"Las toxinas que están apareciendo están relacionadas con el calor"

Es uno de los coordinadores del curso 'Cambio climático: efectos socioeconómicos, culturais e alimentarios' que se celebrará en Lugo los días 13 y 14 y en el que especialistas de varios campos hablarán de las consecuencias de un fenómeno que ya es incontestable
Luis Botana
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LUIS BOTANA DIRIGE un grupo de investigación ligado a la facultad de Veterinaria con una larga y reconocida experiencia en toxinas producidas por microalgas. Lo que lleva viendo en los últimos años en este campo está en el origen de esta actividad formativa.

¿Por qué se decidió organizar este curso?
Lo organizamos dos profesores de Farmacología, Amparo Alfonso y yo, y una de Producción Vegetal, María Jesús Sáinz. La razón es que desde nuestra experiencia en Farmacología nos topamos con el cambio climático sin buscarlo. Hace años vimos a través de distintos indicadores que había un cambio en el perfil de toxinas que era raro, pero lo que estamos viendo ahora es que esto va a más con una rapidez sorprendente y suponemos que posiblemente en cualquier otro entorno social, cultural o económico, también hay cambios o va a empezar a haberlos. Con el curso intentamos transmitir de forma general qué implicaría el cambio climático en todos los frentes. Se asocia al clima, pero es mucho más que eso, es un cambio ecológico y social. Vamos a hablar incluso de cómo influye en la moda.

Consecuencias "Se asocia al clima, pero es mucho más que eso, es un cambio ecológico y también social, afectará hasta a la moda"

Arranca con una ponencia sobre el cambio climático antropogénico, es decir, provocado por la acción humana ¿Aún se pone en duda?
Solo Trump y colegas porque que el cambio climático existe está clarísimo. Hay varios indicadores que lo ilustran bien, pero hay uno que es muy claro: el número de días al año que Groenlandia está sin hielo y se ve cómo va creciendo, ahora creo que está alrededor de doce días. Ese es un parámetro, pero hay otros muchos. En algunos campos, como el nuestro, es difícil proporcionar datos objetivos que permitan cuantificar el cambio climático, porque no se puede hablar de número de toxinas o cantidad de toxinas, pero sí hay una serie de indicadores de que algo está cambiando.

A veces climatólogos y meteorólogos son cautos a la hora de ligar determinados fenómenos al cambio climático y dicen que hay que dar un plazo más amplio de tiempo para darlo por hecho....
Eso es lógico. Los medios de comunicación a veces dan una sensación de inmediatez que no es real. Hay una ola de calor de siete días y ya se dice que está el cambio climático aquí. O la sequía, pero en época de Franco ya se hablaba de la pertinaz sequía y se hacían presas por esa razón. Es decir, sequía siempre hubo, pero hay otros indicadores de que esto está cambiando. El aumento de CO2 está en niveles históricamente altos y esto tiene muchas implicaciones, como la acidificación del mar.

En el curso habrá especialistas de distintos campos y en su caso se hablará de la relación con la ficotoxinas, ¿qué se contará?
En nuestro caso, no se puede decir directamente que es cambio climático, pero todo apunta a que posiblemente lo sea. ¿Por qué? Porque todas las toxinas que están apareciendo están relacionadas con el calor y con entornos cálidos. El Mediterráneo se calentó y hubo un cambio espectacular del perfil de toxinas, en cinco años los peces con tetrodotoxina cubrieron todo el Mediterráneo y están ya extendiéndose por la costa atlántica de la Península Ibérica. La tetrodotoxina, que es de origen bacteriano, para nosotros es un marcador clarísimo porque las bacterias crecen en zonas de calor y esta toxina sí está demostrado que prolifera mucho en verano desde hace pocos años. Claro, se puede decir que ya estaba antes y que no lo sabemos porque no se medía, pero lo que está claro es que antes no causaba intoxicaciones y ahora sí las causa. La ciguatera también está proliferando. La producen microalgas que crecen en entornos tropicales o subtropicales y cada vez aparecen más arriba, lo que indica que el agua se está calentando y eso cambia la ecología de todo. El cambio climático rara vez se relaciona con la seguridad alimentaria y este es un aspecto muy importante. Por ejemplo, las toxinas de cereales, con la combinación de entornos húmedos y calor, crecen de modo espectacular y suponen un problema, sobre todo para los piensos para animales, que son los que menos se controlan.

Alimentación "Rara vez se relaciona el cambio climático con la seguridad alimentaria, pero es un aspecto muy importante»

Además de aparecer toxinas que antes no había, ¿puede afectar a las que sí estaban?
Quizás el mayor problema a nivel global es que el agua disuelve el CO2 del aire y esta se acidifica y, aunque sea poco, afecta a las especies. Nosotros sabemos que algunas microalgas en entornos ácidos producen más toxinas. ¿Puede el cambio climático aumentar la producción de toxinas que ya estaban aquí? Parece ser que sí, de la misma forma que parece ser que algunos hongos, en condiciones de más CO2, producen también más micotoxinas.

¿La aparición de toxinas en agua dulce también tiene que ver con el cambio climático?
En la aparición de toxinas en lagos, embalses y agua estancada en general, el clima es un parámetro, pero es más importante quizás la contaminación por los purines, abonos y detergentes que, cuando llueve, se arrastran al agua y eso crea una contaminación enorme que es alimento para las microalgas. Quizás en el agua dulce haya un efecto mayor de acción humana que de cambio climático, pero también es cierto que al aumentar el número de días de sequía o de calor extremo repercute en la ecología de estas microalgas.

¿Qué se puede hacer?
En seguridad alimentaria se pueden desarrollar métodos de detección más rápidos, pero en ningún caso vamos a evitar que suceda porque el problema es la propia naturaleza y no hay forma de controlarlo. La adaptación es muy complicada.

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