El corazón de la corte en su cuarto centenario

El festejo dispondrá de un amplio programa de actividades en el que se incluye, este sábado, un baile de máscaras ► Habrá también música, poesía, mercados y una romería barroca
La Plaza Mayor de Madrid
photo_camera La Plaza Mayor de Madrid

CREADA EXTRAMUROS para acoger un mercado que abasteciese a la ciudad con la llegada de la corte de Felipe III, la Plaza Mayor de Madrid celebra su cuarto centenario pidiendo protagonismo en la capital y reivindicándose como espacio festivo que acogerá poesía, un baile de máscaras o una fiesta barroca. 

Los trabajos tuvieron sus orígenes solo 19 años después de que la corte de los Austrias se trasladase a la villa de Madrid, durante el reinado de Felipe II, quien encargó a Juan de Herrera en 1580 la remodelación de la Plaza del Arrabal en la confluencia de los caminos que dirigían a Atocha y Toledo. 

El primer edificio construido en el entorno fue la Casa de la Panadería, una obra de Diego Sillero de 1590. En 1617, Felipe II le encomienda la finalización de la plaza al arquitecto Juan Gómez de Mora. Estos trabajos comenzaron el 2 de diciembre de 1617, que constituye la fecha de la efeméride que celebra ahora el Ayuntamiento de Madrid. 

El espacio ha tenido varios nombres a lo largo de 400 años como centro neurálgico de Madrid. Desde la inicial Plaza del Arrabal hasta la Plaza de la Constitución designada en 1812, al calor de la Pepa y las Cortes de Cádiz, y la Plaza de la República durante el Sexenio Revolucionario y la II República. Fue después de la Guerra Civil cuando se impuso la denominación de Plaza Mayor que ha llegado hasta nuestros días. 

El primer edificio construido en el entorno fue la Casa de la Panadería, en 1590

De igual modo, el aspecto del entorno ha sufrido modificaciones, muchas veces obligadas por incendios especialmente virulentos. Después del fuego de 1631, el propio Juan Gómez de Mora firmó la reconstrucción, mientras que tras el incendio de 1670 fue Tomás Román quien dirigió las obras de rehabilitación. 

Su configuración de plaza cerrada  con arcos de entrada lleva la firma de Juan de Villanueva, encargado de reconstruirla tras el devastador incendio de 1790. 

Pero no solo de incendios bebe la historia de la Plaza Mayor; su función de mercado la convirtió en un enclave "vital", en su pavimento murieron ejecutados los héroes del 2 de mayo por "su defensa de la libertad" y desde su escalinata se daban "arengas" "llamando a la revuelta", un capítulo menos tópico de su historia, reivindicado por Carlos Soto, de la asociación Amigos del IV Centenario. 

Y es que la Plaza Mayor de Madrid fue concebida como el gran mercado alimentario, en un entorno fragmentado para los distintos gremios de artesanos, comerciantes y manufactureros que se daban cita en la capital. Fue, asimismo, escenario de algunos de los espectáculos más masivos durante la Edad Moderna, las corridas de toros, los autos de fe de la Santa Inquisición y las ejecuciones: las que eran a garrote, frente al Portal de Pañeros, mientras que en las de horca se colocaba el patítulo frente a la Casa de la Panadería y en las que eran a hacha o cuchillo, delante de la Casa de la Carnicería. 

Testigo del teatro de la Corte, en el salón real de la Casa de Panadería, la plaza ha visto en su empedrado el paso de tranvías o un arbolado que se perdió en el siglo XX y que se recuperará en macetas por el cuarto centenario.  

La plaza nació como un mercado alimentario y espacio para los gremios y allí se celebraron los espectáculos más masivos de la Edad Moderna: corridas de toros, autos de fe de la Santa Inquisición y ejecuciones públicas a garrote, horca y cuchillo 

"Chencho, Chencho", gritaba el abuelo de La gran familia (1962) desde su mercado más icónico, una escena cinematográfica que los españoles tienen grabada en el imaginario y que el cuarto centenario proyectará durante un concierto junto otras muestras del celuloide seleccionadas por la Universidad Carlos III. 

De la decena de accesos a la Plaza Real de Madrid el más importante es el Arco de Cuchilleros, que llega desde la calle del mismo nombre en la trabajaba el gremio de los cuchilleros. Se trata de uno de los centros neurálgicos del turismo en la villa y corte gracias a establecimientos con tanta solera como el restaurante Sobrino de Botín. Este local, de cuatro plantas y especializado en cocina popular castellana, fue fundado en 1725 como hostería por el francés Jean Botin y su esposa. 

En Sobrino de Botín fue Francisco de Goya cocinero antes que pintor de cámara y hasta allí se desplaza Pérez Galdós a través de las páginas de Fortunata y Jacinta

Fue un restaurante frecuentado por Ernest Hemingway e Indalecio Prieto recordaba con nostalgia los bartolillos –dulce típicamente madrileño, como unas empanadillas rellenas de crema– que allí se preparaban. 

La plaza, para cuya construcción hubo que desecar un lago en el que los monarcas cazaban patos, celebrará su cuarto centenario con eventos como un baile de máscaras por carnaval (este sábado) o una fiesta barroca (7 octubre) que recupera las comedias mitológicas del Madrid de los Austrias. Todos los actos que se celebren se podrán seguir a través de la página web www.plazamayor.madrid.es

Manuel Carmena define Madrid como el "rompeolas de todas las Españas" con la capacidad "que tiene el mar", la de "unir"

La programación, elaborada por una comisión especial por el cuarto centenario, fue presentada hace unos días en el salón de actos de la Casa de Panadería por la directora general de Paisaje Urbano y Patrimonio Cultural de la capital, Marisol Mena, y la alcaldesa, Manuela Carmena, y se extenderá durante todo el 2017 y también al 2018.

Además de su renovada agenda cultural, que los hosteleros piden que sea permanente y no puntual, en este año se renovará su iluminación ornamental, se mejorará su entorno y el funcionamiento de los mercados navideño y de filatelia, como adelantó el concejal del distrito Centro, Jorge García Castaño. 

Con un logotipo que reproduce los arcos de la plaza, la celebración del cuarto centenario, con un presupuesto de 2 millones de euros, albergará también poesía los fines de semana a modo de "mercado de palabras", fotografía, saetas en Semana Santa, zarzuela el 15 de mayo para festejar al patrón San Isidro –cuya beatificación fue celebrada en esta misma plaza–, un encuentro de artes escénicas o la proyección de la actuación de Plácido Domingo en el teatro Real. 

Madrid –concluye su alcaldesa, Manuela Carmena– es el "rompeolas de todas las Españas" y tiene la capacidad "que tiene el mar", la de "unir".

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