Cómo serle fiel a tu dieta

Lo más importante no es tener fuerza de voluntad, sino saber hacer una buena compra
Pasteles. EP

Muchos creen que lo más importante en una dieta es la fuerza de voluntad. Pero cuando se tiene una fuerza de voluntad inquebrantable ya no hace falta hacer una dieta… Sabéis que yo confío más en un método, en un sistema, que en la fuerza de voluntad. No tiene ningún sentido "ponerte a prueba" para ver cuan fuerte es tu fuerza de voluntad. Eso de "voy a comprar donuts y patatas fritas y las voy a dejar en la cocina bien a la vista para probar mi férrea fuerza de voluntad…", pues lo más probable es que termines cayendo en la tentación. Exponerte a las tentaciones para autodemostrarte que eres más fuerte que ellas no me parece una buena idea.

HABLANDO CLARO. Seamos sinceros... ¿conoces a alguna persona que bajo presión, estrés, deprimida o en estado de ansiedad le dé por comer brócoli al vapor y filetes de pechuga de pollo a la plancha?, ¿verdad que no? En esas circunstancias nos apetece comer dulces y grasas. O sea, carbohidratos (dulces, pan, harinas, chocolates, alcohol —sí, el alcohol es un carbohidrato también—), café súper azucarado y grasas, pero no grasas buenas en plan aceite de oliva, sardinas o nueces, no, lo que comemos son patatas fritas, frutos secos fritos y salados, galletitas saladas, cremas azucaradas, etc…. 

Por eso, para mí, lo más importante para cumplir bien la dieta es una buena lista de la compra, y por supuesto lo que tenemos en la despensa y en la nevera. Porque tú no te vas a comer lo que te ha puesto tu dietista en un papel, tú te vas a comer lo que tengas en tu casa, en tu despensa o en tu nevera, por eso es fundamental que una vez que tu dietista o dietista/nutricionista te haya dado tu dieta, al llegar a casa y teniendo esta delante, elabores la lista de la compra. Si tienes dificultades le puedes pedir ayuda a tu dietista, que seguro te la dará gustosamente, ya que eso indica interés por tu parte para realizar el cambio que deseas. 

No te engañes a ti mismo: en tu casa solo deberá haber los alimentos que estén en tu dieta. Si te autoengañas en plan "voy a comprar unos dulces por si viene una visita para tomar con el café" o "voy a comprar unas galletas por si vienen mis sobrinos pequeños a merendar", ¡¡no!! Al final sucumbirás a la tentación y te los terminarás comiendo tú. La seguridad de no comer ningún alimento prohibido te la da no tenerlo en casa. Si te atacan la ansiedad o el estrés y te apetece algo dulce y lo único dulce que tienes es un plátano, una manzana o unos dátiles, te vas a comer la fruta.

Tu lista de la compra 
Cosas que deberías incluir 
► Agua mineral o filtros para el agua del grifo (tipo Brita). El agua del grifo en Lugo es válida para la dieta, pero sabe mucho mejor si la filtras. Con este procedimiento también alargarás la vida de tu cafetera.

► Fruta, preferentemente ácida, como manzanas verdes tipo Granny Smith, naranjas, limones, pomelos, mandarinas o piña. También papaya, aguacate, tomate, fresas, moras, arándanos, frambuesas, etc.

► Verdura: coliflor, brécol, espinacas, acelgas, rúcula, canónigos, lechuga, escarola, kale, endibias… También puedes comprar botes de espárragos blancos y espárragos verdes, botes de alcachofas y de legumbres de todo tipo, pues son alimentos rápidos y siguen siendo saludables.

► Bebidas: infusiones, café arábiga de tueste natural, mate, achicoria, té verde, té rojo, té matcha, cacao puro sin azúcar y leche entera fresca (mejor ecológica, de vacas de pasto). Puedes preparar zumos o licuados de verdura, ¡nunca de fruta!  

► Carne: pollo, pavo, ternera, conejo, lomo de cerdo, etc. 

► Pescado y marisco.  

► Si eres vegano: tofu, tempeh, seitán (si no eres celíaco ni intolerante al gluten), brotes de soja o proteína texturizada de soja para hacer albóndigas o hamburguesas vegetales.

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