Espido Freire: "Es mi manera de situar a la mujer en la historia"

La escritora reúne en un libro cien objetos que le ayudan a revisar acontecimientos del pasado desde una perspectiva femenina
Espido Freire. NIKA JIMÉNEZ
photo_camera Espido Freire. NIKA JIMÉNEZ

Desde la pelvis de la primera homínida hasta el cuchillo de Lorena Bobbit. Espido Freire selecciona cien objetos, simples disculpas para hablar de las mujeres que los crearon, los usaron o los hicieron importantes para la historia. Un modo original de situar a la mujer en una narración contada tradicionalmente para gloria del hombre.

Historia a través de objetos. Un método curioso para mirar al pasado y comprender el presente.
Desde hace una década, muchos expertos y profesores buscan formas nuevas de acercarse a la historia. El objetivo es saltar de la simple narración de hechos a otras cuestiones que permitan contextualizar mejor los acontecimientos. Atender a los objetos nos acerca a la intrahistoria. A mí ese método me pareció perfecto para fijarme en las mujeres que no se contemplan en la historia, en los pequeños hitos que han supuesto un avance o un retroceso en la vida de las mujeres.

Objetos como disculpa para abordar temas que le interesan.
Eso es lo más interesante. Construir o reconstruir acciones y contextualizar la historia, hacer historia comparada. Los objetos permiten incluso explicar hitos legendarios. Por ejemplo, no se sabe quién descubrió la seda, pero la leyenda china habla de una emperatriz, alguien de origen divino que por azar llegó a ella. Lo mismo ocurre con el té, el Taj Mahal o la caja de Pandora.

Dice que la selección de objetos es parcial e incompleta a propósito.
A propósito y porque no queda más remedio. Inicialmente eran más de 300. La selección está centrada en lo que a mí me interesa abordar de la historia y en temas de los que puedo hablar con cierta autoridad. Y está limitada también como invitación a que cada uno busque los objetos de su historia. De hecho, lo propuse en las redes sociales y han salido muchos, entre ellos la bicicleta o la máquina de coser.

Pero su historia está marcada por la intencionalidad. Por ejemplo, utiliza el cuchillo de Lorena Bobbit para hablar de los malos tratos.
Ninguna elección es casual. La pena es el número de objetos que he tenido que dejar fuera. El tema de la visibilidad en la sociedad occidental es esencial. No es una discusión frívola que solo atañe a periodistas. Lo que no aparece en los medios, en las redes sociales... queda invisibilizado. Lo que está presente o ausente tiene gran importancia. Es necesario un ejercicio enorme de pedagogía en este sentido. Acabamos de pasar el 8-M y todavía hay quien se pregunta por qué se siguen reivindicando algunas cosas. ¿Por qué reivindicamos el papel de las científicas si ya está reconocida Marie Curie o de las artistas si ya tenemos a Frida Kahlo?

Dígame un objeto que ha tenido que descartar y que le gustaría haber introducido.
Las partituras de Clara Schumann, la presencia de la mujer en la música. 

¿Y algo de una gallega?
Egeria, la primera escritora de un libro de viajes, que hizo la peregrinación inversa desde Santiago de Compostela a Tierra Santa. También hablo de Rosalía de Castro, de Emilia Pardo Bazán, de Concepción Arenal, de María Pita.

¿Cuándo comenzó a anotar curiosidades sobre objetos?
Hace más de 25 años, cuando empecé a interesarme por escribir biografías de mujeres desde perspectivas diferentes. La belleza, la astucia, la inteligencia, la capacidad, el dolor que atesora el mundo femenino está muy presente en mi obra y en mi vida.

Reescribir la historia no es tarea fácil.
Lo que quiero es hacer una relectura de los hechos atendiendo a las mujeres. No aparecen como protagonistas en el relato oficial de las grandes guerras, pero estaban allí como víctimas, como cantineras, como prostitutas. ¿Quién tejía las velas de los barcos? ¿Quiénes eran las cautivas que eran explotadas tras la guerra, el mayor botín? Es mi manera de mirar la historia para eliminar la visión de túnel y completar la imagen de los márgenes.

La mayoría de los hitos todavía siguen siendo de los hombres.
Compartir el poder es difícil.

El libro está recién editado. ¿Qué tal la acogida?
Ha sido muy buena. He hecho un esfuerzo grande, pero estoy satisfecha de la acogida. De repente han aparecido muchas propuestas para participar en clubes de lectura, en actividades de aula, con mujeres... el 8-M hubo alguna profesora que lo utilizó para trabajar con sus alumnos. Eso es maravilloso.

Algunos objetos
El bote salvavidas
► "Miles de náufragos en el último siglo y medio se han salvado gracias a que en su navío se incluyó un bote salvavidas. (...) La mayoría de ellos no lo saben, pero deben sus vidas a Maria Beasley, una prolífica inventora nacida en Filadelfia en 1847 que patentó hasta diecisiete aparatos en Estados Unidos y Reino Unido a lo largo de su vida".

El sílex de las parteras
► "Desde el Neolítico aparecen representaciones de parto asistido. La pertenencia a grupos mayores y el sedentarismo favorecía que los cuidados fueran mayores y mejores, y el conocimiento intuitivo comenzaba a sistematizarse y a transmitirse: las parteras, comadronas o comadres se convirtieron en figuras especializadas y con un rol social propio. Además de para otros usos, los cuchillos de sílex descubiertos servían para cortar el cordón umbilical y fueron una de las primeras herramientas de las parteras".

El Rouge de Dior
► "Pintarse los labios se remonta a la civilización mesopotámica, a unos 5.000 años atrás, donde se trituraban determinadas joyas semipreciosas para conseguir pigmentos. Pero fueron los egipcios los que obtuvieron el tinte rojo y morado de las algas. Al mezclarlo con yodo, y también con pequeñas cantidades de bromo y alheña, se volvía tóxico; es lo que se llamó el beso de la muerte".

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