Chicote abandona por primera vez un programa, pero "con la satisfacción del trabajo bien hecho"

Es muy habitual ver cómo muchos hosteleros son capaces de sacar a Alberto Chicote de sus casillas, haciendo incluso que el popular conductor del programa Pesadilla en la cocina monte en cólera ante un trabajo mal realizado o, más bien, ante la actitud -o ausencia de ella- de las personas que solicitan sus servicios. Lo que ya es menos habitual, de hecho es la primera vez que ocurre, es ver al cocinero madrileño abandonar el proyecto de rescate de un negocio antes de finalizar. Justo lo que pasó en el programa de este jueves.

Soledad, dueña del local El Zamora, tendrá a partir de ahora el dudoso honor de ser la primera en llevar al límite a Chicote. "No puedo más, me voy", fueron las palabras dedicadas por el chef a los trabajadores del negocio zamorano ante su fuerte desencuentro con Sole, como es conocida la regente del mismo.

Sus malas formas para con sus empleados, su falta de autocrítica y su tozudez ante los consejos de Chicote fueron el detonante de esta inverosímil situación. "Yo te dejo tranquila rápidamente, ¿quieres que me vaya?", le preguntó el presentador a Sole, que no tuvo problemas en recoger el guante y espetarle un indiferente "no he dicho lo contrario", dándole a Chicote el motivo definitivo para su marcha.

Los testimonios de los camareros en relación a la forma de llevar el negocio, en general, y a la actitud de su jefa en particular, dejan pocas dudas sobre quién tiene la razón en el enésimo y posiblemente más tenso enfrentamiento de todos los que ha protagonizado Chicote en el programa. "Era pensar que tenía que ir a trabajar y me ponía malísima, con vómitos y temblores, pero no podía irme porque tengo un hijo al que dar de comer", confesó una de las camareras.