El alcalde de Quiroga, Julio Álvarez Núñez, estaba en la tarde de ayer exultante con los resultados de la XXXIII Feira do Viño, tanto por la cantidad de personas que se acercaron a la villa durante el sábado y el domingo, como por la venta que realizaron las diez bodegas presentes en el certamen, que calculó en unos 12.000 litros.
El mandatario local aseguró que la concurrencia de público en la tarde y noche del sábado fue ''de las más elevada de los últimos años, con una fiesta que acabó al alba''. Como ejemplo, Álvarez indicó que el servicio de limpieza había llenado dos camiones con las botellas de vino consumidas en el recinto ferial, la calle principal de la villa, el domingo durante todo el día otra vez atestada de personas.
Y es que la feria de Quiroga ofrece mucho más que vino. A lo largo de la Rúa Real, con más de 300 metros de longitud, se colocan decenas de puestos en los que se venden los artículos más variopintos, aunque los de mayor aceptación son los relacionados con los productos autóctonos, como los licores, la miel, el pan o los derivados del cerdo.
El conselleiro de Industria, Francisco Conde, presenció en la mañana dominical, en compañía del alcalde, de la delegada territorial de la Xunta, del senador José Manuel Barreiro y de los regidores locales de Pantón, Sober, O Courel y Bóveda el gran ambiente reinante en la villa, al tiempo que participó en la entrega de unos recuerdos conmemorativos del evento a los responsables de las diez bodegas participantes.
Los únicos que durante la jornada matinal no se dejaron ver por la calle principal quiroguesa fueron las pandillas de jóvenes que, según concejales del Ayuntamiento, se recuperaban de la juerga nocturna que animaron con sus camisetas personalizadas. El primer premio del concurso convocado y dotado con 100 euros fue para el grupo llamado Como una ola llega el vino a Quiroga.
