Carmen Avendaño: "Gente más joven ocupa puestos de liderazgo con los colombianos"

Este icono de la lucha contra el narcotráfico repasa la historia de la entidad que creó con otras madres para ayudar a los afectados. A las 19.30 horas ofrece una conferencia en O Vello Cárcere en las XXXII Jornadas Penitenciarias de la Asociación Concepción Arenal

La presidenta y fundadora de Érguete, asociación pionera en la lucha contra la droga, Carmen Avendaño.CABALAR (EFE)
photo_camera La presidenta y fundadora de Érguete, asociación pionera en la lucha contra la droga, Carmen Avendaño.CABALAR (EFE)

ES LA CARA AMABLE de uno de los capítulos más negros de la historia reciente de Galicia: las miles de vidas de jóvenes truncadas por los efectos perniciosos del lucrativo negocio del narcotráfico. Junto a otras madres, le abrió los ojos a las autoridades para que pusiesen cerco a la impunidad de capos como Miñanco, Oubiña o Charlín. Cofundó una de las asociaciones que desde hace 33 años auxilia a las víctimas de esta lacra social. Carmen Avendaño se alistó en esta batalla cuando vio como se iba deteriorando la juventud del barrio vigués en el que vivía, Lavadores. Después lo sufriría en el seno de su familia, dos de sus cinco hijos —que conseguirían normalizar su vida— también se hundieron en este pozo.

Lleva media vida dedicada a la lucha contra el narcotráfico, ¿ha cambiado la situación?

No ha cambiado desgraciadamente mucho en el aspecto de que muchos jóvenes, con esa inconsciencia y curiosidad que se tiene en la adolescencia, toman como algo habitual el hachís y el alcohol, que está muy institucionalizado en nuestra cultura. ¿En qué podemos decir que tenemos una importante mejoría? En que las familias están más formadas y detectan antes el problema y los propios afectados piden ayuda mucho antes que entonces, cuando no había recursos y cuando venían a junto nuestra llevaban veintitantos años consumiendo.

¿En qué se debe incidir?

Hay que hacer mucha fuerza en las políticas preventivas y explicar, sin dramatismo, pero con realidades y pedagógicamente, las consecuencias que tiene el consumo de drogas, sobre todo en edades adolescentes.

"La serie de televisión Fariña ha creado un estado de opinión de curiosidad, que es positivo"
¿La serie de televisión Fariña trivializó el problema del narcotráfico o reflejó la realidad?

Yo no vi la serie, pero lo que sí observo es que ha creado un estado de opinión de curiosidad, que es positivo. Es algo que me llama mucho la atención. Aunque dicen que los narcos quedan más o menos como salvadores de patria, el fondo ha llegado bien y la gente pregunta si fue verdad todo eso. Los hechos estarán novelados de una forma u otra, pero sí es una realidad que todavía existe. Ha trascendido mucho a nivel internacional, con expectativas del problema que puede ser, cómo se empieza..., pero es una apreciación personal. De hecho la semana pasada estuvo una periodista filipina, que quiso conocer el Pazo Baion —embargado al matrimonio Laureano Oubiña y Encarna Lago en el marco de la operación Nécora—, y también me llamaron para una entrevista de un medio de comunicación de Colombia, en donde la emisión de la serie Fariña ha levantado mucha expectación.
¿Las últimas operaciones policiales con las detenciones de históricos como Sito Miñanco o Manuel Charlín evidencian que el narcotráfico sigue latente en Galicia?

Lo que más me preocupa es que gente mucho más joven está empezando a ocupar los puestos de liderazgo con los colombianos, que son los principales productores con los que trabaja Galicia y que se desvía por Andalucía y Portugal. Pero siguen estando ellos y en el mercado desgraciadamente no hay carencia de drogas, ni de cocaína, ni de heroína.

¿No entra tanta por Galicia porque se desvía por Andalucía?

Seguimos surtiendo. Escasez no hay. Tal vez hay más connivencia internacionalizada y quizás un cierto protagonismo de otras personas que quieren ocupar el puesto de los viejos narcotraficantes de Galicia.

¿El hachís, la heroína y la cocaína siguen siendo los principales caballos de batalla o han perdido protagonismo con las drogas de diseño?

Estas son muy ilocalizables todavía porque hay tantos componentes químicos. Ese es un problema mucho más complejo. No tenemos al alcance poder valorar esa parte y poner recursos. Los que tienen que intervenir son los profesionales médicos. Pero el problema ya no es la heroína y la cocaína, es el alcohol. Lo que se ha demostrado durante todos estos años es que los jóvenes que se inician a edades muy tempranas en el mundo de la droga en la mayoría de los casos acaban siendo consumidores de hachís, alcohol y demás. El problema más grave es la edad en la que se inician y superar los daños que produce en la adolescencia porque su cerebro se resiente y son personas que todavía no están suficientemente formadas.

"No pasó nada, pero dos veces me cortaron los frenos del coche"
¿Qué hubiese pasado si las madres no se rebelan hace más de tres décadas contra este problema?

Hubiesen seguido muriendo como en los años 80 y 90 cientos y cientos de jóvenes, casi adolescentes la mayoría de ellos. Afectó sobre todo a hijos de familias obreras de barrios como Lavadores, Teis, Coia... Pero el propio drama obligaría a las fuerzas del orden y a los representantes políticos a tomar medidas.

¿Esta lucha le ha dado más alegrías o le ha producido más sinsabores?

Francamente me siento bien. Yo pongo la cara y la voz, pero yo sola no hubiese hecho nada. Fueron muchas familias, que desgraciadamente muchas de ellas ya no existen. Es un trabajo porque ya tengo 73 años, pero al mismo tiempo también doy por bueno tener una organización con tanta gente colaborando y que te reclamen para ofrecer conferencias, como en Lugo, o medios de comunicación para que tú puedas aportar el conocimiento de tantos años porque hay una inquietud. Personalmente estoy satisfecha y a mis compañeros les digo que es una lucha que hay que seguir con ella. Cuando intentas echar una mano para mejorar un poco tu entorno y tu sociedad, uno se siente bien.

¿Se ha sentido amenazada?

No. Lo único que sufrí es que dos veces me cortaron los frenos del coche. Afortunadamente tuve mucha suerte porque no me cuadró en un sitio en donde yo no pudiera parar. Me llamaban 50.000 cosas por teléfono. Pero en una ocasión me puse loca porque me dijeron que le iban a poner una dosis adulterada a uno de mis hijos. Acababa de venir del País Vasco y se me ocurrió responderle que si le pasaba algo, iba a venir un comando de Eta a por cuatro personas, de las que le di sus nombres. Curiosamente coincidió que a los 15 días a uno de los que yo mencioné le pegaron un tiro y nunca se supo quién lo mató, por supuesto no fueron terroristas. Me he sentido siempre con la razón y he tirado para adelante. Además, cuando he estado con alguno de ellos le he dicho claramente ‘Vosotros sabréis lo que hacéis’. Estoy segura que si fuera en otro país posiblemente sí hubiese habido problemas, pero en ese aspecto nuestra sociedad ha tenido cierto respeto.

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