"La autoestima plena es algo viable, sino no lo defendería"

La también sex coach empuja al lector en su libro Me quiero, te quiero, a reforzar su autoestima, le ayuda a construir relaciones de pareja sanas y toca temas como el sexo, el amor y los mitos
Maria Esclapez. EP
photo_camera Maria Esclapez. EP

MARÍA ESCLAPEZ es una escritora y psicóloga especializada en sexología clínica, que ha conseguido una gran notoriedad como terapeuta de parejas y sex coach tanto en redes sociales como con sus libros. Me quiero, te quiero es su última publicación, que en apenas un par de meses desde su salida ya va por su sexta edición y se estableció como el top ventas de libros de no ficción a nivel nacional.

Su libro Me quiero, te quiero es toda una declaración de intenciones, ¿los españoles tienen poca autoestima?

Lo que veo en mis consultas va por ahí. Vivimos en una sociedad que nos exige mucha productividad, que es muy exigente desde pequeños y eso hace que, a veces, seamos muy duros con nosotros mismos. Existen más factores como la historia personal. Esto hace que baje la autoestima en el dialogo interno de la gente.

Su libro es una guía para tener relaciones sanas, ¿cómo se aprende?

Lo primero, debemos conocer los conceptos, saber qué queremos y luego conocerse. Conocernos para saber poner límites, tener claro lo que es una relación sana va ligado a la sensación de tranquilidad; igual que una relación tóxica va ligada a la sensación de intranquilidad, de sufrimiento

¿Existen perfiles de personas más predispuestas a tener relaciones no sanas?

Hay varios perfiles, por ejemplo, los perfiles narcisistas cuando conocen a los perfiles empáticos son como juntar el hambre con las ganas de comer. También entrarían los tipos de apego. Depende mucho de lo que aprendemos en cuanto a la percepción sobre nosotros mismo y el mundo que nos rodea. Influye cómo se relacionan. Un perfil/apego ansioso con un perfil seguro va a tener más probabilidades de salir bien; pero con un apego evasivo, no.

¿Cuál es la parte más difícil de salir de una relación tóxica?

Es la adicción que provoca la misma relación. Son relaciones de montaña rusa emocional, hoy te quiero y mañana no lo sé. Eso genera una incertidumbre. Muchas veces es muy complicado, porque las emociones son muy fuertes y no ven que le están haciendo daño. El proceso de abstinencia después de una ruptura influye, entonces intentamos un contacto cero.

Le dedica varias páginas a luchar contra el mito del amor romántico, ¿el eterno enamoramiento no es real?

El enamoramiento existe, es un proceso normal, pero no existe el enamoramiento eterno. Existe el amor eterno. El enamoramiento es una fase más, son cuatro fases —tal y como dicen los estudios—, atracción, enamoramiento, desencanto y amor real o maduro. La tendencia es que la relación se estabilice y se trabaje la comunicación para generar una solidez. No significa que el amor termine, pero, al final, el enamoramiento es como si enfermásemos. El enamoramiento no es el problema, estos mitos desarrollan un modelo de relación basado en una mentira.

Me quiero, te quiero se convirtió en pocos meses en número uno en ventas en Amazon de libros de no ficción, ¿se imaginó conseguir algo así? ¿Cuál es su fórmula?

No me lo imaginaba. Cuando escribo pienso en que quiero ayudar a la gente. Para mí una cosa importante es escribir lo que siento, pongo mucha alma en mis consultas, me gusta ser cercana. Río, lloro, me enfado... Los pacientes con los que trabajo son como si fueran alguien muy cercano, no puedo evitar acordarme de ellos. No sé hacerlo de otra forma.

Ejerce terapia de parejas, ¿ha estado al otro lado?

Ser psicóloga no te exime de tener problemas, incluso problemas diagnosticados. Yo intento manejar mis cosas porque de algo me tiene que servir el aprendizaje. Tener una percepción externa ayuda mucho, y tener un problema y reconocerlo es un paso importante.

¿Su profesión implica un alto grado de empatía?

Toda profesión que trabaje con personas necesita cierto grado de empatía. Evidentemente cuando trabajamos en salud mental más aún, es esencial.

¿Qué despertó su curiosidad por el comportamiento humano?

Todo empezó con 17 años, sentí que necesitaba explicación para muchas cosas. Luego me fui por el camino del ámbito sexual y afectivo, quería entender cómo nos relacionamos. De hecho, me especialicé en segundo de carrera paralelamente a la carrera de Psicología.

Afirma que le apasiona el comportamiento sexual-afectivo, ¿se ha pervertido el concepto del sexo en nuestra sociedad?

Siempre hubo esa parte de tabú, incluso de estigma. Es un ámbito donde nos han dejado muy poco espacio a normalizar ciertas cosas. Estamos yendo desde la ignorancia completa y absoluta, a que ahora empiezan a ver las cosas de otra manera porque se está desestigmatizando el tema. Si no hay una educación afectivo-sexual que se imparta con normalidad en los colegios, los institutos, las familias y, en general, en las instituciones, casos como el de la Manada se van a seguir dando. Esto sí es preocupante y la prevención también es educación.

¿La autoestima plena supone una meta alcanzable para toda la sociedad en un futuro?

Es algo viable, si fuera utópico o irreal lo hubiera incluido en mis mitos del amor romántico. Tenemos que conseguir salir de la dinámica de posproducir, tomar las riendas y empezar a mirar más dentro de nosotros mismos. Si no lo fuera, no lo defendería como hago en mi libro o en mis redes sociales.

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