publicando contenidos de interés, sino que también ayudamos a negocios y marcas a conseguir más clientes gracias a la promoción en webs y redes sociales, haciendo que lleguen a más de cien mil personas todos los meses. Además, A World to Travel me hizo optar a un abanico amplísimo de oportunidades laborales que surgieron a raíz del lanzamiento de la web y que continúan hasta la fecha. Así, la experiencia en el sector de los viajes y el portfolio digital construido a lo largo de todos estos años me han servido para trabajar con destinos de todo el mundo e impulsar otras facetas laborales como la de copy turístico, redactora independiente y conferenciante.

Cuando había conseguido confluir vocación y profesión, la pandemia la frenó en seco. En su caso, ¿cómo la vivió? 

La viví con mucha anticipación al principio, por estar hiperconectada a las noticias globales. La pandemia me cogió en Cuba, trabajando como ‘group leader’ para una empresa italiana que estaba abriéndose camino en nuestro país. Una vez regresé a Galicia y aprendí a manejar la ansiedad que me producía la sobreinformación y la gestión de la pandemia empecé a disfrutar del parón obligado al que nos enfrentamos la mayoría. 

"No podemos anteponer intereses económicos ni deseos personales al medio ambiente"

¿Cómo encarriló su trabajo durante el parón?

El tiempo que duró el primer confinamiento me sirvió para ordenar ideas y tener espacio para poder seguir creando, otro de mis motores. Un tiempo muy necesario cuando tu vida durante los últimos veinte años no ha sido otra cosa que un viaje continuo, tan enriquecedor como caótico.

Ahora debemos aprender a desenvolvernos en este escenario, ¿cómo es el turismo de la ‘nueva normalidad’?

Se habla mucho del ‘revenge travel’, que no es otra cosa que un fuerte deseo de recuperar el tiempo que el covid nos ha arrebatado y compensar los viajes perdidos. Pero de momento lo que se ha visto es que la gestión del turismo es tan dispar como naciones hay en este mundo y es pronto para hablar de la recuperación que se vaticinó cuando las primeras vacunas vieron la luz y que podría esperarse ya por estas fechas. 

Por ahora continuamos en la incertidumbre.

Estamos pendientes de las restricciones y normativas que se aplican a los diferentes destinos, pero también vemos que lo que está pasando es que hemos vuelto en un tiempo récord a la masificación de la que tanto nos quejábamos los años que condujeron al inicio de la pandemia. Pudo verse en Grecia este verano y en otros países que abrieron sus fronteras al turismo y se vieron desbordados por no existir tantas alternativas como antaño.

Lo que sí se han buscado son experiencias de ocio alternativas a los viajes.

Sí, hemos presenciado como una serie de tendencias han subido como la espuma a raíz de esta situación, como los eventos ‘al fresco’, los viajes en tren en contraposición al avión y el ascenso meteórico del turismo en furgoneta y autocaravana. El paraíso del distanciamiento social.

En en año 2018, A World to Travel fue galardonado como Blog de Turismo Responsable del Año, ¿qué implica este concepto, el de ‘turismo responsable?

Implica ir más allá de ofrecer una experiencia satisfactoria al turista. Es necesario preocuparse y ocuparse de las problemáticas económicas, sociales y ambientales y abordar las necesidades de las comunidades de destino. Sin ser exactamente lo mismo, se trata de que el turismo sea sostenible para que las generaciones futuras puedan seguir disfrutando del mismo. Ahí está el mayor reto.

¿Qué hay que eliminar en el turismo para que este avance hacia la sostenibilidad?

Todo lo que obstaculiza ese progreso. La industria del turismo es una de las más importantes del mundo y muchas naciones han basado sus economías en la misma, pero no podemos anteponer los intereses económicos y de grandes corporaciones al medio ambiente o a las poblaciones locales. Empezar es fácil, y no es necesario esperar a que se lleven a cabo grandes cambios en el sistema. Nosotros podemos hacerlo ya con la elección del destino y el medio de transporte, con la menor huella de carbono posible, y continuar evaluando dónde vamos dejando el dinero a la hora de alojarnos, comer y disfrutar de experiencias. Todas y cada una de las elecciones que se nos presentan son fantásticas oportunidades a nuestro alcance para que el cambio empiece a ser una realidad.

