Julia Camps: "La patología de mama se trata muy bien en España, de un modo impecable"

La doctora Camps es una de las grandes expertas en radiología de la mama en España, y una voz reconocida fuera de nuestras fronteras, como lo atestigua su etapa como presidenta de la Sociedad Europea de Radiología Mamaria (2018-2020), de cuya junta directiva sigue formando parte. Jefa corporativa del Área de Mama de los hospitales Ribera Salud desde el año 2019, resulta alentador que alguien con su trayectoria asegure con convicción que las cosas se están haciendo bien.
FOTO OFICIAL JULIA CAMPS
photo_camera La doctora Julia Camps. AEP

La doctora Camps asevera que "en España la mama se trata muy bien. Es cierto que nos falta investigación, pero la asistencia es impecable". Y lo dice con conocimiento de causa, refiriéndose tanto a la sanidad privada, en la que ahora está volcada, como a la pública, que conoce a fondo tras haber ostentado durante más de la una década la jefatura del servicio de Radiología de un gran hospital, el de Alzira, en Valencia.

¿Cuáles son las principales líneas de trabajo del Área de Mama de Ribera Salud?
Hacemos el seguimiento de todas aquellas pacientes a las que se les ha realizado una biopsia y existe una sospecha de cáncer de mama. Se les hacen las pruebas necesarias y –de una forma consensuada por el cirujano, el radiólogo, el patólogo y el oncólogo– se decide cuál es el camino que tiene que seguir cada paciente. Esto es algo que no resulta habitual en un entorno de gestión privado. Además, existe una enfermera gestora que nos coordina a todos y se encarga del acompañamiento de la paciente, para que todo se haga en tiempo y forma en cualquiera de las variantes que puedan surgir.

En un estudio realizado en Holanda con 4.000 mujeres con mamas densas, la resonancia detectó cánceres muy pequeños que en la mamografía no se podían ver

La unidad también se ocupa del control de las lesiones de alto riesgo, ¿cuál es el procedimiento?
Las lesiones de alto riesgo, que yo defino como pre-premalignas, pueden ser de tres tipos diferentes, pero todas ellas presentan un riesgo asociado para sufrir un cáncer, en ese punto concreto o en cualquier otro de la mama. Las lesiones de alto riesgo nos plantean dos problemas fundamentales: descartar que en esa lesión que tú has biopsiado haya un cáncer que pase desapercibido –porque suelen ser lesiones heterogéneas y muy abigarradas en imagen– y valorar si la paciente necesita un seguimiento estrecho porque tiene mayor riesgo de sufrir cáncer de mama en un futuro.

¿Cómo se solventa la dificultad de analizar las imágenes de esas lesiones?
En estos casos hay una herramienta más útil que la mamografía o la ecografía, y es la resonancia, que permite descartar que exista un cáncer asociado. Las resonancias de control se repiten cada año, hasta cumplir dos o cinco años, según el tipo de lesiones. Además, a la paciente se le hace una biopsia asistida por vacío, que además de tomar muestras permite realizar la extirpación completa de una serie específica de lesiones, evitando así el quirófano, porque hasta hace pocos años, esas pacientes acababan en quirófano porque las agujas de las que disponíamos no sacaban suficiente material. Estas son las dos mejores técnicas disponibles actualmente.

La biopsia asistida por vacío, además de tomar muestras, permite la extirpación completa de una serie de lesiones específicas

En las pacientes que ya han sufrido un cáncer, el seguimiento busca prevenir posibles recidivas. ¿Qué protocolo siguen?
Las guías clínicas establecen que en todas aquellas pacientes que han tenido un cáncer antes de los 50 años, tienen mamas muy densas o su cáncer es de peor pronóstico, la mamografía no es la mejor técnica y se opta por un seguimiento más estrecho, que según el caso será a través de la mamografía con contraste o de la resonancia. La base de ambas pruebas es la misma: la angiogénesis tumoral. Los tumores, cuando miden menos de dos milímetros, segregan un factor que crea una maraña de vasos sanguíneos a su alrededor que le da aporte nutricional. Esta es una maraña irregular, de vasos con poros, que hace que cuando tú inyectas el contraste este penetre y así lo primero que captas es el tumor. 

Es ir un paso más allá de una mamografía convencional.
Sí, aunque nosotros en Polusa contamos con un mamógrafo excepcional, un aparato 3D. Hace un barrido milímetro a milímetro, que permite construir un mapa de imágenes tridimensionales que ayuda a minimizar la superposición de tejidos que podría ocultar cánceres o hacer que sea difícil distinguir entre tejidos normales superpuestos y tumores. Los datos demuestran que la tomosíntesis aumenta la tasa de detección de cánceres hasta en un 25%, que es un porcentaje muy elevado.

¿La tomografía tiene mayor radiación que una mamografía convencional?
Sí, tiene un 30% más de radiación, pero esta está dentro de los límites permitidos.

Antes se refería a la utilidad de la resonancia como herramienta diagnóstica, ¿qué ventajas tiene?
La técnica princeps de cribado para todas las mujeres es la mamografía, y realmente es estupenda, funciona muy bien. Pero hay varios escenarios clínicos más exigentes en los que se recurre a la resonancia. La mamografía y la ecografía son técnicas morfológicas, que ven lesiones por su forma, su estructura... pero la resonancia y la mamografía con contraste son técnicas funcionales, que muestran la función,lo que está pasando en esa mama, que es algo que no nos permiten los métodos morfológicos. 

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