Los suplementos de alimentos que creemos 'saludables' pueden provocar cáncer

Algunos suplementos alimentarios con dosis muy elevadas de compuestos que ayudan a prevenir el cáncer y que están presentes en la dieta mediterránea pueden tener el efecto contrario y favorecer la enfermedad, según un estudio divulgado en Portugal.

La investigadora de la Unidad de Química y Física Molecular de la Universidad de Coimbra, Paula Marques, explicó este martes a EFE que el estudio, del que ha sido coordinadora, ha sido realizado en colaboración con el laboratorio británico Rutherford Appleton y el Instituto Portugués de Oncología.

El trabajo analiza de forma individualizada cuál es el efecto de los compuestos presentes en alimentos propios de la dieta mediterránea (concretamente en aceites, vegetales y frutas) en la prevención del cáncer de piel y de mama. "Un producto puede contener decenas de estos compuestos, como ocurre en el aceite, por ejemplo. En nuestra investigación aislamos cada sustancia, al contrario de lo que se suele hacer, y vemos sus consecuencias en células cancerígenas humanas", explicó Marques.

Antioxidantes y fitoquímicos como el ácido cafeico o los flavonoides, entre otros, se han demostrado como útiles para prevenir el cáncer de piel y de mama, según lo observado en esta investigación.

UNA DOSIS ADECUADA
La novedad radica, sin embargo, en que su efecto positivo depende de que sean consumidos en la dosis adecuada, ya que a partir de cierto punto pueden ser contraproducentes y favorecer la aparición de la enfermedad. "En una dieta normal nunca corremos riesgo, ya que estos compuestos no están presentes en los alimentos en cantidades muy elevadas", explica.

Pero, según Marques, "el problema puede venir con suplementos y aditivos alimentarios, donde la concentración de estas sustancias puede ser muy alta", señala. La investigadora portuguesa precisa que estos suplementos sólo se deben tomar en momentos puntuales, "pero no por períodos de tiempo muy grandes".

Por este motivo, instó a las autoridades sanitarias a obligar a que en la etiqueta de esos aditivos figure qué compuestos lleva y en qué cantidad, lo que actualmente no ocurre. "Hay suplementos que se venden en supermercados, como por ejemplos los de extracto de ajo o de jengibre, que pueden presentar concentraciones muy elevadas de esos antioxidantes.

Estos aditivos deberían indicar claramente su composición para que las personas y los médicos dispusieran de esa información, al igual que ocurre con el resto de alimentos o los medicamentos", subrayó.

El siguiente paso de los autores de este estudio será empezar con el ensayo en animales para intentar "determinar cuáles son las dosis más correctas". Sin embargo, Marques advierte de que, por el momento, "no hay financiación" debido a las dificultades económicas y los recortes existentes en materia de investigación.

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