Hacerse las fotos puede costar, por término medio, de 1.100 a 3.000 euros

Las bodas civiles superan ya en más del doble a las que se celebran por la Iglesia

Este fenómeno comenzó a dispararse hace seis años y continúa subiendo de año en año. El número de matrimonios bajó, en cambio, la cuarta parte respecto a hace cuatro décadas
Anillos de boda
photo_camera Anillos de boda

Menos enlaces en general y los que se casan, se casan por lo civil y no por la Iglesia. Esta podría ser la conclusión de las estadísticas sobre matrimonios en Lugo a fecha de hoy, cuando todavía estamos a mitad de la temporada alta de las bodas. De hecho, el año pasado más de la mitad de las bodas celebradas el año pasado se oficiaron por lo civil.

Una sociedad más laica y secularizada, la regularización y entrada en vigor de las bodas en los consistorios y el descenso de la natalidad son factores que, en una medida u otra, repercutieron en este cambio social en el que, por otra parte, ya no es necesario pasar por el altar o la oficina correspondiente para legalizar la vida en común de una pareja al existir, desde hace años, registros para las personas que eligen esta opción con igualdad de derechos respecto a los que eligen casarse.

De esta forma, las cifras del Instituto Nacional de Estadística (Ine) reflejan que el año pasado fueron 397 las parejas que decidieron contraer nupcias en Lugo capital y 582, en el resto de la provincia. En total, se casaron 979 parejas. Si volvemos la vista atrás cuatro décadas, los números cambian por completo demostrando que, cada vez, hay menos matrimonios. Así, por ejemplo, en 1975 se casaron 526 parejas en el municipio de Lugo. Este número fue descendiendo paulatinamente a excepción de 1995, cuando hubo un ligero repunte, 452 frente a 415 diez años antes. A partir de ahí, la bajada fue imparable hasta llegar a los 397 actuales, según el INE, y 392, según el Instituto Galego de Estatística (Ige). En cualquier caso, el descenso de las bodas fue de un 25 por ciento. O sea, la cuarta parte menos.

CEREMONIAS. Aparte de ser menor el número de bodas, las que hay se celebran, en su mayoría, por lo civil. Así tenemos que, durante el pasado año, de las 979 parejas que se casaron en la provincia de Lugo, 683 optaron por esta vía y bastante menos de la mitad, 293, contrajeron nupcias por la Iglesia. La estadística, publicada por el IGE, añad, además, que tres parejas se casaron siguiendo ritos religiosos diferentes al católico.

La evolución de este proceso sociológico en Lugo se hace notar especialmente en la última década. Hasta 2005, todavía eran mayoritarios los matrimonios por la Iglesia en la provincia: hubo 1.017 frente a 269 en el año 2000 y 696 frente a 377, cinco años después.

Sin embargo, en 2010, la cifra se iguala: 535 parejas optan por la ceremonia eclesiástica y 532, por la vía civil. Y a partir de ahí la bajada de las bodas por la Iglesia es constante llegando en solo cuatro años a ser un poco más de la mitad de las civiles con solo 374 matrimonios eclesiásticos frente a 600 parejas que se casaron en las oficinas del juzgado o bien en el ayuntamiento donde, por otra parte, se celebran muchas bodas.


Solo tres platos, pero dos horas de cóctel y una sobrecena

Pocas bodas se hacen ya en un comedor interior. La tendencia es que el banquete sea al aire libre, en una finca que pone el restaurante. Esa es la conclusión a la que llegaron en el restaurante La Palloza, uno de los más veteranos en este tipos de celebraciones y que ya va por su segunda finca para atender la alta demanda de las parejas por este tipo de espacios. "Se nota que este año las parejas prefieren gastar más, tanto en el menú como en el sitio donde se va a celebrar el banquete, y reducen el número de platos, que se quedan generalmente en tres aunque incluyen un aperitivo de hora y media o dos horas de duración", cuenta Nacho López, gerente del restaurante.

El gasto medio de un menú convencional por cabeza se sitúa, ahora mismo, en unos 150 euros, si los novios celebran la comida en una finca, o 120, si el banquete es dentro del restaurante. "El aperitivo se hace de pie e incluye un ‘showcooking’ en el que pueden participar un cortador de jamón, una pulpeira cortando pulpo o un cocinero preparando unas navajas a la plancha, por ejemplo, entre otros entrantes", afirma el gerente de La Palloza.

El cóctel se disfruta, generalmente, con música en directo. Y en esto también cambiaron las bodas de hoy con respecto a las de hace décadas. "Predominan las bandas de jazz y de folk, pero también las charangas. La música clásica se reserva para el momento de la ceremonia y los gaiteiros perdieron bastante interés", señala Nacho López.

El banquete sigue incluyendo el marisco. En este caso, bogavante. Pescado, poco o nada, y de carne se suele poner solomillo de ternera. "Muchos se quedan con el marisco y la carne y pasan del pescado. También se dejaron de lado las tartas nupciales ya. Las parejas suelen preferir un surtido de postres caseros y helado, aunque se hagan la foto con la tarta", afirma este hostelero.

La barra libre es impepinable y las bodas se prolongan hasta la madrugada. Tres de la mañana, más o menos. Algo que no existía veinte años atrás. "La mayoría se celebra al mediodía pero duran más y acaban en torno a las tres. Por eso damos, sobre las doce, una sobrecena o resopón, en medio del baile que, generalmente, está animado por un disc-jockey al frente de una discoteca móvil", dice Nacho López.

TRAJES. Si sube el gasto en la comida, baja en cambio en la indumentaria. Parte de ello se debe a la preferencia por las bodas civiles. De esta forma, los precios de los vestidos de novia se estancaron e incluso bajaron. "La tendencia es más urbana, son más sencillos, sin tantos adornos, llevan algo de velo pero no tan largo como el de hace años y todo esto hace que se puedan comprar vestidos por 1.500, 1.000 euros o incluso menos", dice María Jesús Pérez, empleada de Pronovias.

Comentarios