Silvia Jato: "La gente, con una sonrisa, te invita a seguir porque les entretienes"

La lucense presenta desde el 1 de julio el magacín ‘'La mañana’ de La 1', consciente de que las audiencias son "la espada de Damocles" de los programas televisivos. ► La comunicadora y exmodelo sustituye este verano a Mariló Montero, que deja la cadena estatal
La presentadora Silvia Jato
photo_camera La presentadora Silvia Jato

Silvia Jato , que ya presentó en el verano de 2007 el matinal de La 1 ‘Por la mañana’, comenzó su carrera en 1990 en la TVG y ha trabajado también en Antena 3 Televisión. Desde finales de 2014 hasta junio de 2015 presentó el programa de actualidad ‘Boas tardes’ en la autonómica gallega. 

Aunque en 2007 ya presentó el matinal de La 1 ‘Por la mañana’, ¿cómo afronta este nuevo reto en su carrera?
Con mucha ilusión, porque hay caras que son de esa época y te reconforta, y con ganas de hacer un buen trabajo. En el verano hay mucha gente que quiere ver la televisión, y nuestro objetivo es hacer que pasen un rato muy agradable, a la vez que les aportamos conocimiento y opinión. 

¿Qué supone para usted reemplazar este verano a Mariló Montero?
Supone hacer un buen programa y no defraudar al telespectador. En Galicia, ya me conocían haciendo este formato, por lo que nos dieron el premio Iris de la Academia de la Televisión a la mejor presentadora autonómica (2015), y espero que, a nivel nacional, cause buena impresión. 

"El corazón no es mucho lo mío; me siento más a gusto en la actualidad, sucesos, economía, política..."

¿Le ha dado Mariló Montero algún consejo especial?
No he tenido ocasión de hablar con ella. 

¿Qué parte de un magacín le atrae más: tertulia, conexiones en directo, salud, entrevistas, corazón...?
El corazón no es mucho lo mío; me siento más a gusto en la actualidad, sucesos, economía, política... 

¿Por qué cree que se suele elegir a una mujer para presentar los matinales? ¿Piensa que, a veces, puede primar que una información sea contada por una ‘cara bonita’?
No lo sé... pero quien creó el matinal fue Jesús Hermida (desde mi perspectiva), una manera de hacer televisión que todas hemos seguido de alguna u otra forma. La cuestión no es si es chica o chico, la cuestión es que se haga lo mejor posible; y si es una mujer la que lo logra, ¡bendito sea! 

Su trabajo más reciente en televisión (2014-2015) ha sido el programa de actualidad ‘Boas tardes’, en la TVG. ¿Qué diferencias encuentra entre trabajar en un canal autonómico y uno de ámbito nacional?
Lo que más noto de diferencia es la presión en las audiencias; el resto es lo mismo. Trabajas para la gente y, en eso, es indiferente que sea un canal regional o nacional. La responsabilidad profesional es la misma; y las ganas de que salga bien, también. 

"La cuestión no es si el presentador es chico o chica, sino que se haga lo mejor posible; y si lo logra una mujer, ¡bendito sea!"

¿Estará este verano muy pendiente de las audiencias?
Siempre se está pendiente de las audiencias: es nuestra espada de Damocles, la guía por la que tienes que pensar que algo haces bien o mal. Es nuestra referencia, que en unas ocasiones es justa y en otras es injusta. El verano no es buena época para las audiencias, pero serán nuestro libro de cabecera. 

Comenzó su carrera en 1990 en la TVG, y luego pasó a Antena 3, donde recibió galardones como el Micrófono de Oro o cuatro premios ATP por ‘Pasapalabra’. ¿Echa de menos presentar un concurso?
Antes de ‘Pasapalabra’ fue ‘Impacto TV’. Lo digo porque es ahí donde se me da a conocer a nivel nacional. A lo largo de mi carrera he hecho muchos formatos, y lo que me dice la experiencia es que no hay nada mejor, independientemente de concurso o no, que hacer el proyecto con el que te identificas y en el que te involucras con tu equipo. Así que no echo de menos nada en especial; solo se trata de un buen formato con el que me identifique. 

¿Tiene más ventajas que inconvenientes salir en la televisión o al contrario?
Creo que estás más expuesta a todo. Te juzgan sin conocerte y eres el punto de mira en todo, personal y profesional. Pero hay algo que te confiere y es el calor del público, de la gente que, con una sonrisa, te invita a seguir porque les entretienes y formas parte de su vida. Es como dijo Enrique IV al convertirse al catolicismo para ser rey Francia: "París bien vale una misa". Pues bien, el precio que pagamos bien vale continuar.

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