"Este puente invita a descubrir cualquier destino cercano"

Mientras muchos preparan sus maletas, Inma de Gregorio y su pareja, el fotógrafo Jose Martínez, las deshacen, recién llegados de un ‘road trip’ por el oeste de Francia. Con las restricciones endureciéndose de nuevo, sus planes viajeros inmediatos se ciñen ahora a pequeñas escapadas por Galicia y el norte de Portugal.

Ofreció su particular visión del mundo en ‘50 países en 50 días’. ¿De dónde surgió la idea? 

Hice una publicación en la cuenta de Instagram @aworldtotravel de una serie de galerías de imágenes recogidas en cincuenta países y sacadas de un archivo construido a lo largo de los últimos 20 años. Una pequeña muestra del mundo que nos esperaba a todos de vuelta una vez el confinamiento y (ojalá pronto también) la pandemia, terminasen.

¿Cuál es su viaje pendiente?

Hablar de viajes pendientes cuando se tiene la inmensa fortuna de haber viajado a más de sesenta países puede dar pie a la controversia. No descarto ningún destino en el futuro y priorizo los lugares en los que no he estado. La pandemia canceló no menos de cinco proyectos viajeros en diferentes partes del mundo que tenía agendados. Entre ellos, un viaje que mi pareja y fotógrafo del blog, Jose Martínez, y yo teníamos muchas ganas de hacer a Camboya, Laos y Vietnam. Continuar viajando tanto como la vida me permita, sola o acompañada, es mi gran sueño. Y me quedan muchos destinos por explorar, sobre todo en Asia central, América del sur, África central y Oceanía.

¿Hay algún destino que haya desestimado?

A priori no, pero sí hay alguno al que no volvería, como Chernóbyl. Visité el área de exclusión en febrero de 2017 gracias a un viaje de prensa y tras haber estado allí entendí que quizá no era necesario —ni tan seguro como puede parecer— haber ido. 

Si solo pudiera recomendar un viaje, ¿cuál sería?

El que sepas que vas a disfrutar. Suele decirse que un viaje empieza cuando lo planeamos y termina con los recuerdos que nos traemos de vuelta. Yo recomiendo lanzarse a planificar ese viaje que no te sacas de la cabeza. Y si quieres alguna idea, un viaje combinando bici y tren por algún país de Europa o el camino de Santiago a pie son dos grandes opciones para empezar.

"No volvería a Chernóbyl. Tras estar allí entendí que quizás no era necesario haber ido"

Háganos una propuesta accesible para este puente.

Estos cinco días que tenemos por delante son perfectos para lanzarse a explorar algún destino cercano. Sin coger ningún avión, ¿qué tal un ‘road trip’ por la costa oeste de Portugal, León o Extremadura? Descubrir la Ribeira Sacra o la mancomunidad de Terras de Pontevedra son otras grandes opciones sin necesidad de desplazarnos demasiado para aprovechar el tiempo al máximo.

¿Hotel, cámping o caravana?

Hay un tiempo y lugar para todo. Yo, por ejemplo, no concibo un festival de música veraniego sin una tienda de campaña. Por otro lado, perderse por la costa gallega o portuguesa en furgoneta camperizada si se tiene la opción es una experiencia altamente recomendable y que disfruté mucho en su día. Y por último, ¿existe algo más acogedor que disfrutar de un hotel único en medio de la naturaleza cuando la climatología es adversa? ¡Me quedo con las tres opciones!

Frío, obligaciones laborales, colegios..., ¿cómo se puede aprovechar el invierno para seguir viajando?

Tenemos la suerte de vivir en Galicia, donde la lluvia es arte, la niebla perfila el paisaje y el frío no es algo que no podamos evitar abrigándonos bien. Yo soy muy fan de disfrutar del aire libre todo lo que se pueda y, si cabe, el invierno me hace sentir más viva y llena de energía aún que el verano. Los fines de semana, puentes y periodos festivos son un alivio mientras no llegan las vacaciones, y las posibilidades que nos rodean sin salir de nuestra tierra son, casi, infinitas. ¡Aprovechémoslas!

Una escapada a Lugo sería una opción perfecta. 

Sí, claro. Conozco bien Lugo, pues hasta los 18 años viví en Ribadeo con mi familia, y pasear por su muralla al atardecer me encanta.

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