Controlar la tensión arterial, vida saludable o no fumar, claves para minimizar el riesgo de ictus

Cada año, unas 120.000 personas en España sufren uno de estos eventos cerebrovasculares ► Galicia es la quinta comunidad donde se dan más casos

Campaña sobre el ictus en el Hula. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Campaña sobre el ictus en el Hula. VICTORIA RODRÍGUEZ

Controlar los factores de riesgo, sobre todo la hipertensión arterial y un estilo de vida saludable, evitando el sedentarismo, la obesidad o el tabaquismo, son las medidas más eficaces para minimizar las posibilidades de sufrir un ictus, según el presidente de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH), José Antonio Páramo. 

Cada año, unas 120.000 personas en España sufren uno de estos eventos cerebrovasculares, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), de los que aproximadamente la mitad quedarán con secuelas. Representa la segunda causa de muerte en España (la primera en mujeres), la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda de demencia. Por comunidades autónomas, Andalucía es la que más casos registra al año (21.000), seguida de Cataluña (12.000), Madrid (11.000), Comunidad Valenciana (10.500) y Galicia (7.000). 

Se produce por la obstrucción del flujo sanguíneo de una arteria (trombosis, embolia), lo que origina una disminución del riego sanguíneo en esa parte del cerebro. Sus consecuencias en el cerebro pueden ser graves y los síntomas producidos muy incapacitantes. Sus síntomas aparecen de forma brusca e inesperada, y los más comunes son las dificultades para hablar o entender, la pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo y la alteración de la simetría facial, así como problemas de visión y dolor de cabeza muy intenso. 

La gran mayoría de los pacientes suelen presentar una combinación de varios de estos síntomas, y con solo experimentar uno de ellos, incluso si son reversibles o transitorios, ya es motivo de urgencia. Por lo general, estas secuelas afectan de manera importante a la calidad de vida. Por todo esto, el experto considera "vital" acudir de manera precoz a un centro hospitalario para instaurar el tratamiento cuanto antes, así como aprovechar la neuroplasticidad del cerebro que hace que, en esas primeras horas, sea más fácil recuperar las funciones cerebrales afectadas. 

El ictus puede ser isquémico (el más frecuente, corresponde al menos al 75% de los casos) o hemorrágico. El primero se debe a la obstrucción del flujo sanguíneo en una arteria (trombosis) que da lugar a una disminución del aporte de sangre al cerebro, mientras que el hemorrágico tiene su origen en la rotura de una arteria. "La naturaleza del ictus condiciona su tratamiento, pero la rapidez es el denominador común a todos ellos: cada minuto que pasa sin atención médica complica la recuperación. Tiempo es cerebro", insiste Páramo. 

Los factores de riesgo cardiovascular suelen estar detrás de la mayoría de los ictus (hipertensión arterial, hipercolesterolemia, obesidad, sedentarismo), y ser mayor de 60 años y mujer incrementan las posibilidades de padecer este accidente cerebrovascular. En cualqueir caso, desde la Asociación Freno al Ictus señalan que puede ocurrir a cualquier edad, con más riesgo si se tiene alguno de estos factores: hipertensión arterial, diabetes, niveles de colesterol altos, tabaquismo, obesidad, problemas de corazón, vida sedentaria y consumo de alcohol, entre otros. 

De hecho, recuerdan que en los últimos años ha aumentado "considerablemente" la incidencia de ictus en adultos jóvenes, debido en gran parte a los estilos de vida en la sociedad. En este contexto, apuntan que hasta el 90 por ciento de los casos "se podrían evitar con una adecuada prevención", tanto en personas que no lo han sufrido hasta el momento como para evitar que el ictus se repita, ya que el hecho de haber sufrido un ictus aumenta el riesgo de sufrir un segundo. 

 

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