"La pandemia de superbacterias, siendo más lenta, puede llegar a ser mucho más peligrosa"

El microbiólogo ourensano José Ramos Vivas forma parte del selecto grupo de científicos que han logrado un contrato Miguel Servet del Instituto de Salud Carlos III
José Ramos, en el instituto del Hospital Valdecilla. LA REGIÓN
photo_camera José Ramos, en el instituto del Hospital Valdecilla. LA REGIÓN

Licenciado en Biología, doctor en Biología Celular e Inmunología, graduado en Microbiología Médica y Bacteriológica y cuenta con dos postdoctorados, uno en Microbiología en el Instituto Pasteur y otro en Microbiología y Biotecnología en el CSIC. Pero a pesar de su formación y resultados en investigación, no se ha librado de la inestabilidad laboral que sufren los científicos en España. 

En enero de 2020, una decisión política puso fin al equipo de Microbiología Clínica y Molecular que dirigía en Idival, el Instituto de Investigación Sanitaria de Cantabria, y pulverizó 11 años de trabajo y varios millones de euros de inversión pública. Desde febrero trabaja como profesor contratado doctor y coordinador de laboratorios en la Universidad Europea del Atlántico. Es autor del libro Superbacterias y divulgador científico en Las Mañanas de RNE, con Pepa Fernández. 

¿Por qué Idival cerró el equipo de investigación que usted dirigía? El Juzgado de lo Social de Santander declaró improcedente su despido. ¿Confía en el cumplimiento de la sentencia que ordena su readmisión en su puesto? 
El gerente del Idival no hizo su trabajo y no informó en 2018 a los investigadores Miguel Servet (como era mi caso y el de otro compañero) que nuestros contratos pasarían a gestionarse a partir de 2019 por el Hospital Marqués de Valdecilla o por la Universidad de Cantabria. De esto nos enteramos a finales de 2020 tras el juicio, es decir, dos años después. Tampoco se preocupó de buscar la continuidad de nuestras líneas de investigación. Una dejadez absoluta, vamos. Así que cerraron nuestros laboratorios de la noche a la mañana sin que pudiéramos hacer nada. Solo denunciarlo ante la Justicia. Estimamos que se han perdido varios millones de euros invertidos en dos laboratorios que han cerrado por este “despiste”. El Tribunal Superior de Justicia de Cantabria también me ha dado la razón, pero yo no creo que vuelva a trabajar en un sitio que no valora a sus investigadores. Se nos ha tratado muy mal y yo ya no estoy para que unos señores puestos a dedo decidan mi futuro y el de mi familia. 

¿Cómo le había surgido, en 2009, su incorporación al instituto del Hospital Valdecilla? 
En 2008 trabajaba en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas, del CSIC, en Madrid. Me había casado en verano y mi mujer quería regresar a Santander, así que conseguí un contrato Miguel Servet para trabajar en el instituto del Hospital Marqués de Valdecilla y crear mi propio grupo de investigación. 

Y allí se especializó en analizar la resistencia de Escherichia coli y otras especies de bacterias patógenas. ¿Por qué son cada vez más resistentes? 
Porque necesitamos utilizar demasiados antibióticos en los hospitales y en otras áreas como la ganadería o la agricultura. Debemos utilizar antibióticos, naturalmente, pero de forma mucho más óptima. Las bacterias que se exponen a esa cantidad enorme de antibióticos son seleccionadas por ellos, por lo que cada vez hay más y terminan por hacerse resistentes. Y esto puede poner en peligro cualquier actividad sanitaria en el futuro. 

Las vacunas ganarán en eficacia y seguridad con el tiempo. Para eso hay evaluación y mejora continua

¿Comparte que la próxima pandemia que se produzca a nivel mundial será bacteriana? 
Ya es una pandemia, porque está en todo el mundo. Pero es más silenciosa ya que avanza muy suavemente; lleva años haciéndolo, y como todo lo que avanza muy despacio, parece que no nos damos cuenta de ello, pero ahí está, aumentando cada vez más. La propagación del coronavirus ha sido muy rápida y se notó de golpe, pero la de superbacterias, siendo más lenta, puede llegar a ser mucho más peligrosa. 

¿Ha participado en algún trabajo relacionado con el covid-19? 
He trabajado brevemente en el estudio de un fármaco contra el SARS-CoV-2, pero mi labor solo se centró en cultivar células para poder infectarlas con el virus. Participo en la solicitud de otro proyecto más grande donde varios grupos analizaremos cómo se comporta la microbiota ante la infección. 

En ese proyecto, ¿están detectando gran alteración de la microbiota en la enfermedad? 
El proyecto lo hemos solicitado. Si nos lo conceden iré comentando los avances. Sabemos que cada vez hay más parámetros sobre los que influye la microbiota, y en el caso del SARS-CoV-2 y del covid-19 nos interesa saber qué pasa con la microbiota respiratoria. 

En la vacunación contra el covid- 19 ha habido muchos cambios de criterio, sobre todo con AstraZeneca. ¿Entiende el recelo? ¿Se ha actuado mal? 
Sí, esto ocurrirá siempre que haya mala comunicación entre las autoridades y la sociedad. No solo hay que saber comunicar con rigor y honestidad los avances científicos, sino que, una vez que los explicas, tienes que asegurarte de que la población los ha entendido, si no, tendrás más frustración y desconfianza, porque hay informaciones desde todas partes, y muchas veces desde el ‘lado oscuro’. Luego a los divulgadores nos cuesta mucho más trabajo que la gente recupere la confianza en la ciencia y en los científicos. Desde mi punto de vista, el trabajo de comunicación del Gobierno durante la pandemia no ha estado a la altura. 

¿Las vacunas ganarán en eficacia y seguridad con el tiempo? 
Siempre. Para eso hay una evaluación y mejora continua de medicamentos. En seguridad hay que buscar la máxima, pero en eficacia a veces no necesitamos el 100 por ciento. 

¿Le gustaría ejercer como científico en Galicia? 
Me encantaría volver a Galicia. Gracias a los jóvenes investigadores se está haciendo una labor científica excelente y que va a más. Solo falta que la Xunta apueste por su estabilidad laboral para que se centren en sus investigaciones y no en qué tipo de contrato tendrán al año siguiente, o si se quedarán en la calle. La estabilidad de los científicos daría muchas alegrías a Galicia y fuerzas renovadas a sus investigadores jóvenes para ser punteros a nivel nacional.

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