Todo lo que debes saber sobre la alergia y el polen en primavera

La primavera y el verano suelen ser especialmente problemáticos para las personas que padecen esta enfermedad crónica, que afecta a las vías respiratorias y a los ojos
Árboles en flor en Lugo. SEBAS SENANDE
photo_camera Árboles en flor en Lugo. SEBAS SENANDE

La floración de las gramíneas trae consigo cada año la pesadilla de los alérgicos al polen. La primavera y el verano suelen ser especialmente problemáticos para las personas que padecen esta enfermedad crónica, que afecta a las vías respiratorias y a los ojos.

  1. ¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS MÁS COMUNES?
  2. ¿AYUDA EL UTILIZAR MASCARILLA?
  3. ¿A QUÉ EDAD SUELE APARECER LA ALERGIA?
  4. ¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO?
  5. ¿INFLUYE EL LUGAR DE RESIDENCIA?
  6. CONSEJOS PARA LOS ALÉRGICOS EN PRIMAVERA

El pico de peligrosidad generalmente se produce entre marzo y abril, coincidiendo con la floración de árboles como el plátano de sombra, los cipreses o el abedul, pero otros factores como las lluvias, el calor o la contaminación influyen también en la cantidad de granos en el aire y, por lo tanto, en el número y la agresividad de las crisis alérgicas.

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS MÁS COMUNES?

La polinosis puede producir síntomas oculares (conjuntivitis), nasales (rinitis), bronquiales (asma) y cutáneos (urticaria). Los más frecuentes son: taponamiento de nariz, moco, picores en paladar, estornudos, ojos rojos, lagrimeo y, en algunos casos, asma o urticaria, que aparecen cuando la persona sale al exterior, a zonas abiertas expuestas a las gramíneas. Por eso, la primera medida que adopta el especialista, una vez confirmado el diagnóstico, es enseñar unas normas básicas de evitación, aunque en el caso del polen es bastante difícil de esquivar.

¿AYUDA EL UTILIZAR MASCARILLA?

El uso de las mascarillas durante la pandemia ha contribuido a atenuar los síntomas respiratorios (rinitis y asma) de estos pacientes al reducir la inhalación de las partículas de polen —hasta un 80%, dependiendo del tipo—, aunque con la desaparición de la obligatoriedad de su uso al aire libre este impacto se ha visto muy reducido. En cualquier caso, su utilización tampoco evita otros efectos, como la irritación ocular.

¿A QUÉ EDAD SUELE APARECER LA ALERGIA?

Los primeros síntomas se presentan generalmente a partir de los cinco años, pero no es extraño que algunas personas debuten como alérgicos a las gramíneas a los setenta. Así, los casos de niños y adolescentes son los más frecuentes, pero también se puede diagnosticar a partir de los 60 o 70 años.

En general, se ha producido un incremento significativo de las enfermedades alérgicas a todas las edades, ya sea por el efecto de la contaminación o por el exceso de higiene, que según algunas teorías provoca que el sistema inmunológico —el que se encarga de defender el organismo frente a las infecciones— esté poco desarrollado.

¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO?

Se ha avanzado mucho en el diagnóstico molecular, que permite, a través de estudios de sangre, detectar la alergia a una proteína concreta, por ejemplo del polen de una gramínea específica, lo que conlleva un mejor tratamiento de cara a indicar una inmunoterapia. Con todo, lo más habitual sigue siendo que al paciente se le suministren fármacos para tratar y prevenir los síntomas, aunque solo las vacunas pueden cambiar la evolución de su enfermedad.

¿INFLUYE EL LUGAR DE RESIDENCIA?

Por lo general, las alergias primaverales son más leves en las zonas costeras porque las brisas nocturnas procedentes del mar limpian el aire y hay menos cantidad de polen. En cambio, las localidades enterradas entre valles y montañas presentan una acumulación más grande de alérgenos.

CONSEJOS PARA LOS ALÉRGICOS EN PRIMAVERA

La mayoría de los pólenes proceden de plantas con flores muy poco vistosas y poco olorosas, como hierbas o malezas. Los días cálidos y ventosos hay mayor distribución de polen, por eso los síntomas suelen mejorar en los días de lluvia y sin viento.

Estas son las recomendaciones del Sergas para disminuir los síntomas en la época de polinización:

  • Evitar actividades al aire libre (ejercicio, paseos en bicicleta, cortar césped…), sobre todo los días soleados y ventosos.
  • Mantener las ventanas cerradas el mayor tiempo posible.
  • Viajar con las ventanillas del coche cerradas.
  • Utilizar gafas de sol para disminuir al irritación de los ojos
  • Instalar filtros antipolen en los coches.
  • Utilizar un casco cerrado si viaja en moto.
  • Evitar secar la ropa al aire libre.
  • Tener especial precaución en la conducción si está tomando antihistamínicos, ya que algunos de ellos pueden provocar sueño.

 

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