Carlos Sobera: ''Nunca haré corazón. No tiene nada que ver conmigo''

Llegó a la televisión para hacer ficción, tras crear una compañía de teatro en la Universidad del País Vasco. Ahora, Carlos Sobera disfruta de la que considera su vocación: presentar concursos

 PREGUNTA: Llega con su enésimo formato de concurso, pensado para emitirse un día a la semana, pero arrasa y le amplían el horario. ¿Se olía otro éxito de este calibre?
RESPUESTA: En televisión es imposible prever nada: los éxitos y los fracasos más sonados son impredecibles. Puedes identificar si algo tiene calidad, luchar porque guste y que tenga un lugar en la parrilla. Y yo soy el primero en reconocer que estoy sorprendido del exitazo que estamos teniendo.

P: ‘Atrapa un millón’ alcanzó un notable éxito en los países en los que se emitió. En este caso, era algo que se veía venir...
R: Nosotros tenemos datos que nos dicen que las cosas no son tan bonitas como parecen. Hay países en los que sí ha funcionado muy bien, pero no en otros, como en EE. UU. o Alemania. Aquí explotamos el programa de una manera muy curiosa: hacemos ‘prime time’ y diario, ¡es el único país donde se hace esto! Con la decisión asumíamos cierta dosis de riesgo. Siempre pongo el ejemplo de ‘¿Quién quiere ser millonario?’, funcionaba en casi todo el mundo, pero había excepciones, como Argentina, donde lo tenía todo para ir bien y falló.

P: En la temporada de verano superaron a Pasapalabra y anteriormente a Sálvame. ¿Es posible destronar a un programa de este tipo?
R: En el cómputo general de las semanas es posible, porque ‘Atrapa...’ ha vencido en bastantes. De 25 o 26 ocasiones que llevamos, en 17 o 18 ocasiones los hemos superado, aunque en cifras globales ellos ganan, porque están hasta las dos de la mañana. En todo caso, me parece que estar en 17 o 18 emisiones de unas 24 por delante de ‘Sálvame’ es lo que se
podría llamar un pequeño milagro televisivo.

P: ¿No se plantea un Atrapa... en directo, para mitigar este efecto?
R: Es muy complicado hacer un directo cuando se depende de la informática, ¡hasta los mac se cuelgan! No puedes arriesgarte a hacer un programa en directo, que haya un problema informático, que se cuelgue todo y tengas que esperar un minuto a que las cosas vuelvan a funcionar. Es un riesgo que nadie está dispuesto a asumir.

P: ¿Ha afrontado ‘Atrapa un millón’ de una manera distinta?
R: En ‘Atrapa un millón’ se juega en pareja, no uno solo, como en ‘Date el bote’ o ‘¿Quién quiere ser millonario?’. Aquí son muy importantes las valoraciones que ellos hacen y el  protagonismo que adquieren. Yo estoy más recogido sobre mí mismo y les dejo más tiempo y espacio a los concursantes. No cabe la posibilidad de sembrar dudas y sólo cuando ellos ya han marcado las respuestas juego un poco, pero tampoco exageradamente

P: Aun así, ellos buscan su complicidad: lo miran, hablan con usted... Supongo que va un poco también en su profesión de actor.
R: No sé si con la de actor o presentador, porque tu obligación, al fin y al cabo, es no desvelar nada. Ellos viven una situación un poco estresante, están obligados a dar la respuesta exacta o, al menos a no dejarla sin apuesta, por lo que buscan sentirse seguros en terrenos pantanosos y agarrarse a algo. No puedo hacer excepciones ayudando a unos u otros.

P: ¿Alguna vez se le ha escapado una respuesta correcta?
R: No lo recuerdo, la verdad. El único en el que tenía que esperar mucho era en ‘¿Quién quiere ser millonario’?. En ‘Números locos’ y ‘Date el bote’ no había momentos de elucubrar, de crear tensión. Yo creo que no, pero igual sí en alguna ocasión se me ha escapado la respuesta. Es posible, ¡eh!

