Sí hay

A MENUDO la respuesta a la pregunta ¿por qué no hay mujeres en un consejo de administración, en una lista electoral, en unos premios o en un jurado, es: «Es que no hay». Pero lo cierto es que sí hay. Solo hace falta ver el resultado de la elección del ránking de las mujeres más destacadas e influyentes de España para darse cuenta de que la masa creativa, empresarial, intelectual e investigadora en España es vigorosa.

La semana pasada fueron presentadas las 100 mujeres más influyentes de España en el mundo académico, industrial, político, cultural, intelectual, empresarial o deportivo; en definitiva, en todas las áreas que componen la sociedad española. No solo hay mujeres en todas ellas, sino que, además, la elección se realizó entre más de 500 candidatas, todas ellas merecedoras sin duda de formar parte de ese grupo elegido. Fueron seleccionadas por un jurado ecléctico formado por 50 personas que también representan a la variedad política, social y empresarial del país.

La organización que concede este premio, Top 100, pretende con esta iniciativa impulsar el talento femenino e incrementar la visibilidad y el peso de la valía profesional de la mujer. Esta es la tercera edición de Top 100, la mitad repiten como seleccionadas pero la otra mitad son nuevas caras, entre ellas nombres propios como la juez Mercedes Alaya, la chef Elena Arzak o la nadadora María Belmonte.

Galicia estuvo representada en la candidatura por una docena de mujeres, desde la recién galardonada con el premio Muller e Ciencia, la farmacéutica María José Alonso; Felipa Jove, presidenta de la fundación María José Jove, o la expresidenta del Tribunal Constitucional María Emilia Casas, por citar solo algunas.

Dos han sido las elegidas, la ministra de Fomento Ana Pastor y la científica Montse Calleja, investigadora del Cesic. Aunque también otra gallega, Rosalía Mera, ha sido reconocida como miembro de honor de las Top 100 junto a la periodista Concha García Campoy o a la deportista María de Villota, recientemente fallecida.

Cien nombres propios son pocos, solo es la pequeña cima de una montaña subterránea. Detrás de estas cien mujeres hay millones que cada día participan en el engranaje social y productivo del país. Hay que saberlo para desterrar el famoso «es que no hay».

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