Déborah Muñoz: "Para ser eficiente tienes que ser vago y descansar"

La autora de La oficina eficiente se define como maga del tiempo, pero admite que todo tiene truco. En el libro desvela su método para destacar
Déborah F. Muñoz
photo_camera Déborah F. Muñoz.

Déborah F. Muñoz dice que ha descubierto un método para aprovechar el tiempo y quiere compartirlo en un libro conciso, para que nadie pierda ni un minuto innecesario.

¿Qué sabe usted que los estresados ignoramos?
Es cuestión de sentido común. Yo parto de que no somos robots e intento situar a la persona en el centro. Escribo el libro sin postureo y comento cuestiones que no se suelen mencionar en los manuales de optimización del tiempo.

¿Por ejemplo?
Tienes que ser vago para ser eficiente. Los descansos, los momentos de esparcimiento, son necesarios para mejorar la productividad. Ser vago no es no hacer nada, sino hacer lo mismo con el mínimo esfuerzo. Por ejemplo: el inventor de la fregona era un vago que buscaba hacer lo mismo sin agacharse. Productividad no es solo hacer, hay que cambiar de mentalidad. En la oficina a veces hacemos trabajo innecesario por inercia. Hay que cuestionar la necesidad de algunas rutinas, de ciertas tareas, de algunas reuniones... se pueden automatizar cosas, como los correos, o autoplagiarse si algo ha funcionado. ¿Por qué no aprovechar un escrito con algunas adaptaciones si nos ha servido en otra ocasión?

Una persona vaga no es quien no hace nada, sino quien hace lo mismo con el mínimo esfuerzo

Incide en la necesidad de fijar calendarios, rutinas, plan de acción… demasiada responsabilidad sobre el trabajador cuando es sabido que a última hora llega un encargo del jefe que lo desmonta todo.
Los imprevistos tienen que estar contemplados en el calendario. Hay que dejar horas de margen para esa reunión inesperada.

Es decir, quien puede reorganizarse es quien tiene margen para ello.
Hay que planificar los imprevistos porque a veces no son tan imprevistos. Esto lo recomiendan incluso las aplicaciones de Microsoft. Si sabes que tienes un cliente que al final del trimestre te carga de trabajo tienes que contemplarlo con anterioridad.

Pero habitualmente todo lo que hay que hacer era para ayer.
Incluso en lo que era para ayer hay cosas más importantes que otras. Es necesario saber los objetivos para fijar prioridades.

¿Y qué hay del trabajo en equipo?
Hay que hacer conscientes a todos de la necesidad de cumplir los tiempos porque el retraso de uno genera un problema en la cadena. Para no generar mal ambiente hay que decir las cosas con cuidado. No es igual preguntar a gritos ¿por qué no has hecho esto a tiempo? que decir ¿pasa algo para que no hayas podido hacer esto? En un barco hay que intentar que reme todo el mundo. Si los problemas son reincidentes hay que hablarlo con quien corresponda y si es necesario implicar al jefe. Tu mala planificación no es mi urgencia. No tengo que responsabilizarme de eso.

Aborda también el tema de las apariencias, de comunicar la eficiencia. Eso recuerda al compañero que todo el mundo odia por hacer que hace.
A esa gente se la pilla rápido. El problema es lo contrario, cuando eres eficiente y no se nota. Saber comunicar lo que haces es clave para aprender a venderte. Por ejemplo, cuando te pidan que hagas algo no digas que sí al momento. Di que vas a mirar tu calendario para ver cómo puedes encajarlo. De ese modo estás diciendo que tienes otras cosas que hacer, pero que harás un esfuerzo por asumir eso también. Puedes incluso dar a conocer tu calendario para que vean todo lo que tienes pendiente. Si aceptas hacer todo a la primera después decepcionarás cuando no puedas.

Dice que hace magia para reducir los tiempos de las tareas y la carga de trabajo.
Como toda magia, tiene su truco.

 Ya que haces algo, hazlo para crecer. Hay que elegir a qué dedicas tus esfuerzos

¿Realmente cree que alguien verdaderamente ocupado quiere perder el tiempo en la oficina?
Depende de lo que entiendas por perder el tiempo. Hay unas tareas que hay que hacer por contrato y luego están tus objetivos profesionales. Si dedicas un rato a hablar, que sea para hacer contactos que te sirvan profesionalmente, no te pongas a chatear. Para charlar están las cañas de después. En la oficina está en juego tu futuro. Son horas que no son tuyas porque te pagan para que hagas cosas.

Todos sus movimientos parecen premeditados, interesados.
Yo soy así en la vida real, no solo en la oficina. Ya que haces algo, hazlo para crecer. Hay que elegir a qué dedicas tus esfuerzos, fijar tus objetivos.

Hablamos en su tiempo de comer. Hoy no se ha organizado bien.
No importa, siempre como de táper en la oficina, con otros compañeros.

El tiempo es oro. ¿Por qué dedicarlo a su libro?
Es corto precisamente como valor añadido. No hay paja, para que nadie pierda tiempo.
 

LA AUTORA
► Déborah F. Muñoz trabaja en la compañía Wunderman Thompson como analista digital.
► Antes pasó por varios departamentos de márketing y creó la primera asesoría de márketing literario de España.

Magia con truco
► Compagina su trabajo con la publicación de libros y con un magacín cultural. Ha escrito novela romántica, juvenil y literatura de no ficción, como Repostería para vagos o ¿Dónde está mi tiempo?, también orientado a aprovechar hasta el último minuto.
► Se autodefine como maga del tiempo, aunque reconoce que no se trata de ningún superpoder porque toda magia tiene su truco.

Comentarios