"Existen putas porque algunos varones así lo desean; otros lo permiten"

Violada desde niña, condenada a ser prostituta y vendida por 300 euros. Amelia Tiganus ha dejado atrás una historia de terror que comenzó en Rumanía cuando tenía solo 13 años. Ahora es activista contra la trata. No es una víctima, es una superviviente
Amelia Tiganus
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"Fui vendida por 300 euros y llegué a España a través de una red de trata". Amelia Tiganus resume su pasado en pocas palabras, aunque prefiere no centrarse en su experiencia. "Los medios están llenos de historias de mujeres víctimas y yo quiero dar un mensaje contra la trata, hacer pensar", cuenta. A las tres semanas de llegar se escapó, pero tuvo que volver a ejercer la prostitución para sobrevivir en un país en el que no conocía a nadie. Cinco años después, consiguió salir del pozo al que la habían empujado. Ahora es activista en Feminicidio.net y el lunes dio una conferencia en la Casa das Campás organizada por Isca.

¿Por qué los hombres consumen prostitución?

Esa es una pregunta que deberíamos hacernos todos porque, a pesar de que las mujeres tienen cada vez menos prejuicios sobre la práctica de sexo, el consumo de prostitución sigue creciendo. A parte de la masculinidad patriarcal, que les hace tener a su disposición a cuantas más mujeres mejor y que genera en ellos el deseo de dominar, también existe una fuente que hace incrementar la demanda, la pornografía. Todo forma parte de una gran industria a nivel mundial que está conectada con el crimen organizado. Interesa que los hombres consuman sin que nadie cuestione su comportamiento.

Consentimiento "La sociedad nos debe una reparación a las mujeres que hemos pasado por la prostitución por dejarnos en esa situación"

 

¿Cuál es el perfil de los consumidores de prostitución?

No existe un perfil. Lo único que tienen en común es que son todos hombres y piensan que las mujeres existen para satisfacer sus deseos. No todos los puteros son violentos física o verbalmente, pero sí lo son de manera simbólica porque están utilizando el cuerpo y la vida de otra persona para satisfacer sus deseos, ya sean sexuales o de otro tipo.

¿Qué le parece la postura de las personas que defienden que la prostitución se debe regular?

Solamente en España, la prostitución mueve cinco millones de euros al día, según Fernández Díaz en el 2014, por eso hay muchos intereses creados en torno a ella. Al Estado proxeneta le interesa que esta pase a ser una actividad económica. También pienso que hay mucha gente que, en su afán de hacer las cosas bien, cree que esa es la mejor opción. No siempre hay una mala intención. Dentro del propio movimiento feminista hay un enfrentamiento de las dos posturas, aunque yo pienso que hay muchos puntos en común.

Dentro de este debate, también hay voces de mujeres que ejercen la prostitución porque quieren. ¿Cómo se conjuga su libertad con la postura que defiende usted?

Ellas tienen que tener el derecho de hacer lo que quieran. Nuestra tarea no es decirles a las mujeres lo que tienen o no tienen que hacer, sino crear oportunidades para las que no quieren estar ahí. No hablo solo de casos de trata, sino también de mujeres que, por la pobreza extrema, se ven obligadas a someterse a la prostitución. No podemos frivolizar los efectos que tiene sobre la salud: no es lo mismo fregar escaleras sin deseo que mantener relaciones sexuales con alguien que no deseas. Deberíamos centrarnos en hacer ver a los hombres y a las nuevas generaciones (porque cada vez hay más jóvenes que consumen prostitución) que este no es el lugar que deberían ocupar las mujeres. Tendríamos que exigirle al Estado que cumpla sus obligaciones para con nosotras.

¿Qué porcentaje de mujeres que ejercen la prostitución son víctimas de trata o lo hacen porque se ven abocadas a ello?

Desde mi experiencia personal puedo decir que la inmensa mayoría está en esa situación. La gran mayoría de mujeres que ejercen la prostitución vienen de países más pobres con grandes organizaciones de trata. También hay mujeres nacionales a las que el Estado ha dejado en situación de pobreza. De ahí podemos sacar una conclusión sobre las condiciones que nos llevan a ejercer la prostitución. Detrás de una elección existe una construcción social que nos empuja a ello y no siempre es la pobreza económica, también puede ser la violencia sexual en la infancia o la adolescencia. Ese es otro factor importante en la creación de la identidad de puta.

¿Cómo cae una mujer de Rumanía en una red de trata?

En Rumanía se da mucho el método lover boy. También se suele romper a la mujer a través de la violencia sexual. Desde que somos preadolescentes, nos quiebran mediante las violaciones y luego nos venden una vida llena de comodidades ejerciendo la prostitución en España. Es ese momento, la chica ya ha adquirido la identidad de puta y lo peor que le puede pasar a una puta es, además, ser una puta pobre. Ese fue mi caso y el de la mayor parte de las mujeres que vienen de Rumanía para ejercer la prostitución.

Identidad "La violencia sexual en la infancia y la adolescencia es un factor muy importante en la creación de la identidad de puta"

 

¿Es posible salir?

No es imposible; de hecho, hay muchas mujeres que salen. El problema es que, por culpa del estigma, tienen que vivir en silencio, con vergüenza y con miedo por si alguien se entera de que ellas han tenido que pasar por esto. Eso es absolutamente injusto y hace que haya muy pocas voces de mujeres supervivientes, lo que hace difícil el empoderamiento y la liberación de las mujeres que siguen ejerciendo la prostitución. Seguimos reproduciendo un rol secundario en la vida.

¿Qué secuelas físicas y psicológicas le quedan a una mujer que ha pasado por esto?

A nivel físico, una mujer que ha aguantado durante años varias penetraciones por la boca, la vagina y el ano todas las noches es obvio que va a tener secuelas. Además, están las enfermedades de transmisión sexual. Es un desgaste tremendo. También se producen daños psicológicos irreversibles, pero eso no significa que la vida se acabe ahí o que el sol no vaya a volver a brillar. Es difícil recomponerse, hace falta muchísima ayuda. La sociedad nos debe una reparación a las mujeres que hemos pasado por la prostitución, porque nos han dejado en esa situación, lo han permitido y lo han legitimado. Es muy importante hablar del estigma y la solución pasa por dejar de pensar, por parte de las mujeres, que las que ejercen la prostitución son las otras. Todas somos mujeres y si existen putas es porque algunos varones así lo desean y otros así lo permiten porque son cómplices con su silencio. No es algo que tenga que ver con que naces así, es el lugar que te dejan en esta sociedad.

¿Cómo puede contribuir una mujer o un hombre a que esto se acabe?

Es muy importante hablarlo, llegar a concienciar a las otras personas. Es muy difícil porque levanta muchas pasiones y todo el mundo tiene una opinión. Yo creo que lo más importante es llegar a entender que la prostitución vulnera los derechos humanos de las mujeres, eso no se puede negar. La responsabilidad tenemos que fijarla en los hombres, desde los que gobiernan a los proxenetas (tanto en el Gobierno como entre los proxenetas son mayoría), pasando por los que consumen y financian toda esta cadena. Tenemos que preguntarnos por qué los hombres consumen prostitución sabiendo todo esto.

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