Gil Tamayo: ''La eliminación de un ser inocente nunca es la solución''

Los obispos están convencidos de que la solución a la malformación del feto, que no está contemplada como un supuesto en la nueva reforma de la ley del aborto, "no está en la muerte de un inocente" y se han mostrado contrarios a "una línea eugenésica que no corresponde al sentido de humanidad".

Es la convicción del secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, que considera que "la eliminación de un ser inocente nunca es la solución a un problema porque, en ese caso, acabaríamos en el mundo con el hambre, eliminando a las personas, y así se tocaría a más".

"Lo que hay que hacer -en opinión del portavoz de la CEE - son políticas sociales y leyes de verdadero acompañamiento en favor de los más necesitados y débiles".

Gil Tamayo ha hecho estas declaraciones en una rueda de prensa en la que ha informado sobre las conclusiones de la CCXXX reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, en la que los obispos han abordado el temario de la próxima asamblea plenaria y el procedimiento a seguir para renovar los cargos para este trienio.

Otro asunto tratado es la visita que harán entre el 24 de febrero al 8 de marzo a Roma. Los obispos la harán en dos grupos y coincidirán el 3 de marzo para un encuentro conjunto con el papa.

Pero en la reunión, además, se han analizado asuntos de actualidad como la reforma del aborto, y los obispos han reconocido en el texto del anteproyecto "un avance positivo con respecto a la legislación vigente, que considera el aborto como un derecho".

"Nadie tiene derecho, en ninguna circunstancia, a quitarle la vida a un ser humano inocente. El aborto no es la solución, de la misma manera que el niño que va a nacer no es el problema", han insistido los obispos en un comunicado.

Gil Tamayo lo ha refrendado y ha insistido en esa línea al ser preguntado por los abortos terapéuticos, en los que las malformaciones del no nacido son incompatibles con la vida.

"La opción por la muerte no sería el camino -ha dicho-. Yo tengo ahí, lo digo personalmente, una postura a ultranza de defensa de la vida absoluta. Abrir un camino y un resquicio supondría abrir una puerta a una línea eugenésica, porque luego entraríamos en los distintos tipos de calidad de vida".

El secretario de la Conferencia ha abogado por la "opción por la vida absoluta y total" porque, a su juicio, al considerar al niño con malformación o discapacidad "entraríamos en una línea de una sociedad de selección de la especie". "Abrir una línea en ese ámbito supondría abrir una puerta enormemente de inhumanidad", ha apostillado.

Los obispos hacen una defensa a ultranza de la vida, pero reconocen también que aún no se ha hecho lo suficiente "para acompañar adecuadamente a las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, donde el aborto se les presenta como una rápida solución a sus profundas angustias, particularmente cuando la vida que crece en ellas ha surgido como producto de una violación o en un contexto de extrema pobreza".

Pero tampoco ha pasado desapercibido para los obispos la nueva ley educativa porque están insatisfechos con la regulación que hace la Lomce de la religión católica en el Bachillerato. A su juicio "no se garantiza la oferta obligatoria de la asignatura por parte de los centros, ni tampoco que los alumnos puedan optar a ella".

La homosexualidad es otro de los temas a los que se ha referido Gil Tamayo, que ha reproducido lo que en su día dijo el papa Francisco: "si una persona homosexual tiene buena voluntad y busca a Dios, yo no soy quien para juzgarlo".

También al terrorismo se ha referido el portavoz de la CEE: "una sociedad que quiere ser justa -ha afirmado Gil Tamayo- no puede reconocer ni explícita, ni implícitamente a una organización terrorista como representante político legítimo de ningún sector de la población, ni tenerla como interlocutor político".

Y por último, sobre las críticas de víctimas de niños robados que han denunciado la falta de colaboración de la Iglesia para acceder a sus archivos, Gil Tamayo ha aclarado que la CEE "no es el organismo superior de los obispos", sino que cada obispo es el que tiene que resolver cada caso con el dictamen de los jueces.

No obstante, ha asegurado que "en todos los casos habrá y hay un clima de colaboración, no de espectáculo".

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