KE, peligrosa moda para adelgazar

Con la llegada del buen tiempo viene el cambio de armario: ropa más fresca... y menos ropa. Lo que deja ver los temidos kilos de más. Esta es la época –junto con el inicio del año– en la que resurge con más fuerza el propósito, firme o no, de eliminar los kilos que sobran.

Cada uno lo hace a su manera o como puede, pero cada vez son más las personas que recurren a las llamadas dietas milagro: Atkins, Dukan, la de la alcachofa...

No obstante, la última en unirse a este grupo es la dieta KE (Ketogenic Enteral). Importada de EE UU, promete bajar un 10% del peso corporal en diez días. ¿Y como? Alimentándose por sonda nasogástrica la base de una solución de aminoácidos, vitaminas y minerales “muy parecida a la que se suministra en los hospitales la quien no puede comer”; pero no es cierto, porque carece de hidratos de carbono.

Su inventor, el doctor Oliver di Pietro, dice que no se pasa hambre porque se recibe la alimentación las 24 horas; sin embargo, hay que andar con la sonda también todo el día, por lo que es una dieta aparatosa e incómoda.

¿Donde radica su éxito? La venden cómo la dieta ideal para peder peso antes de la boda: rápida y eficaz. En diez días, entre tres y diez kilos menos.

Pero los expertos alertan sobre sus riesgos. “Al estar exenta de hidratos de carbono pode producir una deshidratación y un desequilibrio nutricional”, afirma el doctor Ricardo García-Mayor, jefe de Endocrinología y Nutrición del Chuvi de Vigo.

“El organismo tiene que utilizar las grasas para convertirlas en hidratos, pero esa conversión produce los cuerpos cetónicos, a acetona, que tiene efectos negativos
para la salud”, explica.

Según García-Mayor, tanto esta dieta de la sonda como el método Dukan “derivan de la famosa dieta Atkins, la primera que eliminó los hidratos de carbono, pero es un poco más incómoda por tener que poner una sonda en la nariz y tener que ir por ahí con eso”.

RICARDO GARCÍA- MAYOR
Endocrinólogo del Chuvi

“Puede haber detrás un trastorno alimentario”. “La dieta KE se vende para que las novias entren en el vestido en 10 días. Lo hacen, pero perdiendo líquidos, igual que los perderían con un diurético o con un laxante. Se deshidratan y las ingresan con la tensión baja. Se intuye que alguien que recurre la este tipo de maniobras molestas y peligrosas puede tener un trastorno de la conducta alimentaria. No es lógico lo de la sonda. Si estás preocupado por tu boda, tres meses antes, te cuidas”.

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