Los delitos de conducción sin carné descienden por la sensibilización y la reforma del reglamento

Tuvieron que pasar menos de tres horas desde la entrada en vigor de la reforma que convirtió en delito la conducción sin carné, en mayo de 2008, para que se produjese la primera detención en Galicia.

Era el anuncio de la avalancha que se les venía encima a los juzgados, por los que desde entonces han pasado miles de gallegos acusados de conducir sin haber obtenido el permiso o cuando les había sido retirado, por agotar los puntos o por decisión judicial. Sólo el año pasado los fiscales presentaron cargos por 1.931 infracciones --una media de 160 al mes--, lo que lo sitúa como el segundo delito con más acusaciones.

Con todo, el balance de 2010 revela el primer descenso anual desde la aplicación de la reforma del Código Penal, tanto en procedimientos iniciados (2.188, un 8,6% menos) como en los que acaban en acusación, que se redujeron casi un 6% con respecto a 2009.

La Dirección General de Tráfico (DGT) y el ministerio público vinculan con dos factores la caída que muestran los datos de las secciones de seguridad vial de las fiscalías provinciales gallegas. Uno es la reforma del reglamento de conductores aprobada en 2009, con la que dejó de ser delito ponerse al volante de un coche con una licencia de ciclomotor --que pasó a considerarse permiso--, aunque aún es una infracción administrativa. La otra causa del descenso es que se empieza a notar el efecto de la revisión del Código Penal en el comportamiento de los conductores.

El fiscal delegado para Galicia en materia de seguridad vial, Carlos Gil, lo llama "el efecto disuasorio del sistema". Y es que, "tras dos años de aplicación, ha permitido que los conductores hayan percibido la rigurosidad con la que se exige la responsabilidad penal en una materia que antes era una simple infracción administrativa". Coincide con su análisis la DGT, que destaca también que "cada vez más gente se da cuenta del peligro que supone conducir sin tener la formación adecuada", como apunta el subjefe provincial en A Coruña, Ángel Álvarez.

Junto a estos factores, Gil apunta aún otro que ha podido tener incidencia en el número de acusados, y es que "parece haberse producido una disminución en la frecuencia de realización de dispositivos de detección de infracciones de tráfico por parte de los agentes".

Así las cosas, el descenso de procedimientos penales y acusaciones por conducir sin permiso se nota también en el conjunto de España. Es, además, una tendencia común al grupo de delitos contra la seguridad vial, aunque éstos siguen acaparando más de un 40% de las calificaciones fiscales en Galicia, con la conducción bajo los efectos del alcohol o la droga a la cabeza y la falta de permiso en segunda posición. Según Carlos Gil, la mayor parte de los acusados por este motivo nunca han tenido carné.

PRISIÓN Y COMISOS A ALGUNOS REINCIDENTES
Conducir sin permiso puede ser condenado con cárcel, aunque no es habitual. En la inmensa mayoría de los casos --casi siempre con la conformidad del acusado-- se impone la realización de trabajos sociales o el pago de una multa, y la prisión queda reservada para los multirreincidentes. La pena máxima es de medio año, la que se le impuso hace unos meses en A Coruña a un hombre en su séptima condena por conducir sin carné. Según el fiscal Carlos Gil, algunos reincidentes han visto también cómo se les decomisaba el vehículo utilizado.

Desde diciembre, las penas de cárcel, multa y trabajos comunitarios no se imponen de forma conjunta por este tipo de delito. Se elige una, y la más frecuente es la última, siempre con el consentimiento del acusado. Frente a los retrasos de antaño, Gil destaca que sólo un 9% de las condenas a servicios sociales están pendientes de ejecución.

126 PROCEDIMIENTOS DE MENORES
La inmensa mayoría de los delitos de conducción sin carné son cometidos por mayores de edad, pero también hay casos de jóvenes que no llegan a los 18 años. Según los datos de las fiscalías provinciales gallegas, en 2010 se iniciaron 163 procedimientos judiciales por delitos contra la seguridad vial atribuidos a menores, casi ocho de cada diez por conducir una moto sin tener permiso o por coger un coche.

Fueron, en concreto, 126 casos, frente a los 33 por actuación temeraria y los cuatro por conducción etílica o bajo el efecto de las drogas, las otras violaciones del Código Penal en materia de tráfico que llevaron a jóvenes ante la Justicia.

Así las cosas, sólo los grupos de delitos contra el patrimonio, los de lesiones y los de violencia familiar generan más procesos judiciales de menores que los relacionados con el tráfico. Con todo, como ocurre con el conjunto de la población, el balance de las fiscalías revela un descenso de esos últimos en relación a 2009, cuando se contabilizaron casi 200.

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