El hombre más longevo de Europa tiene 112 años y vive en Badajoz

Francisco Núñez, que también es el soldado más veterano de España con dos batallas a sus espaldas, ha recibido este martes un homenaje en su Bienvenida natal
Francisco, el hombre más longevo de Europa y el tercero del mundo
photo_camera Francisco, el hombre más longevo de Europa y el tercero del mundo

El hombre más longevo de Europa, Francisco Núñez Olivera, ha cumplido este martes 112 años en su pueblo natal, Bienvenida (Badajoz), rodeado de sus hijas, amigos, autoridades y una representación militar.

Aún estaba en la cama cuando han llegado los periodistas hoy a este pequeño pueblo, de 2.300 habitantes, del sur de la provincia de Badajoz y es que Francisco, apodado Marchena, por su buen porte de joven, que recordaba al del conocido cantaor, no se levanta antes de las once de la mañana. En realidad es su hija Antonia, que a sus ochenta años, es su cuidadora, la que no quiere levantarlo antes, porque se cansa, dice.

Aunque Antonia no quería molestarlo, Marchena, al oír a los periodistas en su casa, se ha querido levantar y salir a la calle e ir a la plaza del Ayuntamiento en la que este martes ha recibido un homenaje, pero no le han dejado, la mañana estaba demasiado fresca por estos lares.

Francisco ha esperado en su casa con su hija Milagros a que transcurriera el homenaje que se le ha rendido no sólo por ser el varón más longevo de Europa, el tercero del mundo, sino también por ser el soldado más veterano de España, con dos batallas a sus espaldas, la Guerra del Rif y la Guerra Civil.

Por eso, el teniente coronel Juan Castroviejo García, jefe del Batallón de Cuartel General XI, de la Brigada XI de Extremadura, ha querido acompañarle en este homenaje y le ha podido reconocer en persona "su valía" a la hora de defender a su país, a la vez que le entregaba un ejemplar del periódico Tierra enmarcado y en la que ya aparecía él durante la celebración de su centenario.

Otro de los que no han querido perderse este cumpleaños ha sido el fotógrafo estadounidense Charles Ragsdale, quien lo conoció mientras preparaba su trabajo Generaciones, con retratos con los 26 españoles con más de 105 años. "Es un hombre muy especial, con chispa, con personalidad", ha dicho.

En este día festivo en Bienvenida, donde hay 32 personas de más de 90 años, decenas de vecinos se han acercado a la plaza para presenciar la ida y venida de periodistas, autoridades y cámaras, ya que nadie se quería perderse el homenaje a su hijo más ilustre. Cuando la comitiva ha llegado a su casa, ya casi a mediodía, para destapar una placa conmemorativa en la calle, Marchena, que mantiene una envidiable lucidez, sólo daba "un millón de gracias" a los congregados.

El abuelo de España estaba sensiblemente emocionado, pero exultante de alegría: "soy el hombre más feliz del mundo" decía alto y claro mientras lanzaba varios gritos de "vivas" ante la escena, en la que se le podía ver rodeado de militares, vecinos y una nube de fotógrafos en la calle, donde ha presenciado el descubrimiento de la placa.

Junto a él, su hermana Jacoba de 95 años y sus hijas Antonia y Milagros, todos viven en la misma calle, recordaban que hace apenas dos años que Marchena está en silla de ruedas y que hasta después de los cien seguía paseando por las calles y yendo al bar a jugar la partida con los amigos. En el bar El Obrero recordaban que ya centenario subía las escaleras del bar sin ayuda y, cuando se la ofrecían, la rechazaba porque "cuando yo no pueda subir solo las escaleras, me moriré", decía.

El secreto para llegar a los 112 años es, según su hija Milagros, llevar "una vida sencilla", en la que nunca ha fumado y en la que nunca ha abandonado una alimentación sana, "las de los pueblos, las cosas de matanza y del campo", porque "siempre ha sido muy metódico".

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