Ejercitar la memoria

La capacidad de retención mental puede desarrollarse a lo largo de toda la vida

Estudiar, memorizar, libros

La memoria es la capacidad de retener y evocar eventos del pasado mediante procesos neurobiológicos de almacenamiento y de recuperación de la información; es básica en el aprendizaje y el pensamiento. Resulta muy difícil conocer la capacidad real de la memoria, pues esta se puede desarrollar a lo largo de toda la vida mediante entrenamiento.

En los primeros años, la memoria es de carácter sensitivo, guarda sensaciones y emociones. Más tarde aparece la memoria de las conductas: se ensayan movimientos, se repiten y se van grabando. De esa forma, los niños van reteniendo experiencias que les permiten progresar y adaptarse al entorno. Finalmente, se desarrolla la memoria del conocimiento, o capacidad de introducir datos, almacenarlos correctamente y evocarlos cuando sea necesario. El desarrollo de la memoria cambia con el desarrollo de la mente de los niños.

INFANCIA. La mayoría de los bebés reconocen móviles, juguetes y objetos corrientes por medio de la memoria. Pueden recordar durante el tiempo suficiente como para distinguir los objetos que ya conocen de los desconocidos, y además, pueden imitar acciones. También pueden recordar dónde se encuentra un juguete oculto, una señal de que el desarrollo mental está guiando el desarrollo de la memoria. Los preescolares realizan también mucho ‘aprendizaje incidental’, recordando cosas que estaban presentes cuando están aprendiendo otras y no restringen la atención de forma muy efectiva. 

EDUCACIÓN PRIMARIA. A los seis años, los niños comienzan a comprender que existen motivos para recordar cosas y desarrollan estrategias mnemónicas. Instintivamente ensayan, y a los siete años deben ser capaces de ver modelos y organizar grupos de cosas que deben ser recordadas. También deben poder recordar y volver a contar una historia, manteniendo un orden razonable respecto a los acontecimientos. Pero los niños que tienen problemas de atención siguen absorbiendo tanta información incidental que tienen dificultades para desarrollar lo que realmente importa.

ADOLESCENCIA. En la adolescencia, la memoria se convierte en un mecanismo de pensamiento abstracto. A medida que el adolescente aprende a recordar dos o más elementos de información, es capaz de retenerlos en la mente mientras evalúa nuevas ideas.

Cuanto mejor encajan las cosas, mejor funciona la memoria. Si el niño no ha tenido una buena base para comprender el material y los aprendizajes que le ofrece la escuela, este es el momento de reconstruirla. Por eso, en ocasiones, en Educación Secundaria se da un salto cualitativo y cuantitativo en cuanto a la capacidad de aprender y recordar. 

ESTÍMULO DE LA MEMORIA. En la cultura popular, y de un modo instintivo, se conocía la importancia de estimular la memoria. De ahí que desde bien pequeños a los niños se les enseñen canciones sencillas que se repiten una y otra vez, como la canción de cinco lobitos. La plasticidad del cerebro nos permite a través de estímulos constantes y conscientes mejorar el recuerdo de conceptos y de vocabulario.

En la escuela primaria es frecuente que los maestros planteen a los alumnos actividades que estimulan esta memoria: recordar poemas, los nombres de las provincias, capitales… tareas que se van complicando a medida que aumenta la edad. También el aprendizaje de una segunda lengua estimula esta memoria, ya que esta se apoya en el recuerdo del vocabulario de la misma.

Enseñar a los niños desde pequeños estrategias mnemotécnicas, esos pequeños trucos o métodos que utilizamos para recordar, favorecerán el recuerdo y el aprendizaje rápido de una gran cantidad de datos, conceptos y vocabulario.
 

Diferentes tipos y modos de desarrollarla
Existen diferentes tipos de memoria y no todos, en cada persona, tienen el mismo rendimiento. Hay quienes pueden tener una memoria a corto plazo muy buena, y en cambio no tan buena a largo plazo o al revés. Explicaré brevemente los tipos de memoria:
► Memoria sensorial. Esta es la que primero se desarrolla y recoge la información que proviene de los sentidos. Dependiendo de donde venga el estímulo podemos hablar de memoria visual —imágenes—, memoria auditiva —sonidos—, memoria háptica —estímulos táctiles—, memoria olfativa —todo lo relativo a los olores y aromas— y memoria gustativa —sabores—, que quizás es de la menos desarrollada de este grupo. 
► La memoria a corto a plazo es aquella que retiene información durante un período de tiempo pequeño. Esta requiere de mayor exposición al estímulo para que este se fije o pase a la memoria a largo plazo. 
► Dentro de este proceso de recuerdo inmediato también está la memoria de trabajo. Es fundamental en todos los procesos de aprendizaje o resolución de problemas. Esta consiste en la capacidad para seleccionar y retener la información que nos ofrece el entorno para poder realizar con éxito diferentes tareas. Por ejemplo, en la resolución de problemas este tipo de memoria es fundamental, ya que esta debe seleccionar los datos que necesitamos y los debe de poner a disposición del razonamiento matemático. 

MEMORIA A LARGO PLAZO. Esta es la que generalmente se conoce como memoria. La memoria a largo plazo es aquella que retiene y recopila gran cantidad de datos y de hechos que se van presentando durante toda la vida y los almacena permanentemente. Se suele hablar de dos tipos de memoria a largo plazo: la memoria episódica y la memoria semántica.
► La memoria episódica almacena y recupera información relacionada con hechos de la propia vida: el nacimiento de un hijo, sus primeras palabras, una tormenta que nos impresionó en nuestra infancia, un viaje que nos marcara …
► La memoria semántica es aquella que recuerda significados y conocimientos conceptuales. Nos permite almacenar aquellos conocimientos abstractos que nos abren puertas a otros más complejos. La memoria semántica es un tipo fundamental de memoria a la hora de aplicarla en el ámbito académico.

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