Martiño Nercellas: "Non o situaría máis alá da anécdota porque o seu número é moi reducido"

El 'porcoril', un híbrido que amenaza el ecosistema de los montes gallegos

Este cruce entre jabalí y cerdos vietnamitas liberados pone en peligro la raza autóctona del primero, que podría degenerar
Un 'porcoril'
photo_camera Un 'porcoril'

El porcoril, un cruce entre el jabalí y el cerdo vietnamita, ha irrumpido en los montes gallegos y, pese a su reducido tamaño y su aspecto aparentemente inofensivo, representa una gran amenaza para el ecosistema. Y es que este pequeño mamífero consigue introducirse por muchos de los cierres por los que no lo hace el jabalí y, al igual que este, devora todo lo que se encuentra a su paso. Pero el problema no solo está en los destrozos que causa en los cultivos, sino en que pone en peligro, precisamente, a su hermano mayor, con el que se cruza dando lugar a más porcoriles o cerdolines, como son denominados de manera oficiosa estos híbridos.

Los primeros ejemplares se detectaron hace un par de años y su número todavía es anecdótico. Una muestra es que los que se cazan cada año en la comunidad no superan el centenar —el 1% de las capturas de jabalí, que ascienden a 15.000—, pero la cifra es suficiente para que se hayan encendido
todas las alarmas.

Provenientes de cerdos vietnamitas liberados por sus dueños en el monte, la mayoría de porcoriles han sido localizados en la zona rural de Pontevedra, pero se tiene constancia de su presencia en las cuatro provincias. Desde la Federación Galega de Caza advierten de que el tiempo y los ciclos reproductivos juegan en contra y es necesario erradicarlos "antes de que colonicen los montes gallegos". Argumentan que no tienen ningún valor cinegético ni culinario y que su única función es degenerar la especie del jabalí.

MULTAS POR CAZARLO. Puede pensarse que la solución es tan sencilla como organizar batidas para capturarlos, pero aquí los cazadores se encuentran con un gran escollo legal. El porcoril no está considerado una especie cinegética debido a su herencia doméstica por lo que abatir uno puede acarrear multas de hasta 6.000 euros. Una norma que, según los monteros, debería ser modificada porque acarrea, además, otro gran problema: desde cierta distancia no es posible diferenciar una especie de otra y son muchos los que han abatido porcoriles pensando que eran puercos bravos.

De hecho, todos los capturados lo fueron por error, pues ningún cazador gastaría plomo en una especie con nulo valor. Aún así, hasta el momento no se han impuesto multas, o al menos no le constan a la Federación Galega de Caza, que reclama abrir la veda a la captura del porcoril, analizar las zonas con mayor población y eliminarlos.

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