Hablar de depresión posvacacional agravia a quienes sí sufren la enfermedad

Los expertos coinciden en que hablar de depresión posvacacional ante la ansiedad, estrés o tristeza que causa la vuelta al trabajo es un "agravio comparativo" con una enfermedad real y grave, como es la depresión, que afecta a seis millones de españoles y es la segunda causa de baja laboral en este país. Para Javier García Campayo, psiquiatra del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, este "falso síndrome" es una "moda injustificada" que de alguna manera refleja "el hedonismo de la sociedad que apenas soporta obligaciones o compromisos". "Incluso diría que es una manera de justificar el absentismo laboral que, por cierto, en España es el más alto de Europa", ha declarado hoy el experto.

Según José Ángel Arbesú, coordinador del Grupo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), los trastornos adaptativos son el problema de salud más prevalente que se trata en las consultas de atención primaria. En su opinión, es posible que la "capacidad de afrontamiento" ante los problemas de la vida cotidiana sea menor en la actualidad aunque ha apostado por reflexionar acerca del cada vez mayor número de estresantes diarios -paro laboral, miedo a perder el trabajo o problemas económicos- y de la dificultad para desarrollar una vida productiva y significativa en estos momentos de crisis.

Los especialistas han pedido no acudir al médico porque se sienta cansancio o falta de ilusión de forma pasajera en septiembre, porque todo cambio de rutina conlleva un periodo adaptativo de unos días de duración que suele desarrollarse sin que aparezca enfermedad depresiva. "Lo único que hacemos es impedir el buen diagnóstico y tratamiento de personas que sí necesitan realmente atención médica", ha apuntado Abersú.

Una depresión es una enfermedad real que produce mucho sufrimiento, exige que durante más de dos semanas el paciente esté la mayor parte del tiempo con ánimo bajo, incapaz de disfrutar de lo que le rodea, sin ganas de hacer nada, frecuentemente con pérdida de peso, así como con ideas de muerte, desesperanza y miedo. "Esto sí requiere un tratamiento médico", ha subrayado García Campayo.

Como ha explicado Arbesú, la depresión es una enfermedad compleja y, en muchas ocasiones, de larga duración, que genera sufrimiento en el paciente y en su entorno familiar cercano, que merma de forma importante la funcionalidad de la persona que la padece, por lo que "no se debería utilizar este diagnóstico para aquellos pequeños problemas de la vida cotidiana que generan cambios de humor pasajero".

Desde una perspectiva puramente social, y ante la situación económica actual, los psiquiatras, además, han suscrito que hablar en estos términos es "perjudicial y poco solidario" con los españoles que en estos momentos están viviendo procesos de desempleo o situaciones laborales negativas, hechos que sí pueden desembocar en trastornos del ánimo. Lo peligroso, han coincido ambos expertos, es confundir a la opinión pública, ya que habrá personas que sí se enfrentan a un nivel de ansiedad preocupante, que puede enmascarar un trastorno del ánimo real, pero esto no tiene nada que ver con haber estado de vacaciones o no.

Para concluir, los psiquiatras y médicos de atención primaria señalan que los consejos prácticos no cambian cuando se habla de adaptación, sea después de las vacaciones o ante cualquier otra circunstancia. Así, aconsejan mantener una actitud positiva, ser realista, dedicar tiempo para el ocio a diario, tomar las riendas de la propia vida y mentalizarse de que también se puede ser feliz tras la vuelta al trabajo.

Recomiendan además tratar de incorporarse a la rutina laboral de forma paulatina, pensar que el malestar del regreso es algo pasajero y normal, que se debe afrontar adecuadamente y hacer explícitos, reales y realizables los objetivos que uno se marca.

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