P: ¿Que es lo que más le sorprende de los razonamientos que expresan los concursantes?
R: La capacidad que tienen para contradecirse sin un factor externo que los influya. Muchos concursantes tienen clara la respuesta y, cuando llega el momento de poner dinero sobre las trampillas, les entran las dudas más absurdas. A pesar de la absoluta entereza que habían mostrado, se desdicen y terminan apostando por cosas absurdas. No hay nadie que diga «¿Estás seguro?», son ellos los que entran en crisis.

P: ¿Has vuelto a padecer un ataque de risa con tus invitados de 'Atrapa'?
R: ¡Me ha dado ya! Creo que lo han grabado, pero no se ha emitido. Fue en un corte en el que iban a cambiar una respuesta porque no estaba correcta e iban a corregirla. No sé con motivo de qué tontería fue, pero estuve media hora sin poder parar. Seguro que aparece algún día colgado en Youtube o lo vemos en el zápping de la propia cadena. Me entró la flojera más absoluta, como en ‘Date el bote’, tirado por los suelos. ¡Es que no podía parar! El parón duró un minuto por la técnica y media hora por las risas. Era imposible retomar porque cada vez que abría la boca, ¡no podía! Cuando se me pasó continuamos. Eso sí, yo estuve varios minutos con lágrimas en los ojos.

P: A veces se les ve más espontaneidad en el programa a los desconocidos que a los televisios. ¿A qué se debe?
R: A la responsabilidad. Los personajes famosos asumen un papel muy difícil que es el de jugar con el dinero de los demás, ajeno, no con el propio. Esto implica un compromiso. Creo que es lo quemarca la diferencia entre ambos.

P: ¿Han dejado alguna anécdota los famosos que han pasado este verano por ‘Atrapa...’?
R: Todos soberbios, me sorprendió especialmente Marta Torné, que estuvo espectacular, y también Millán Salcedo. Millán tiene una cultura tremenda, que yo creo que le hizo pasar el Rubicón. Asumió más responsabilidad de la que le tocaba y se comprometió más con las respuestas, llevado por la seguridad que tenía en que eran correctas. Ángel Llácer estuvo soberbio, ¡como es él! Ahora subo, ahora bajo, pero siempre jugando en serio.

P: ¿Qué respuesta está teniendo el juego en la web?
R: Altísima. Los viernes por la noche, que es el día especial, en el que nos vestimos todos de gala, hay cerca de 30.000 o 40.000 internautas que se conectan. En la época en que vivimos hay un sector del público, sobre todo el más joven, que agradece que esto sea posible, porque le resulta más atractivo que ver el programa.

''EN ATRAPA... EL CUERPO NO ME PIDE MOVER LAS CEJAS''

P: En ‘Atrapa un millón’ no mueve tanto las cejas. ¿Ha decidido renunciar a una de sus señas de identidad ?
R: No. Ahora, estando más recogido y dejando interactuar más a los invitados, no tiene tanto sentido que lo haga. Las cosas tienen que fluir con naturalidad. No siempre puedes utilizar la misma fórmula para todos los programas y aquí... Tenía más sentido el ejercitarlas en ‘50x15’, en ‘Atrapa...' el cuerpo no me lo pide.

P: Lo hacías en tus clases de la Universidad?
R: [Risas] Lo hacía alguna vez, cuando me daban una respuesta totalmente sorprendente o me encontraba una falta... ¡inexplicable

sobera


P: Mayra Gómez, Jordi Estadella, Jordi Hurtado... ¿Tendrás ya derecho a estar entre los presentadores de oro de la televisión española?
R: Uf... Constantino Romero, y los actuales. Hay muchos grandes nombres que hay que recordar, como Joaquín Prat, Kiko Lezgar, Jesús Vázquez, que está ahí en el día a día.

P:
En tu currículum hay alguna cancelación prematura, ¿Te ha extrañado que algún formato no haya trinfuado?
R: Ha habido algunos injustos, como Números locos, que triunfó, pero que fue retirado porque Antena 3 quiso hacer el 'Millonario' en sustitución de 'Pasapalabra' . Era incompatible que yo estuviera en los dos.. Hay trato es funcionó muy bien, pero no se hizo una segunda temporada por razones económicas. Aún así, creo que los resultados siempre son justos, porque el público decide si le gusta o no, y eso hay que asumirlo con toda la responsabilidad.

