Federico Martinón

"Yo me pondría cualquiera de las tres vacunas, son igual de buenas"

Federico Martinón Torres, es jefe de pediatría del CHUS y miembro del comité asesor de vacunas de la Organización Mundial de la Salud

Salas y Martinon
photo_camera Federico Martiñón. ARCHIVO

El Pediatra Federico Martinón repasa en esta entrevista el presente de las vacunas anticovid y algunas posibilidades de futuro. Recuerda que, con 200 millones de dosis de vacunas anticovid ya administradas en todo el mundo, que son seguras está ya fuera de duda. El doctor Martinón cree que no se pueden comparar las tres disponibles y achaca las reticencias a la de AstraZeneca al torrente de datos, muchas veces difíciles de interpretar, que recibe la población a diario

¿Cuándo sabremos si alguna de las vacunas contra el SARS-CoV2 es esterilizante e impide la transmisión?

Ya empezamos a tener datos del mundo real, fundamentalmente de la aplicación tanto en el Reino Unido como en Israel, que sugieren que podrían tener cierto grado de impacto en la transmisión. Es cuestión de tiempo que se vayan acumulando los datos necesarios para saber en qué medida. Que una vacuna tenga impacto o no en la transmisión es una característica, no la hace ni mejor ni peor, sino simplemente distinta y condiciona la estrategia de aplicación; es decir, a partir de qué nivel de cobertura vacunal podemos esperar lo que llamamos protección colectiva. Además, cualquier vacuna utilizada en una cobertura elevada va a tener cierto grado de impacto en la transmisión.

Defiende que no se pueden comparar las vacunas anticovid ahora disponibles y que centrarnos en su eficacia es un error, ¿por qué?

Para comparar una vacuna con otra tiene que realizarse el estudio en las mismas condiciones de experimentación; es decir, misma población, misma pauta, mismas variantes circulantes, etc... Aunque ahora es fácil comparar esos grandes números de la eficacia, que son los que se difunden en prensa, realmente no se pueden comparar directamente puesto que pertenecen a diferentes estudios, con diferentes pautas, realizados en diferentes momentos, en diferentes tipos de población, con diferente proporción de personas de edad o con ciertas comorbilidades y con diferentes variantes genéticas circulantes. Incluso aunque lo hiciésemos, si además de analizar ese estimador, ese porcentaje del que todo el mundo habla del 70%, 94% o 95% si tenemos en cuenta el intervalo de confianza; es decir, los valores que rodeana ese número, se solaparían. No podríamos decir que sean, desde un punto estadístico, números diferentes. Con los datos que tenemos, las tres son realmente igual de buenas. Personalmente yo me vacunaría con cualquiera de las tres independientemente de la edad porque así lo recogen las fichas técnicas como la UE, OMS e inglesa.

¿Por qué cree que en Alemania se produjo un rechazo a la de Astra- Zeneca y en España, si bien no tan radical, también ha habido presiones de algunos grupos para que no se les administrara justo esa?

Eso forma parte de la ‘infodemia’, la ‘infoxicación’ a la que estamos siendo sometidos. Se está retransmitiendo en directo la información de ensayos clínicos, se está dando información cuando no todo el mundo tiene los datos o la capacidad para poder procesarlos. Lo que tengo claro es que el hecho de que se haya matizado la ficha técnica aprobada por la Agencia Europea en algunos países, como Alemania, ha generado dudas en la población y, de alguna manera, se ha etiquetado como una vacuna de menor categoría o de peor calidad. No hay ninguna prueba para decir eso. La única modificación que han hecho algunos países ha sido la del límite superior de edad porque el grupo concreto de mayores de 65 años es más reducido en el tamaño muestral y no se había alcanzado una significación estadística suficiente para poder confirmar esa eficacia clínica. Sin embargo, los datos de respuesta inmune son equiparables a los de personas más jóvenes. No es de esperar que tenga un comportamiento diferencial en las personas de más edad y así ha sido aprobada sin límite de edad por la agencia europea, británica y OMS. Lo que pasa es que la interpretación rápida de la gente es que si la agencia reguladora establece esta limitación que, al final, insisto, es un mecanismo de sobreprotección apoyándose en que existen otras vacunas para las que esa información ya existe y están disponibles, al final está teniendo un balance negativo en la percepción de la población general. Eso es lo que ha pasado en Alemania, lo que está pasando en España y puede darse en otros países aunque a día de hoy no hay datos objetivos para afirmar que una vacuna es mejor o peor que la otra.

