"Creo que no podría ponerme a dieta, me encanta la comida basura"

La pontevedresa Sonsoles Moa, con solo 19 años, acaba de ser nombrada este fin de semana en Vigo Miss Internacional Galicia y participará en Miss Internacional España
Sonsoles Moa, en la Praza de Barcelos
photo_camera Sonsoles Moa, en la Praza de Barcelos

Su madre la convenció para empezar a desfilar y le acabó encantando. Un año después, la pontevedresa Sonsoles Moa es Miss Internacional Galicia, un título que consiguió el pasado fin de semana en Vigo. Cuando su madre vio a través de la red social Facebook que se celebraba el certamen para escoger a Miss Internacional Galicia no dudó en animar a su hija a apuntarse. «Yo al principio dudé, pero luego me animé y aquí estoy».Justo dentro de un mes participará en el concurso Miss Internacional España representando a la comunidad. «Para mí es un orgullo representar a Galicia y cuando supe que lo haría me emocioné mucho, éramos nueve chicas, tres de ellas de Pontevedra, y no me esperaba que fuese a ser yo la elegida», cuenta.

Aunque solo tiene 19 años, ya ha pisado algunas pasarelas como la de la Galicia Fashion Week. Su primer desfile fue en la pasada edición de Ponmo, al que acudió acompañada de su madre. «Ella también fue Miss Puebla, en México», explica. Allí conoció al diseñador Javier Barrio, que fue quien empezó a llevarla a otros desfiles. «Así fue como me metí en el mundillo, y a cada evento en el que participo va toda la familia a acompañarme», cuenta. Por eso no se sienten preocupados por que una chica tan joven se inicie en el mundo de la moda. «¡Cómo van a estar preocupados si vienen siempre detrás de mí!», se ríe.

Para ser miss hace falta algo más que ser guapa o tener ciertas medidas, la propia Sonsoles Moa explica que la clave está en la elegancia. «Es en lo que más se fijan los miembros del jurado, tienes que transmitir al público que eres elegante», explica. Desfiló en ropa de gala, con vestido de novia, con ropa informal, lencería, traje de baño y vestido regional. «Me siento más cómoda con la ropa casual, iba con unos pantalones vaqueros y unos botines, como cuando vas por la calle, por eso es lo más fácil», explica.

El tópico de las medidas -90, 60, 90- también forma parte de la mitología que rodea la moda, según explica la propia Miss Internacional Galicia. «Tengo 89,64, 93, así que no es necesario entrar en la medida justa para ser modelo», dice Moa. Aún así, sí es concsciente de que en muchas ocasiones el mundo de la moda está dominado por modelos con delgadez extrema que suelen llevar a cabo dietas que afectan a su salud. «A mí no me gusta nada ese aspecto de la moda», explica mientras dice que es una amante de la comida basura. «Alguna vez he llegado a un desfile con unas patatas del McDonald y más de uno me preguntó qué hacía comiendo eso siendo modelo. Yo creo que no podría soportar una dieta, tengo la suerte de ser de constitución delgada y con eso y algo de deporte me mantengo», explica. Y es que Moa practica boxeo, surf y se mueve en bicicleta.

No duda en criticar los malos hábitos de alimentación por parte de muchas modelos, en muchas ocasiones por voluntad propia, y encuentra el motivo en el mundo de la publicidad o eventos como el desfile de los Ángeles de Victoria Secret. «Yo he visto a diseñadores decirles a las modelos que comiesen más porque no tenían ropa para ponerles de lo delgadas que estaban», explica.

Si le preguntan por una modelo de referencia solo se le ocurre Coco Chanel. Le gusta mucho toda la filosofía de la diseñadora francesa y resalta una frase de ella: «Todo lo que es moda pasa de moda, pero el estilo permanece». En cuanto a la próxima cita que le espera, con la celebración de Miss España Internacional en Extremadura, la joven se muestra contenta y a la vez emocionada. «No tengo ningún amuleto más allá del apoyo de los míos y gente viéndome desde México, Canarias y, por supuesto, Pontevedra». Si es nombrada Miss Internacional España podrá participar en otro certamen semejante a nivel mundial que tendrá lugar en Asia y en el que participan más de 60 países.

Aunque su deseo sería dedicarse al mundo de las pasarelas, es consciente de que es muy difícil llegar a vivir de la moda, por lo que estudia un ciclo superior de turismo. «Como también me gusta mucho viajar, qué mejor alternativa a la moda que trabajar en el sector del turismo», sonríe.

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