Galicia suma un total de 33 municipios que no permiten que haya animales en los circos

La asociación Libera y la plataforma Galicia, Mellor sen Touradas valoran el seguimiento de las campañas que han puesto en marcha
Elefanta en un circo instalado este verano en Ribadeo
photo_camera Elefanta en un circo instalado este verano en Ribadeo

La Asociación Animalista Libera y la plataforma Galicia, Mellor Sen Touradas han valorado este miércoles el seguimiento de sus respectivas campañas municipalistas contra el uso de animales en espectáculos públicos puesto que ya son 33 municipios los que se han sumado a la aprobación de mociones en este sentido. De esta forma ya son seis de las siete grandes ciudades gallegas las que impiden el uso de animales en circos, mientras que se espera que A Coruña se sume a la lista contra los espectáculos de circo con seres vivos.

En el mismo sentido, presionarán para que el Parlamento de Galicia tome en consideración esta postura, después de que esta prohibición se haya hecho ya efectiva en numerosos países del entorno europeo, como Italia, Austria o Suiza. En lo tocante a las corridas de toros, abolicionistas destacan también que ya son 17 las localidades adscritas a la Red de Municipios por la Abolición.

De cara a este 2016, sólo una ciudad gallega, Pontevedra, tiene garantizados los eventos tauromáquicos, en donde una petición con más de 67.000 firmas pide al Ayuntamiento que corte cualquier convenio con los dueños de la única plaza de toros de la comunidad, por la que pagan 48.000 euros anuales a cambio de su cesión tres jornadas al año.

Según un comunicado remitido a la prensa, con respecto a la tauromaquia, las encuestas son favorecedoras, ya que tan sólo el 0,3% de la población de Galicia declaró asistir a corridas el pasado año, "lo que evidencia una falta de interés generalizada por el espectáculo en donde se tortura y da muerte de forma cruel a un animal". Asimismo, la plataforma Galicia, Mellor Sen Touradas, apunta que espera a la convocatoria de elecciones autonómicas de este mismo año para plantear una nueva Proposición de Ley abolicionista, "confiando en un probable cambio de color político en la Xunta".

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