"Nos estamos jugando la forma en la que vamos a vivir en el planeta"

Roberto Brasero empezó de chiripa como hombre del tiempo en Telemadrid y ahora es un apasionado de las isobaras en Atresmedia. Su estilo ha creado escuela
El periodista Roberto Brasero
photo_camera El periodista Roberto Brasero

Licenciado en Periodismo por la Complutense, un buen día decide dar el salto y convertirse en hombre del tiempo. ¿Cómo fue eso?

Bueno, fue una decisión sobrevenida, no fue una decisión mía. El equipo de la televisión autonómica para la que yo trabajaba, que era Telemadrid, dijo: "Tenéis que hacer el tiempo aquí de una manera distinta y quiero que lo hagas tú". Y yo claro, dije que yo era periodista, que eso era ponerse delante de un mapa y decir si iba a llover o no.... Claro, estoy hablando del año 2000. Me dijeron que no, que precisamente lo que querían era algo más que eso, que ponerse delante de un mapa y decir si iba a llover o no. Así que ahí salí para adelante y me fui especializando cada vez más, con mayor pasión hacia este trabajo.

"Hay mucha gente que te saluda porque eres famoso y otra incluso te pregunta si va a llover o no para la comunión del niño. Esa familiaridad a mí me gusta mucho"

¿Y cuál diría que ha sido precisamente su granito de arena a la hora de innovar en dar los partes meteorológicos?

Pues mira, sí te lo voy a decir, pero no porque lo diga yo. Mucha gente me dice que desde que estoy yo es distinto y ha cambiado. Entonces, analizando, el granito, como tú dices, que yo puedo haberle dado a los partes, es una visión de actualidad a la información del tiempo y haber incluido los mismos ingredientes que se pueden incluir a la hora de contar en televisión las noticias. Es decir, tratar el tiempo desde el punto de vista de la información y la actualidad. Y eso nos lleva también a tratar el tiempo, por ejemplo, las consecuencias de que hayamos tenido lluvias o no, la situación de los embalses y los problemas que esto puede acarrear... Todas estas implicaciones que tiene el día a día de la meteorología. Y después está la manera de contarlo, de pensar que el mundo de la meteorología es muy atractivo y puedes hacer que a la gente también se lo parezca.

¿Cómo se definiría como hombre del tiempo? ¿O le resulta muy difícil?

Un hombre del tiempo al que le gusta mucho hacer lo que hace y que cada día encuentra algo distinto para que cada día también le guste a la gente que me ve.

¿Le preguntan mucho por el tiempo?

Me preguntan mucho. Yo estoy muy contento. Es como llevarte el trabajo a casa, pero estoy muy contento de poder ser útil, aunque sea en un pasillo del trabajo o en un pasillo del supermercado, porque también me ha ocurrido que mucha gente te saluda porque te ve por la tele y eres famoso, y otra gente te saluda porque tiene la comunión del niño y quiere saber si tiene que poner la carpa o no, o hacerla dentro o fuera. Esa familiaridad que te da a mí me gusta mucho.

¿Cuál es el fenómeno meteorólogico que más le apasiona?

Lo más apasionante, quizás desde un punto de vista profesional, es el viento. El viento realmente está en la raíz de todo, es el distribuidor de fenómenos meteorológicos y condiciona todo. Con el viento del norte, a Lugo pueden llegar las lluvias que llenen los pantanos. Con el viento del sur, a vuestras comunidades vecinas, Asturias, Cantabria, llegan días cálidos en mitad de noviembre. Con el viento del Estrecho casi no puedes ir a la playa, pero los que hacen surf disfrutan mucho. Y además, el viento acaba empujando los frentes más allá de Galicia para que lleguen a la meseta. Y desde un punto de vista del programa tienen un gran atractivo los fenómenos meteorólogicos ópticos, como pueden ser los arcoiris.

Este junio ha sido especialmente caluroso. ¿El verano será tan duro?

Las previsiones a largo plazo son las más arriesgadas porque nos quedamos con el titular y es como pintar un cuadro a brochazos y aquí lo que interesa es el trazo fino.

¿Cuál es su opinión sobre el cambio climático? Anda de promoción con su libro 'La influencia silenciosa', en el que desmiente las predicciones más apocalípticas sobre el calentamiento global.

No es que las desmienta, es que creo que no son necesarias. No es necesario irse a los extremos para que el tema sea preocupante, porque lo es, nos estamos jugando la forma en la que vamos a vivir en el planeta. Pero no creo que haya que asustar para tomar conciencia.

¿Usted es más de frío o de calor?

Pues últimamente más de calor, me gusta menos el frío. Pero el calor excesivo tampoco te creas que me viene bien, porque me quita energía y a mí me gusta hacer cosas.

¿Y cuál es el plan más refrescante para el verano?

En verano me gusta tener horas de siesta y evitar salir en las horas de más calor, y tener esas horas que no tengo el resto del año. Fíjate qué cosa más tonta (risas). También estoy deseando que lleguen estos días de mucho calor para meterme en la piscina con los niños y no salir hasta que se cansen ellos. Y eso es muy difícil, porque ellos nunca se cansan (risas). Es que en junio, con esos días que vinieron, la piscina era el único sitio donde se podía estar.

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