El cine, un 36% más caro que hace siete años

El cine ha subido un 36 % en los últimos siete años, casi diecisiete puntos por encima del IPC, según un estudio de FACUA-Consumidores en Acción que detecta diferencias de hasta el 80 % en el precio de la entrada.

Según el estudio, basado en 138 cines de cincuenta capitales de provincia de España y Ceuta y Melilla, los precios en días laborables oscilan entre 4,50 y 8,10 euros, y las capitales más caras son A Coruña, Albacete y Oviedo.

Una entrada de cine cuesta actualmente una media de 6,52 euros los días laborables, y los fines de semana alcanza de promedio los 6,64 euros, un 1,8 % más que en días laborables. Los precios más bajos se encuentran en Melilla (5,00 euros) seguida de Almería, Granada y Zamora (5,50 euros).

De los 138 cines encuestados por FACUA, un cine de Barcelona es el que alcanza el precio más alto, 8,10 euros, seguido por varios de Barcelona y uno de Madrid: ocho euros la entrada normal.

Los más baratos de los analizados están en Granada, donde la entrada un día laborable cuesta 4,50 euros, y les siguen otro de Melilla, con 5,00 euros, y otros de Almería, Córdoba y Santander.

La gran mayoría de los cines ofrecen precios especiales en determinados días de la semana, como el del espectador, u horarios, sesiones matinales y de madrugada que también tienen precio reducido.

QUEJAS VARIAS

FACUA ha denunciado la imposición ilegal que ejercen muchos cines de entrar en las salas con bebidas adquiridas exclusivamente en sus recintos, cuyos elevados precios llegan a ser, como en el caso de los refrescos, hasta cinco veces superiores a los de otros establecimientos.

También ha criticado que numerosos cines no cuentan con un buen aislamiento acústico en sus salas o con respecto al exterior.

Asimismo, una queja frecuente de los consumidores es que las primeras filas de muchos cines están extremadamente cerca de la pantalla, lo que supone tanto incomodidad como pérdida de calidad en el visionado de la película.

FACUA también pone de manifiesto que en muchos multicines la falta de operarios suficientes para controlar las proyecciones hace que sean los espectadores quienes tengan que avisar cuando se produce una avería y la película se para, se queda sin sonido o imagen o su calidad es deficiente.

También hay quejas en cuanto a la falta de puntualidad en el comienzo de la película con respecto a la hora indicada en la entrada debido a la inclusión de una cantidad excesiva de publicidad en ciertas salas.

Asimismo, los espectadores se llevan sorpresas desagradables en ciertos multicines cuyas pantallas tienen grandes diferencias de tamaño respecto de otras salas y en las que en ocasiones las producciones se exhiben en "auténticas cajas de cerillas", según Facua.

A esto se suma la mala calidad de determinadas películas en 3D, que se estrenan en este formato por aprovechar su tirón comercial y aumentar los ingresos en taquilla pero introduciendo los efectos en la fase de posproducción de forma chapucera, ha denunciado.

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