¿Qué efectos secundarios causan las vacunas anticovid y con cuál de ellas son más habituales?

Las tres vacunas muestran un perfil de seguridad excelente desde el punto de vista de los efectos adversos graves o no esperados. Eso se ha ratificado no solo en los datos de los ensayos clínicos sino que se han administrado 200 millones de dosis en todo el mundo y no ha habido señales de seguridad o efectos distintos a los observados en los ensayos. Lo que sí es habitual con cualquiera de las tres vacunas es lo que llamamos molestias locales o sistémicas relacionadas con la respuesta inmune, lo que se denomina técnicamente reactogenicidad. Quizás esa reactogenicidad, consistente en dolor de cabeza, dolor local, escalofríos, dolor muscular…, es algo más frecuente con estas vacunas que con otras que administramos habitualmente a esa edad, como la de la gripe o la del neumococo. Pero, en cualquier caso, son autolimitadas, se resuelven solas, son transitorias y tolerables. Desde luego, ratifican lo más importante que es que el coste de seguridad es mínimo y teórico comparado con el beneficio potencial y la eficacia que han demostrado en los ensayos clínicos, la protección que adquieres después de vacunarte.

¿Tiene sentido hacerse una serología después de vacunarse o es redundante?

No, no tiene ningún sentido por varios motivos. Uno, es caro; dos la serología dependerá de qué técnica utilices, el sistema para detectarlo puede medir o dar una información que es errónea o no sepamos interpretar. Aunque hiciéramos la prueba correcta no tiene ningún sentido porque si las vacunas se han aprobado es precisamente porque sabemos que son capaces de generar anticuerpos. Además hay otro problema, para estas vacunas del SARS-CoV-2 todavía no tenemos marcadores inmunes de protección clínica. Es decir, aunque tuvieras el resultado no se puede interpretar a partir de qué valor ese resultado te garantiza que estés protegido ni que haya que hacer algún tipo de medida adicional. No está indicado, por tanto, ni antes ni después de la vacunación.

"Acabaremos vacunando a los niños. Los estudios están en fase inicial en adolescentes"

¿Se acabará vacunando contra el SARS-CoV2 a los niños?

Sí, seguro. Esos estudios están ahora mismo en fase inicial en adolescentes y se irá haciendo un desescalado de edad hasta llegar al lactante. Es lógico porque la forma que tiene de evolucionar el virus es a través de la infección y multiplicación. Si dejamos a algún sector de la población sin vacunar el virus seguiría evolucionando y causándonos problemas.

¿Tendremos que ponernos recuerdos de estas vacunas o nuevas vacunas a medida que se sumen nuevas variantes del virus?

Es una posibilidad real. Vemos que se están generando nuevas variantes genéticas del virus, lo cual era de esperar. Otra cosa es que de repente se vayan a producir cambios en el virus que hagan que la respuesta inducida por las vacunas no funcione. No va a ser algo tan brusco, pero es cierto que a medida que se acumulen mutaciones puede llegar un momento en el que la respuesta inmune emitida por esas vacunas no sea suficiente para proteger frente a alguna nueva variante. No es descabellado pensar que en un momento determinado necesitemos o recuerdos vacunales con una nueva composición, como sucede con la gripe, o vacunas que incluyan más de un antígeno, más de un marcador para cada una de las cepas predominantes.

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