Egipto concentra los restos de Tutankamón en el nuevo Gran Museo

El centro, que se abrirá a mediados de 2018 con 1.800 piezas de la tumba del faraón, es la esperanza del país para recuperar el turismo
El faraón Tutankamón sufría una malformación genética
photo_camera El faraón Tutankamón sufría una malformación genética

Conocer el estilo de vida del faraón Tutankamón, lo que comía, bebía e incluso la moda de hace más de 3.000 años en la antigua Tebas (Luxor) será el principal reclamo que Egipto usará para la inauguración del nuevo Gran Museo Egipcio, que está previsto que abra sus puertas a mediados del año que viene.

Más de 5.000 piezas de su ajuar funerario -dos tercios de las cuales nunca han visto antes la luz- serán expuestas en una gran galería en este recinto, que se está construyendo a los pies de las grandes pirámides de Guiza, al oeste de El Cairo.

Así lo anunció Tarek Tawfik, el supervisor general del que aspira a ser el museo arqueológico más grande del mundo, en el Museo Egipcio de Tahrir, donde se conservan unas 1.800 piezas de la tumba del Faraón Niño, perteneciente a la XVIII dinastía.

En el marco de la tercera Conferencia Internacional del Rey Tutankamón, que se celebró el pasado fin de semana en la capital egipcia, el ministro de Antigüedades, Jaled Al Anani, indicó que todos los grandes hallazgos pertenecientes al faraón -que reinó un breve periodo de tiempo entre 1.332 y 1.323 a.C.- serán trasladados a la gran edificación, que promete "contribuir al regreso del turismo", según Al Anani.

Con esta mudanza arqueológica, el museo del Tahrir se quedará sin su más preciado tesoro, aunque esto no supondrá "el fin del museo ya que no queremos centralizarlo todo en el nuevo", subraya el ministro.

El ministro de Antigüedades anunció que todos los grandes hallazgos del faraón se llevarán al Gran Museo Egipcio


Al Anani lleva un año en el cargo y fue nombrado después de que el anterior, Mamduh al Damati, estuviese envuelto en una polémica teoría proclamada por el arqueólogo británico Nicholas Reeves y que el egipcio avivó.

Dicha teoría situaba a la madrastra de Tutankamón, Nefertiti, detrás de su tumba tras distinguir unas pequeñas hendiduras en sus muros que indicaban, según el británico, la presencia de una puerta sellada.

Se elaboró apoyándose en los resultados del experto japonés Hirokatsu Watanabe, que detectó oquedades tras los muros norte y oeste del mausoleo que desvelaban la presencia de materiales metálicos y orgánicos en esos "huecos", que podrían ser cámaras funerarias o pasillos.

Desde la segunda edición de la conferencia sobre este rey, donde el polémico arqueólogo y exministro de Antigüedades egipcio Zahi Hawas aseguró que no creía la teoría de Reeves, este tema ha quedado sepultado.

El egiptólogo Marc Gabolde apunta que tras la tumba intacta de Tutankamón "no hay nada" y que trató de "una extrapolación" de Reeves. "Se detectaron irregularidades en la temperatura, pero esto no quiere decir que haya una cámara", aduce.

Por su parte, el experto Christian Loeben coincide en que, no tuvo ninguna duda de que Reeves estaba equivocado. "Reeves ya ha propuesto dos teorías y ambas eran erróneas. Esta ya es la tercera", señaló.

El comisario del Museo August Kestner de Hannover (Alemania) señala que "de haber algo detrás, puede ser un pequeño pasillo que empezaron a construir. Pero como el rey murió joven, la sellaron", sentencia, e indica además que la teoría de que allí podría encontrarse Nefertiti es una "auténtica tontería y muchos menos que hubiese un tesoro. No hay nada".

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