Quince activistas de Greenpeace, detenidos tras tomar la central de Cofrentes

La Guardia Civil ha detenido a quince activistas de Greenpeace y a un fotógrafo independiente, según han informado fuentes de la organización ecologista, cuyos miembros han accedido a la central nuclear de Cofrentes, en Valencia. De la veintena de activistas que ha irrumpido en la central, varios escaladores se han encaramado a una torre de refrigeración, de 125 metros de altura, con la intención de realizar una pintada con el mensaje 'Peligro nuclear'. Además, otro grupo de activistas ha desplegado una pancarta con el  lema 'Cofrentes: cierre ya'.

"Tras esta acción de protesta pacífica ha quedado demostrada la falta de seguridad de Cofrentes, por lo que Greenpeace pide el cierre de la central", ha apostillado Carlos Bravo, el responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace, que también ha asegurado que contaban con que hubiera detenciones tras la acción de protesta. El portavoz de la organización ecologista, Carlos Bravo, ha dado por concluida la protesta después de que los tres escaladores hayan descendido.

Según ha relatado Bravo, los quince detenidos podrían ser los tres escaladores de la organización, que han realizado la pintada, y los activistas que se hallaban dentro del complejo desde las seis y media de la mañana. Asimismo, ha confirmado que un fotógrafo, que había entrado en la central nuclear de Cofrentes junto a los activistas, habría sido detenido por los agentes con anterioridad.

El portavoz de la organización ha anunciado que se iba a trasladar a la localidad valenciana de Requena, donde supuestamente están los detenidos, para reunirse allí con los abogados de la organización y conocer "su situación jurídica y legal".

Alegan que no hubo violencia

En un comunicado, Greenpeace ha negado que sus activistas hayan utilizado la violencia y ha reiterado que "si tres trabajadores de la central han resultado heridos, en ningún momento se ha debido al comportamiento violento de los detenidos".

Respecto a las informaciones del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) y las declaraciones de la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Ana Botella, sobre tres vigilantes heridos tras el forcejeo con algunos de los ecologistas, el portavoz de Greenpeace ha desmentido estas acciones "categóricamente".

"Estamos sorprendidos", ya que, según Bravo, "no ha habido violencia" por parte de la organización sino acciones puntuales de "resistencia pasiva" como "tirarse al suelo". Según ha dicho, "la filosofía" que sostiene Greenpeace es la "no violencia", por lo que sus miembros "no responden a ninguna agresión". Sin embargo, ha asegurado que un perro de los vigilantes de seguridad de la central nuclear "ha mordido a uno de los activistas que estaba tranquilo y no agredía a nadie". "Nuestro propósito es dejar claro que la energía nuclear es peligrosa y que no se debe renovar el permiso de explotación", ha insistido Bravo.

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