OMNIPRESENTE EN TELEVISIÓN

P: Quien tenga un televisor bien sintonizado o una plataforma de cable o satélite puede llegar a verlo en dos o tres canales a la vez. ¿Le ha pasado alguna vez?
R: Sí, me ha pasado y no me gusta nada. ‘Date el bote’, que terminé de hacer hace un año en ETB, sigue emitiéndose en 1.000 canales locales, en 100 digitales y por cable, en toda Suramérica. Llega un momento en el que satura, no sólo a mí, sino también al espectador.

P: ¿Quién es el más perjudicado de estas casualidades?
R: El espectador lo sufre porque quiere cosas nuevas, si le repiten cien veces la misma serie, aunque la vean porque no tienen más remedio, no es plato de buen gusto y se supone que no es el servicio que tenemos que ofrecer. Tenemos que dar cosas nuevas, distintas y alimentar el hambre.

P: ¿En qué tipo de programa o de contenidos no podremos verle?, ¿en cuál no querría que le viéramos nunca?
R: En corazón. Hombre, si se hace en tratamiento muy light... Pero en formato agresivo no estaría nunca, porque no tiene que ver conmigo, creo que no soy capaz de hacerlo con espontaneidad, no me interesa. Tampoco me gustaría en un formato amarillo, de noticia escabrosa.

P: Que le da la televisión que no te da el teatro, donde trabajas desde hace años?
R: Me da espontaneidad, frescura, improvisación y momentos únicos e irrepetibles. En esto si que coincide con el teatro. Eso es muy divertido para mi.

P: ¿Le veremos muchos años presentando este formato?
R: No lo dudes, me encantan. Ahí dependemos mucho de la audiencia, eso sí, combinada con las decisiones de los directivos [risas], pero si hay audiencia, sí. Como lo hago por gusto y por vocación, no tengo el más mínimo problema.

P: ¿Te queda alguna espina clavada con alguna faceta en la que no le veamos tan habitualmente?
R: La ficción es una asignatura que tengo pendiente. Tanto el cine como en tele, aunque en tele me fue mucho mejor que en cine, debo reconocerlo, pero creo que cuando hice 'Al salir de clase' o 'Quítate tú para ponerme yo', o 'El señorío de Larrea'... Siempre digo que me gustaría hacer una especie de 'sick and fletcher' mezclado con Colombo, a la española, y estar unos cuantos añitos haciendo una serie de misterio. Quizá está más cercano de lo que pienso.

PROFESOR UNIVERSITARIO

P: Durante una década ha dado clase en la Universidad. ¿Ya allí tenía algo de presentador?
R: Sí, las dos actividades comparten una misma estructura de comunicación, el mismo objetivo y las mismas técnicas... casi. Tienes que atrapar la atención de un público que además es tan especial y exigente como es un alumnado, tienes que utilizar técnica
P: ¿Volverá si se retira de sus facetas públicas?
R: No, es agua pasada. Cuando me retire me tocará la jubilación, así que iré directamente al Imserso y a viajar por Benidorm y ver obras, si es que vuelve a haber obras aquí. Por el bien de los pensionistas espero que se haga algo de vez en cuando.

P: ¿Se le daba bien?
R: Siempre me ha gustado mucho el contacto con el público y con la gente. Conozco profesores a los que les resulta muy duro estar frente al alumno, explicar cosas e interactuar y establecer una relación de tú a tú. Conseguía que mis clases fuesen muy participativas y yo me sentía como uno más.

P: ¿Cree que los alumnos lo agradecerán?
R: [Se ríe] En el fondo, quien estudia normalmente aprueba; y quien no da golpe, no. Ésta es una ley que ni Murphy ha sido capaz de evitar.

P: ¿Le dijo algo curioso algún compañero o alumno por pasar, en tan poco tiempo, del mundo docente al televisivo?
R: ¡Qué va! Incluso cuando estaba en la Universidad, como fundé el aula de teatro, hicimos un par de representaciones y los alumnos venían a verme y participaban.

P: Su prominencia en los medios habrá favorecido que, después de más de una década, sea un aula que siga funcionando...
R: Lo importante es que sigue en marcha, si hubiese sido flor de un día acabaría siendo un trabajo sin recompensa, y quince años después sigue teniendo una acogida importante por los alumnos.

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